La espina bífida es una alteración en la médula espinal que afecta a casi 5 de cada 10 mil recién nacidos, y se presenta entre los días 24 y 28 de gestación, por lo cual es necesario acudir con el gineco obstetra para que recete los nutrientes y no se tomen otros medicamentos.
Así lo señaló el jefe del Servicio de Neurocirugía Pediátrica, del Hospital de Pediatría del Centro Médico Nacional Siglo XXI, Gerardo Sánchez Rodríguez, quien indicó que la espina bífida provoca discapacidad motora en los miembros inferiores, sensitiva e hidrocefalia, lo que da como consecuencia incontinencia urinaria, fecal y en la mayoría de los casos, incapacidad permanente.
Para prevenir esta alteración, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) recomienda principalmente un embarazo planeado, tomar ácido fólico y ponerse en manos del especialista para llevar un control prenatal, aunque también se deben considerar otros factores de riesgo.
Si bien en la mayoría de los casos el padecimiento ocurre por deficiencia de ácido fólico, el especialista afirmó que también tiene su origen en diabetes gestacional, diabetes mellitus tipo 1 y obesidad durante el embarazo.
También son factores de riesgo el uso de medicamentos para las crisis convulsivas, alcoholismo, tabaquismo, exposición a solventes e incluso que la madre sea menor de 18 años y mayor de 40, entre otros factores.
En el Día Mundial de la Espina Bífida, que se conmemora el 21 de noviembre, el doctor Sánchez Rodríguez hizo un llamado a prevenir estos padecimientos a través de los cuidados prenatales.
Ideal, consumir ácido fólico antes del embarazo
Subrayó que la literatura en la materia establece que lo ideal es consumir ácido fólico desde medio año o un año antes del embarazo. Además, en las Unidades de Medicina Familiar del IMSS se lleva a cabo una campaña permanente para los embarazos planeados.
Advirtió que la espina bífida provoca también insuficiencia renal y deformidades en la columna, por lo que quienes la padecen deben estar en rehabilitación de por vida.