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El PRD se engolosina y quiere 7 distritos locales

Rodolfo Ruiz en su columna La Corte de los Milagros, publicada en E-consulta, indica que después de que en las negociaciones nacionales para repartirse los 15 distritos federales de Puebla, el PRD logró se le asignaran 4 (las demarcaciones 1 de Huauchinango, 4 de Ajalpan, 9 de la capital poblana y 13 de Atlixco), ahora sus dirigentes estatales, ya engolosinados, quieren 7 distritos locales.

Y esa pretensión ha complicado los acuerdos, a grado tal que las dirigencias del PRI y PAN estarían valorando dejar fuera al partido del Sol Azteca de la coalición local.

En las negociaciones, hay dos escenarios, uno donde el PRI queda con 11 distritos, el PAN con 11 y el PRD 4, y otro —que es hasta el momento el más discutido y debatido— donde los del partido tricolor tendrían 10 demarcaciones, los del partido blanquiazul 9 y los del partido del Sol Azteca 7.

El asunto podría complicarse aún más si al reparto de los 26 distritos se suma el partido Compromiso por Puebla (CPP) pujando por una o dos demarcaciones.

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Aunque el senador Alejandro Armenta Mier había decidido no participar en los comicios locales de 2021, para esperar los de 2024 que son los que realmente le interesan, algunas circunstancias podrían cambiar ese escenario.

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Cuando Alberto Amador descubrió el espionaje de García Luna en el gobierno de EPN

Fermín Alejandro García en su columna Cuitlatlán, publicada en La Jornada de Oriente, indica que una muy triste e inesperada noticia ocurrida en diciembre pasado fue la muerte de Alberto Amador Leal, un priista de firmes convicciones y con una visión crítica del ejercicio de la política. Unas semanas antes de que el Covid-19 le quitara de la vida, conversó con este columnista a quien le narró como el PRI intentaría frenar el avance de Morena en Tlaxcala, en donde era jefe de la Oficina del Poder Ejecutivo, y como se salió huyendo del gobierno de Enrique Peña Nieto cuando descubrió como operaba impunemente una red de espionaje de Genaro García Luna.

La última vez que este columnista y Alberto Amador se vieron, a través de la mediación del colega Ociel Mora, fue en el Café Aguirre, con motivo de aclarar de parte del segundo de ellos que no buscaría ser candidato a la alcaldía de Huauchinango, pues era un hombre metódico y las encuestas habían arrojado que no era su momento para competir por ese cargo. Por eso se había desistido.

Ese día, un sábado frío por la mañana, Amador Leal desplegó una de esas conversaciones pausadas y apasionantes, llenas de detalles, que solamente un hombre con su basta experiencia y cargos que había ocupado podía sostener. El priista fue directivo de los aparatos de inteligencia del Estado Mexicano, era conocedor de políticas de desarrollo social y fue un destacado legislador federal en tres ocasiones, además de ser asesor y confidente de muchos gobernadores del país.

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