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Nunca se promulgó la reforma que prohíbe la propaganda en el transporte público

Rodolfo Ruiz en su columna La Corte de los Milagros, publicada en E-consulta, indica que algo raro, por no decir sospechoso, pasó con la iniciativa del gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta que aprobó el Congreso del estado para prohibir la propaganda electoral o partidista en espectaculares y unidades de transporte público de pasajeros.

Y es que la referida reforma electoral que tanto se cacareó finalmente no se publicó en el Periódico Oficial del Estado de Puebla, por lo que no podrá tener vigencia en los comicios locales de 2021.

El tema amerita una buena explicación por parte del Congreso local o el Periódico Oficial para saber si tal decisión es producto de un imperdonable descuido, que por supuesto debe ser investigado y sancionado, o resultado de alguien que valoró que no convenía la promulgación del decreto, ni que éste entrara en vigor en el proceso electoral que iniciará en Puebla en la primera semana de noviembre.

Para que el decreto fuera vigente, según el artículo 105 fracción II de la Constitución federal, la reforma tenía que haberse publicado el último día de julio, es decir 90 días antes del inicio del proceso local electoral.

La iniciativa del gobernador Barbosa para reformar el artículo 232 del Código Electoral llegó al Congreso el 26 de junio; el 1 de julio se leyó en el pleno y se turnó a comisiones; el 10 de julio se aprobó el dictamen y al día siguiente en el pleno de la LX Legislatura.

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La milagrosa sanación de Gabriel Biestro

Fermín Alejandro García en su columna Cuitlatlán, publicada en La Jornada de Oriente, indica que Gabriel Biestro Medinilla, el presidente del Congreso local, debe ser objeto de un profundo y complejo estudio científico de John Hopkins University & Medicina –que es la institución que lleva el balance más completo del coronavirus en el mundo– o le deberían entregar la presea “Pinocho”, por ser el mentiroso del año, pues resulta sorprendente, única, casi milagrosa, la recuperación del líder parlamentario que un día salió positivo del Covid–19 y 72 horas más tarde ya no tenía nada.

No es broma, previo al sábado 5 de septiembre, Biestro le escribió al diputado federal y aspirante a ser líder nacional de Morena, Mario Delgado, que se excusaba de acompañarlo a una gira por la ciudad de Puebla ya que se había hecho su prueba semanal y había resultado positivo del Covid–19. Una gran tragedia, que mereció mensajes solidarios hasta de los detractores más radicales del presidente del Congreso local.

Luego de ese mensaje en redes sociales, todos esperaban que Biestro se aislara, entrara en cuarentena de 14 días, que es el remedio obligatorios para las personas que resultan positivas del Covid–19, pero son asintomáticas. Eso no ocurrió; el reposo del legislador duró entre dos y tres días.

A la semana siguiente, o mejor dicho un par de días más tarde, Biestro acudió muy sonriente a un acto público en que estuvieron presentes la edil de San Andrés Cholula, Karina Pérez Popocatl, y el presidente del Tribunal Superior de Justicia, Héctor Sánchez Sánchez.

Y un día posterior, acompañó a las más altas autoridades del gobierno estatal y del municipio de Puebla a la ceremonia del inicio de los festejos patrios, en pleno zócalo de la capital, que es la zona más transitada de la Angelópolis.

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Un 15 de septiembre con sabor a Navidad

Enrique Núñez en su columna Contracara, publicada en Intolerancia Diario, indica que los poblanos celebraremos éste 15 de septiembre con una mezcla de fiestas patrias, Todos Santos y Navidad, ya que la pandemia obliga a una nueva normalidad, donde el mayor de los triunfos será pasar los festejos sin contagiarnos.

A diferencia de otros años, esta vez no habrá verbena, ni festejos en el Zócalo, ni en Los Fuertes; los restaurantes funcionarán con un tercio de su capacidad, convirtiendo a la del Grito, en una noche fría y pasada por agua.

Es verdad que los poblanos ya teníamos experiencia en eso de los Gritos gélidos. Ahí están los momentos de frialdad que se vivieron entre el gobernador Manuel Bartlett y el alcalde Gabriel Hinojosa, al grado de que su último grito del hoy director de la CFE decidió trasladarlo al interior del estado.

Pero no fue el único dueto que tuvo sus roces. Aunque no tan drástico, Melquiades Morales tuvo que hacer gala de su tolerancia y artes políticas para sobrellevar los encuentros en el palacio municipal con Luis Paredes Moctezuma.

Esa civilización no se apreció en las arengas de Mario Marín, principalmente en la primera mitad de su sexenio, en donde se hacían presentes las constantes diferencias con Enrique Doger, donde el frío se percibía a metros de distancia. Con Blanca Alcalá la relación no fue mejor, las fobias con Doger hacían del Palacio Municipal una sucursal del Polo Norte.

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