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García Almaguer, el Judas que en aras de salvar su pellejo traiciona a sus antiguos aliados

Rodolfo Ruiz en su columna La Corte de los Milagros, publicada en E-consulta, indica que el anuncio de que la compañía Interjet pondrá en marcha vuelos que saldrán del aeropuerto Hermanos Serdán, de Huejotzingo, Puebla, con destino al puerto de Acapulco y hacia las ciudades estadounidenses de Houston y Nueva York hasta el primer semestre del próximo año, parece una tomadura de pelo.

De entrada porque para eso faltan cinco meses, pero además porque Interjet cuenta con pocos aviones, ya que su flotilla se redujo drásticamente como consecuencia de devoluciones y embargos. Pero sobre todo porque hoy sus aviones no pueden volar hacia Estados Unidos por adeudos que tiene la compañía mexicana con la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA).

Hasta ahora lo único que se sabe es que Interjet está en pláticas para poder volar a Estados Unidos, pero si esto se logra podría ocurrir hasta finales de año.

Sobre el asunto hay innumerables notas, tuits y columnas que pueden encontrarse fácilmente en cualquier buscador de internet.

Las más frecuentes dicen que la compañía de los Alemán Velasco y Alemán Magnani sigue metida en problemas y que el más grave es ya no puede emitir boletos a través de la IATA, debido a la falta de pago de un saldo de liquidación.

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Lectura equivocada, decir que Morena se desmoronó en Coahuila e Hidalgo; el que se derrumbó fue el PAN

Fermín Alejandro García en su columna Cuitlatlán, publicada en La Jornada de Oriente, indica que en las recientes elecciones locales de Coahuila e Hidalgo hubo una lectura equivocada del resultado, pues muchos analistas afirmaron que Morena se desmoronó y que pagó al costó de sus pugnas internas; pero no fue así, fue el PAN la fuerza política que realmente mostró el tamaño de sus crisis interna y el efecto de los escándalos de corrupción que enfrenta, pues en ambas entidades quedó en un vergonzoso tercer y cuarto lugar, respectivamente, con un nivel de votación casi marginal, que lo borró de la competencia por las alcaldías y las diputaciones.

Esos resultados deberían prender los “focos rojos” en Puebla, pues en Hidalgo y Coahuila, junto con la entidad poblana hay factores comunes, como son: la marca PAN al igual que el PRI, ya es signo de corrupción y de protección al narcotráfico; las divisiones internas minan la capacidad del partido de recuperar sus bases de votantes; y hay una dirigencia nacional, en la figura de Marko Cortes, que es débil y ausente.

Acá en Puebla está presente la corrupción y los abusos de Género García Luna, Felipe Calderón y sobre todo, el ex gobernador Rafael Moreno Valle Rosas, así como los sobornos que recibió Ricardo Anaya Cortés, que ahora quiere ser el nuevo unificador del panismo, pero que lo mancha sus acuerdos con el expresidente Enrique Peña Nieto.

A eso se debe sumar la pugna entre el ex dil de la capital Eduardo Rivera Pérez y la presidente estatal del PAN, Genoveva Huerta Villegas, que enfrentan una guerra fratricida, promovida principalmente por la dirigente del partido, que prefiere que pierda el albiazul que ver al ex alcalde de candidato por tercera vez a la presidencia municipal de la capital.

Y en medio de este panorama aparece Marko Cortés, el presidente nacional del PAN, que es un alfil de Ricardo Anaya y es una figura decorativa en el panismo, pues no pone orden ni soluciona las pugnas entre las facciones del albiazul. En Puebla, es la hora que no mete orden. Y se sabe que esa actitud distante también la mostró en Coahuila e Hidalgo, en donde la falta de cohesión en el partido de la derecha se reflejó en la derrota del domingo.

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En Morena con quién sea, menos sus gobernadores

Alejandro Mondragón en su columna Al Portador, publicada en Status Puebla, indica que aunque los resultados electorales de Hidalgo y Coahuila responden más a una dinámica regional, no nacional, está claro que el dato revelador es el papel de los gobernadores.

En ambas entidades gobierna el PRI y los mandatarios operaron, punto.

¿Por qué ese afán de Morena, a través de su dirigencia no nata con Porfirio Muñoz Ledo y Mario Delgado, de regatear en el mejor de los casos, bloquear en el peor, el rol de los mandatarios de la 4T para el 2021?

La nomenclatura pretende sacar las candidaturas para diputados federales, legisladores locales y alcaldes sin la injerencia de los gobernadores, pero –eso sí- reclamar el compromiso de garantizar el triunfo.

Es decir, los góbers morenistas tienen que pagar la fiesta que no organizaron, les impusieron la lista de invitados, la comida, bebida y todo lo demás.

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El sutil deslinde de Lalo

Valentín Varillas en su columna La Tempestad, publicada en Status Puebla, indica que en su regreso mediático a la escena política, a través de las redes sociales, Eduardo Rivera Pérez manda varios mensajes.

Algunos son claros, explícitos, que no necesitan leerse entre líneas.

La crítica al gobierno de la capital, emanado de Morena, es directa y sin ambigüedades.

Deja claras cuáles son, en su óptica, los yerros y omisiones cometidos por la administración de Claudia Rivera Vivanco y la necesidad de que en la ciudad se de un cambio político radical.

No dice, claro está, que la realidad que se vive actualmente no es muy diferente a la que prevalecía durante el mandato de otros presidentes municipales.

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Los dos policías que sacudieron a la sociedad

Enrique Núñez en su columna Contracara, publicada en Intolerancia Diario, indica que el caso de Pablo y Uriel debe encendernos las alarmas. Por años nos hemos quejado de que las policías son los cuerpos de seguridad más corruptos, que evaden sus responsabilidades y que abusan de su autoridad; sin embargo el video de la colonia Universidades nos demuestra que aún existen elementos que trabajan en la Secretaría de Seguridad Ciudadana por mera vocación.

Y le digo que “por mera vocación” porque siendo realistas, hoy en día ser policía no representa socialmente el orgullo que hace algunos años era; tampoco existen sueldos que permitan a los uniformados vivir holgadamente o seguros de vida que garanticen a sus familiares que en un caso extremo, ellos tendrán un ingreso importante. En el colmo, hoy en día los policías tienen, o al menos eso pareció, menos derechos que los delincuentes.

Un vulgar ladrón se puede dar el lujo de golpear a los uniformados para impedir su arresto e incluso involucrar a sus abuelos para que lo defiendan, pero un par de policías tuvieron que pasar varias horas detenidos por cumplir con su trabajo.

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