La clase política tiene la obligación de hacer proyectos que no dañen la infraestructura y memoria de las ciudades, pues son parte de su patrimonio cultural e identidad; además, muchas constructoras no consideran el medio ambiente, señalaron académicos en la Ibero Puebla.
Lo anterior, durante la ponencia Transformación urbano territorial en las ciudades de la lista de patrimonio mundial, parte del ciclo de conferencias “Ciudad, territorio, patrimonio”, organizado por las licenciaturas en Arte Contemporáneo y Arquitectura, la Maestría en Hábitat y Equidad Socioterritorial, y la Especialidad en Gestión Integral del Riesgo, de dicha casa de estudios.
En su intervención, María Emilia Ismael Simental, profesora investigadora de la Maestría en Estética y Arte de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), planteó que la cultura es un elemento de transformación social, por lo que es necesario instaurar una resistencia ante los modelos económicos carentes de memoria histórica.
En ese sentido, Alberto López Cuenca, profesor de la Maestría de Estética y Arte de la BUAP y doctor en Filosofía por la Universidad Autónoma de Madrid, criticó la gestión del exgobernador Rafael Moreno Valle por la intervención que realizó en zonas protegidas de Puebla durante su mandato.
Mientras que Rudolf Colloredo-Mansfeld, catedrático de la Universidad North Carolina-Chapel Hill, desglosó durante su intervención las distintas formas en que se puede tener un mayor desarrollo cultural en espacios rurales sin dañar a los habitantes.
Lo anterior, porque en los últimos años en distintas zonas del país ha habido un incremento en el número de personas que son despojadas de sus viviendas en beneficio de unos cuantos que pretenden edificar ciudades plásticas.
En su intervención, Gabrielle Vail, académica de Universidad North Carolina-Chapel Hill, presentó un proyecto de intervención en el cual se busca revitalizar el rol que las mujeres tienen en las comunidades indígenas, pues “el patrimonio cultural puede existir fuera de lo material”.