Familiares de pacientes de Covid-19 internados en el Hospital Universitario (HU) de la BUAP acusaron que, al intentar comunicarse con sus allegados, la única tableta que proporciona el nosocomio para verlos no es funcional y sólo pueden verlos bien 2 minutos.
Héctor Díaz Abelino, uno de los familiares afectados, indicó a Ángulo 7 que son alrededor de 12 personas las que acuden al área del hospital para comunicarse con los pacientes a través de tabletas, sin embargo, de dos destinadas para ello, sólo una funciona por lo que cada uno tiene que esperar su turno.
Encima, comentó que los aparatos son deficientes ya que se les acaba rápido la pila, no se ve bien la imagen o no se escucha con claridad en los escasos 3 o 4 minutos, de los que solo 2 son efectivos por las complicaciones.
El jueves, hizo saber esta situación a Eulalio Morales Palacio, director del HU, quien mostró cierta indiferencia, pues secamente le contestó que lo checaría, sin embargo, este viernes, Díaz Abelino de plano no pudo comunicarse con su mamá –quien está desahuciada– pues la trabajadora social que los recibe le comentó que la paciente, casualmente, estaba dormida.
Al ser el único al que le dieron ese argumento, el afectado comentó, en entrevista, que teme que haya sido una medida en represalia por haber encarado al director, pues también dio instrucciones de que Díaz Abelino se quedara afuera, en la calle, para no “entorpecer” el paso.
Para el trabajador universitario, dicha situación es muy lamentable, ya que su mamá podría fallecer en cualquier momento por su estado de salud, pero al parecer eso no le importa al personal del hospital, que no hace lo necesario para que puedan escuchar o hablar bien con sus familiares.
Internista discrimina
“Me pregunto cuántos pacientes han muerto sin despedirse de su familia por este problema”, comentó a la vez que recordó que, por protocolo, ya no hay forma de volver a verlos, puesto que los cuerpos pasan directamente a la funeraria para incinerarlos.
Criticó que la universidad no pueda garantizar calidad y un buen servicio, cuando sí tiene interés en destinar dinero para otras cosas, como la posible integración del litigante, Juan Velásquez Evers, en la defensa del rector Alfonso Esparza Ortiz, quien enfrenta una acusación por presunto desvío de recursos, pero usa “la defensa de la autonomía de la BUAP” para salir librado. “Lo mezcla y no se vale”, fustigó.
Otras personas comentaron que, en los pocos minutos que tienen, sus familiares les han dicho que reciben malos tratos de personal, lo cual ratificó Díaz Abelino al acusar que, tras contraer Covid y ser dado de alta, a principios de diciembre, acudió a una consulta con el internista Sergio Papaqui Tapia, pero este le negó la atención médica porque el trabajador tuvo el virus.
Dicha actitud discriminatoria la reportó con la secretaria del director, con lo que logró que le dieran el medicamento que debía expedirle Papaqui Tapia, pero se le valoró para conocer cómo se encontraba de la diabetes.
Finalmente, comentó que las quejas en el HU “son el pan de cada día”, por lo que hizo un llamado a darles la atención que constitucionalmente se les debe otorgar.