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En las fechas previas a Halloween y Día de Muertos, los directivos de la Universidad Anáhuac, especialmente, en la Escuela de Comunicación, han vivido auténticos días de terror.

Los alumnos se sublevaron ante las historias de acoso sexual hacia las estudiantes, que se han presentado dentro de las instalaciones desde hace varios años.

Todo comenzó cuando comenzó a diseminarse la información de un influencer, egresado de esta institución y cuyo triste nombre no vale la pena recordar, que enviaba constantemente mensajes y foto de desnudos a las jóvenes que tenía cerca.

La Universidad Anáhuac se deslindó del sujeto y publicó un reglamento de convivencia entre el personal de la institución y los alumnos, ante la imposibilidad de proceder contra una persona que ya no pertenecía a la comunidad.

Sin embargo, esto sólo fue la chispa que encendió la mecha que, en las últimas semanas, se ha tratado de apagar y mantener lo más en secreto posible.

El influencer no es el único agresor de mujeres dentro de la Anáhuac. Germán C., que hasta hace un tiempo era coordinador de la Licenciatura en Comunicación, también tiene historial de acoso.

Las denuncias en su contra no son nuevas; pero los inconformes aseguran que se trató de acallar las voces, muchas de ellas tildadas de “chismes” y “radiopasillo”.

Mónica Z., directora de la Escuela de Comunicación, le quitó el cargo y lo dejó como profesor de asignatura; pero no fue suficiente. Los casos siguieron.

Después, le crearon su propio puesto. Teóricamente estaría relacionado con la promoción de la carrera. Integrantes de la comunidad confirman que ninguna otra carrera tiene un cargo similar.

La promesa fue que no tendría contacto con los estudiantes; pero tampoco fue así. Germán C. tuvo a su cargo los procesos de prácticas profesionales, así que todas las alumnas y todos los alumnos de Comunicación tenían que pasar por él de cualquier forma.

La protección de Mónica Z. pudo extenderse hasta hace un par de semanas, en que el escándalo escaló a tal grado, que el asunto se conoció en medios de comunicación y Germán fue despedido.

El control de daños de la Universidad Anáhuac tuvo que ir más allá, porque los alumnos de los diferentes semestres de Comunicación demandaron atención de sus directivos a las anomalías que habían existido.

Mónica Z. organizó reuniones virtuales –porque hasta ahora, las clases se toman de forma virtual– para tratar de calmar los ánimos; pero sólo encontró alumnos fúricos, especialmente, los que cursan el 5º semestre.

Algunos, según se confirmó a este reportero, incluso demandaron que José Mata Temoltzin, el rector de la Anáhuac Puebla, despidiera a Mónica Z.

Hasta ahora, este reportero no ha podido confirmar si hubo compromisos adicionales a la aplicación del reglamento de convivencia y el despido de Germán C.

Sin embargo, experiencias en otros casos muestran que si no se actúa de forma profunda, es difícil erradicar las agresiones hacia las mujeres.

Sin duda, esta situación debe preocupar y ocupar al rector de la Universidad Anáhuac para que no vuelvan a repetirse historias tan desagradables, por varias situaciones: primero, porque un centro de formación y generación de conocimiento debería ser un lugar seguro para nuestros jóvenes.

Después, porque se trata de una universidad con fuerte presencia en el país y que cobra bastante bien por sus servicios y en tercer lugar, porque el personal debería respetar en su totalidad los principios éticos de cualquier institución y en esta en particular, los religiosos que la fundamentan.

Hasta la próxima.

*Las opiniones expresadas en esta sección son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente la línea editorial del portal de noticias Ángulo 7.      

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