Un análisis de notas periodísticas entre 2017 y 2019, en al menos 474 medios digitales del país, señaló que aunque los medios emplean el término feminicidio, siguen entiendo estos actos como crímenes pasionales o tragedias amorosas y no como un problema social y de salud pública.
Lo anterior de acuerdo con un análisis de Gabriela Cortez en el que utilizó Media Cloud, una herramienta de fuente abierta que permite obtener bases de datos sobre la cobertura de un tema y que fue retomado por la organización Tecnología Digital para el Cambio Social (Social TIC).
Otros de los hallazgos encontrados fueron que el discurso empleado tiene como propósito atraer, suscitar morbo o entretener antes que informar responsablemente.
Además de que la presentación y exhibición de los cuerpos es diferenciada entre hombres y mujeres, pues los cuerpos de las víctimas son sexualizados, en contraste, las imágenes del victimario exaltan agresividad y fuerza.
Añadió que el mensaje implícito de las imágenes constituye un mecanismo aleccionador. Las imágenes son tan ilustrativas como espeluznantes, transmiten el mensaje de que a las mujeres se les castiga con la vida por romper estereotipos de género, mientras que el agresor muy rara vez está presente.
También existe una escasez de fuentes y los medios muchas veces se limitan a ser portavoces de una fuente única, en muchos casos la policía. Se indicó que las palabras más relevantes en los titulares analizados son: mujer, feminicidio, violencia y asesinar.
Aspectos a mejorar
Este análisis señaló que entre los aspectos para mejorar la cobertura de estos temas estaría el brindar contexto y relacionar estos actos a la violencia de género para que no sean percibidos como sucesos aislados.
Además de capacitar a las redacciones sobre perspectiva de género para no promover estereotipos, apelativos y justificar la violencia contra las mujeres.
Evitar el uso perverso del clickbait para atraer a notas de feminicidio sobre titulares e imágenes que no tienen como objetivo informar y sensibilizar sobre la problemática y analizar los discursos, por ejemplo en la cobertura sobre marchas y protestas contra la violencia de género.
Realizar análisis colaborativos y dar seguimiento de las narrativas utilizadas sobre violencia en otras redes sociales y formatos como: Instagram y Facebook.
