El Panteón Municipal lució desierto este 2 de Noviembre, pues con la contingencia del Covid-19, el ayuntamiento determinó no abrirlo para evitar más contagios; a su alrededor, 10 puestos de flores reportaron una caída de 80 por ciento en sus ventas, cuando en otros años se trataba del día que más ganancias tenían.
En un recorrido realizado por este medio, en el portón del recinto, se observaron los comunicados oficiales donde se anunció el cierre, mientras que el personal del panteón decía a los contados visitantes que no había una fecha establecida para la reapertura.
Contrario a años anteriores, no había verbena ni vendedores ambulantes en las afueras del panteón, aunque era en esta fecha cuando se presentaba la mayor afluencia de gente, según contaron comerciantes a este medio.
La 37 Poniente, donde se ubica el cementerio, se llegaba a cerrar debido a la cantidad de familias que asistían, así como los puestos de comida que llegaban instalarse.
Otros cuantos visitantes pasaron a bordo de automóviles e incluso compraron adornos florales de alguno de los 10 negocios establecidos fuera del recinto, sin embargo, al encontrarlo cerrado dejaron el lugar.
Floristas, con deudas
Debido a que la pandemia de Covid-19 ha hecho caer sus ventas hasta en un 80 por ciento, floristas del panteón municipal afrontan deudas y han tenido que reducir las jornadas de sus trabajadores, pues las bajas ganancias no dan para cubrir sus gastos.
Así lo contó en entrevista Ignacio Jiménez, quien desde hace tres generaciones se dedica al comercio de flores, al señalar que la contingencia afectó su economía desde hace ya varios meses, por lo que “ya no sale” la misma venta que antes.
No obstante, el embate que dejó el confinamiento, así como el cierre del cementerio decretado por el ayuntamiento, golpeó la temporada de más ganancias, pues en años pasado clientes llegaban a comprar hasta 400 pesos en flores, cuando ahora hay ventas de entre 20 y 40 pesos.
“De gente ha habido muy poca, y la que llega viene a comprar 20, 30 pesos; lo entendemos, porqué la economía anda mal, anda por los suelos, pero sí, estamos luchando por sobrevivir“, declaró el comerciante.
Asimismo, refirió que se despachaban pedidos de escuelas y oficinas que ponían sus ofrendas, pero por el cierre de estos recintos se perdió este negocio, el cual iniciaba desde finales de octubre y ayudaba a liquidar las deudas que hubiese a lo largo del año.
A sabiendas de que la venta sería mucho menor, señaló que no se compró tanta mercancía como en años pasados, sin embargo, a la mañana de este jueves aún tenía varios rollos de flor de cempasúchil, el cual, de no ser vendido terminará en la basura.
Ignacio Jiménez consideró que la Comuna pudo haber realizado una apertura del panteón, sin embargo, “no quiso comprometerse”, mientras que asegura que los locatarios acatan los protocolos sanitarios, pues usan cubrebocas y atienden a la mayoría de clientes desde sus autos.
