Dedicamos este artículo al maestro Damián Huato, como un homenaje modesto al Premio Nacional que obtuvo en días pasados

La detención del generado Salvador Cienfuegos Zepeda, exsecretario de Defensa durante el periodo del presidente Felipe Calderón, ha sido recibida con beneplácito en no pocas de las principales esfera de la clase política, los medios de comunicación, organismos empresariales, etc.

Se comenta al respecto que dicha iniciativa puede contribuir de manera fundamental al esclarecimiento del papel del ejército mexicano no sólo en lo que respecta a la lucha contra los carteles de la droga, sino incluso en lo referente a hechos como la matanza de Tlatlaya y la desaparición de los 43 jóvenes de la Normal de Ayotzinapan, en 2014.

Quien esto escribe no comparte el optimismo que impregna la aprehensión del general Cienfuegos. Cierto : pensamos que ha llegado la hora de acabar con el mito del ejército mexicano como corporación impoluta, ajena a los vicios y lastres que distinguen a la mayoría de los sectores del poder político. Desde hace ya varias décadas, sobre todo a partir de la masacre del 2 de octubre de 1968, miles de nuestros conciudadanos han levantado la bandera del esclarecimiento del papel del ejército en este hecho execrable, aparte otros acontecimientos lamentables en nuestra historia contemporánea, como el caso de Aguas Blancas, y los mencionados de Tlatlaya y Ayotzinapan.

Empero, pensamos que sería un craso error esperar que esa problemática sea encomendarla a las autoridades estadounidenses, quienes no se distinguen precisamente por su falta de perversión o moralidad.

Para no ir tan lejos, ¿qué resolvieron en lo concerniente al escándalo de la operación “Rápido y Furioso”, la cual puso de relieve la venta de armamento a los narcos mexicanos por parte de los Estados Unidos?

¿Por qué la DEA guardó silencio tanto tiempo en lo que se refiere a las buenas relaciones del “Chapo” Guzmán con el gobierno de Felipe Calderón, y en particular con su jefe de seguridad Genaro García?

No pocos expertos en política exterior norteamericana hablan, incluso, de la posible participación de Rafael Caro Quintero en el affaire “Irán Contra”, mediante el cual el gobierno de Ronald Reagan proveyó de armamento y apoyo económico a la Contra Nicaragüense, una vez que el Congreso de los Estados Unidos le prohibió destinar recursos a la misma. Por cierto, el principal involucrado en dicha operación, el general Oliver North, fue exonerado por la justicia de ese país.

No hay motivos, pues, para llenarnos de júbilo. Pienso que el gobierno de la 4T tiene la obligación de poner orden en el ejército, como parte de su compromiso con la lucha contra la corrupción, sin esperar, reiteramos, que esta situación quede manos de los Estados Unidos.

Mientras tanto, nos parecen muy apropiadas las palabras que AMLO expresó en Tapanatepec, Oaxaca, el sábado pasado. Exigió, al respecto, que se investigue el papel de la agencia de control de drogas (DEA, por sus siglas en inglés), en este caso y el de Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública, también preso en aquel país con cargos similares. Si tal agencia, agregó, “(estaba completamente metida en la Secretaría de Marina, (y) había un operativo conjunto entre ambos gobiernos, ¿por qué sólo se involucra a quienes han participado en estos hechos en México y ellos no hacen autocrítica, una reflexión de toda la intrusión de esas agencias en México, porque, sin duda, ellos operaban, entraban con absoluta libertad al país, hacían lo que querían”. Claro, agregó, “, se los permitían”.

Y añadió que “no habrá limpia en el ejército hasta que sepamos quienes participaron… Si están todavía en activo, tienen que ser retirados de sus cargos y sometidos a juicio para que se cumpla con la ley”….Y continuó : “los de la DEA deben informar sobre su participación en todos estos casos, porque indudablemente trataron, tanto con García Luna como con el general secretario del sexenio pasado. ¿Ellos no tuvieron responsabilidad, por ejemplo, en la introducción de las armas en el operativo de Rápido y furioso (de venta ilegal de armas a México), que fue una propuesta aplicada desde Estados Unidos? “Imagínense, aceptar que metan armas para supuestamente de esa forma enfrentar a la delincuencia organizada; armas que se salieron de control y causaron la muerte a muchos. Este fue un plan gubernamental conjunto; es decir, de ambos gobiernos”.

Felicitamos al presidente por ese pronunciamiento. Ahora sólo esperamos que tome iniciativas en esa dirección.

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