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Ancira y el amanuense // Regresan a Cienfuegos

Carlos Fernández Vega en su columna México SA, publicada en La Jornada, indica que desesperado, el mafiosi Alonso Ancira Elizondo –aún presidente de la otrora paraestatal Altos Hornos de México– intenta de todo para evitar –sin posibilidad alguna– los dos siguientes pasos en su vida: a) que España lo entregue al gobierno mexicano (ahora está preso en aquella nación y la Audiencia Nacional ya autorizó la extradición del susodicho) y b) que este, inmediatamente, lo deposite en alguna de las cárceles del país. Y en su desgracia el empresario recurre a una de las fichas más achicharradas de la prensa nacional, con obvio trastorno obsesivo compulsivo (TOC), para que defienda su causa.

Resulta que, amanuense de por medio, el mafiosi Ancira asegura que uno de sus errores fue no haber metido dinero a la campaña electoral de Andrés Manuel, porque eso a lo mejor hubiera suavizado o pavimentado muchas cosas. Eso sí, de sus transas –que son muchísimas– no dijo una sola palabra, ni el escribano se tomó la molestia de preguntar. Entrevista a modo.

Tal declaración fue comentada por el presidente López Obrador en la mañanera de ayer: “llegué aquí por el apoyo de los mexicanos, por el apoyo del pueblo, no me apoyaron grupos de intereses creados. No me apoyó la oligarquía, sino el pueblo. Entonces, tiene razón (Ancira) en lo que plantea: él no me apoyó, cómo me va a apoyar, si yo antes de la elección ya lo estaba denunciando porque vendió una planta (Agronitrogenados) que era pública y luego llegó a sus manos y, convertida en chatarra, la vendió en 200 millones de dólares más de su costo real, y esto es parte del juicio del señor Lozoya… Él simpatizaba, y era lógico, con el Prian, porque fue bien atendido durante mucho tiempo desde la época de Salinas de Gortari. Entonces, él es beneficiario del régimen que nosotros combatimos, el de la corrupción”.

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Cienfuegos: la manzana envenenada

Julio Hernández López en su columna Astillero, publicada en La Jornada de San Luis, indica que es insólito, y aporta un tufo a impunidad y a persistencia de un fuero militar de facto, el trato especial gestionado por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, y taimadamente concedido por Donald Trump, en el caso del general en retiro Salvador Cienfuegos, acusado de delitos y encarcelado en Estados Unidos, a quien ayer se le obsequió el “desistimiento” por parte de las autoridades del vecino país para que en el nuestro lo investiguen y, en su caso, lo procesen judicialmente.

La clave del caso está en el primer párrafo del escrito del Departamento de Justicia, dado a conocer ayer y enviado a la juez Carol B. Amon: «Los Estados Unidos han determinado que consideraciones de política exterior, sensibles e importantes, tienen mayor peso que el interés del gobierno en mantener la persecución penal del acusado, bajo la totalidad de las circunstancias, y, por tanto, requiere desestimar el caso» (https://bit.ly/38TWSRA ). Es decir, de ninguna manera se exonera al general Cienfuegos, sino que el gobierno de Trump considera que sus buenas relaciones con México son más importantes que el continuar con el proceso al exsecretario de la Defensa Nacional y lograr su eventual sentencia condenatoria.

Las “consideraciones de política exterior, sensibles e importantes”, no aparecen de pronto en el aire de la Casa Blanca ni de manera unilateral o gratuita. Esas relaciones son bilaterales y se negocian. Y, por lo visto, México presionó y negoció para que Cienfuegos sea devuelto a México a fin de ser investigado por una colaborativa Fiscalía General de la República (que ya había abierto indagaciones de oportunidad para “recibir” el caso y ahora deberá investigar lo que le envíe Estados Unidos de pruebas delictivas que la propia FGR no había recolectado nunca) y para, supuestamente, ser sujeto de un proceso judicial exculpatorio o condenatorio, como si en México hubiera poderes públicos con la capacidad de resistir la presión de enjuiciar a un exjefe militar de ese rango, con vinculaciones con grupos castrenses de poderío evidente.

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El general sí tuvo quien le escribiera

Salvador García Soto en su columna Serpientes y Escaleras, publicada en El Universal, indica que la decisión que tomó ayer martes el Departamento de Justicia, de ordenar el retiro y desistimiento de los cargos para devolver a México al general Salvador Cienfuegos, significa un reconocimiento doble del Gobierno de Estados Unidos: por un lado parece reconocer que su agencia antidrogas, la DEA, se equivocó y cometió un error al investigar, acusar y detener a un exsecretario de la Defensa mexicano sin haber dado aviso al Gobierno mexicano y aparentemente sin pruebas contundentes; y por otro lado, reconoce que con esa acción no solo se lastimó al país y a sus Fuerzas Armadas, sino que se abrió un frente peligroso no solo para la seguridad nacional de los mexicanos, sino para mantener la cooperación bilateral en los temas de seguridad y narcotráfico.

Porque al final esa fue la esencia del alegato diplomático que el Gobierno mexicano presentó ante las autoridades estadunidenses para expresar la molestia por la falta de cortesía y consideración en la detención de Cienfuegos, ejecutada en sigilo por la DEA, y exigir que se le entregara una copia del expediente con las pruebas y testimonios con los que la agencia antidrogas incriminó y acusó al militar y pidió su detención al Departamento de Justicia.

México argumentó dos cosas en la plática que sostuvieron el fiscal estadunidense William P. Barr y el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, el pasado 26 de octubre, según refirió ayer el funcionario mexicano: primero, que para nuestro país la forma en que se detuvo y acusó a un exjefe del Ejército se convirtió en un problema de Seguridad Nacional, por la gran molestia y desazón que provocó entre las cúpulas militares de las Fuerzas Armadas; y segundo, que si no se mandaban las pruebas, los acuerdos para intercambiar información y combatir conjuntamente al narcotráfico entre los dos países, estaban en peligro.

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La columna Frentes Políticos, publicada en Excélsior, indica que 1. Enroque histórico. Cual jugada de ajedrez, la Fiscalía General de la República informó que, gracias a la estrecha relación con su homóloga de Estados Unidos, se tomó la decisión de solicitar a la jueza que llevaba el caso que se desestimen los cargos penales contra el general Salvador Cienfuegos, para que sea investigado y, en su caso, procesado acorde con las leyes mexicanas. Esta decisión no se ve como “el camino a la impunidad, sino como un acto de respeto a México y a las Fuerzas Armadas de México”, indicó el canciller.”, señaló el canciller Marcelo Ebrard. Mediante acuerdo binacional, el Departamento de Justicia retiró los cargos por narcotráfico y lavado de dinero al general Cienfuegos. Que esta sea una jugada ganadora y no una ventana de impunidad. Estaremos al acecho.

2. Minucias. El sureste vive una de sus más graves tragedias, y el gobierno federal ha demostrado una gran capacidad de reacción. Comenzó la entrega de despensas a los damnificados por las inundaciones, aseguró el presidente Andrés Manuel López Obrador. Esto, como parte del proceso de apoyo que se brindará a los más de 368 mil damnificados en Tabasco, Chiapas y Veracruz, dijo. Una vez que el nivel de la inundación baje se comenzará con las fases de limpieza y fumigación. El primer mandatario sostuvo un encuentro con gobernadores de ambas entidades, junto con el titular de la CFE, Manuel Bartlett. Toda la maquinaria de las Fuerzas Armadas se desborda en auxilio a la población, ¿y a los opositores lo que les interesa es si el Presidente se mete al agua o no, para la foto, en sus recorridos? ¡Por favor!

3. Ejemplo en el orbe. México optó por el camino de la transparencia total justificada por una razón superior, la salud pública, que requiere de una comunicación abierta y permanente, partiendo de la idea de que la información adquiere relevancia en un contexto como lo es una pandemia, consideró Zoé Robledo, director del IMSS. Al participar en la Semana Nacional de la Transparencia del Inai, subrayó el repositorio que se construyó para concentrar toda la información sobre el covid-19, en el que el IMSS ha publicado el plan de reconversión de hospitales y cursos sobre el virus para la población en general, entre otros asuntos. Habló también de que la gente se “sorprendería” de los excesos que algunos proveedores cometen a la hora de cotizar insumos, ante la necesidad de contar con ellos y la amplia demanda. Y lo mejor: se les acabó el negocio.

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