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  • Se han disminuido dos mil 163 millones de pesos a programas y acciones para la igualdad de género
  • Siguen sin repartirse a la tercera edad más de 15 mil millones de pesos

A pesar del optimismo que enmarca cada decisión que anuncia en las mañanas el presidente Andrés Manuel López Obrador y de las acciones que pregona, en este gobierno ha dejado a los programas para la igualdad entre hombres y mujeres sin políticas y sin presupuesto.

Además de su abandono, las instituciones y dependencias creadas para la política de igualdad sufren un recorte sistemático desde que comenzó este gobierno. Hay cosas más desatinadas e incomprensibles.

Ayer, domingo, leía que en algunas dependencias está prohibido cargar los celulares y prender las computadoras para ahorrar el servicio eléctrico, y me contaron que en algunas otras donde operan los programas para las mujeres escasea el papel bond para los más elementales requerimientos. A ello, la 4t diría que se trata de algo conveniente para mantener limpio el aire y el ambiente; encima, dejar de hacer dispendios.

En el caso de los programas y acciones de género, estos hechos constituyen –en su conjunto– una grave violación a los derechos humanos de las mujeres. Violentan también el artículo 58 de la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria (LFPRH) que establece que los programas presupuestarios dirigidos a promover la igualdad entre mujeres y hombres son irreductibles.

Sólo en 2020 se disminuyó el presupuesto, etiquetado y aprobado por la Cámara de Diputados, en dos mil 163 millones de pesos, lo que afectó a 17 programas específicos; algunos perdieron hasta el 50 por ciento. Once entidades federales o autónomas en sus ingresos no tuvieron este semestre ni un centavo: están en ceros. Y ni de qué hablar de los recortes a las estancias infantiles, los refugios para atender a mujeres violentadas y los 37 millones de pesos que les quitaron a las entidades donde se declaró la Alerta de Violencia de Género contra las Mujeres (AVGM).

¿Cuál es el engaño? Enorme. Hace unos cuántos días, frente a las críticas al recorte presupuestal, las reacciones dentro de su partido, de diputadas y senadoras, de mujeres de las organizaciones sociales y de Amnistía Internacional, el presidente replicó: “En este gobierno, como no había sucedido nunca, se atiende a las mujeres y niñas, a las más pobres, en programas que antes sólo eran para hombres” y puso como ejemplo el de “Sembrando futuro”, para el campo.

Encima de que está sesgada su visión, dice mentiras, una y otra vez. Pero lo más grave, constatado por quien esto escribe, es que el centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP) de la Cámara de Diputados, en respuesta a una solicitud de las diputadas, deja en claro que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) autorizó ejercer, a lo largo del primer semestre, una cantidad de 65 mil 139.7 millones de pesos, de los recursos del Anexo 13 “Igualdad entre Mujeres y Hombres”.

De esos fondos, la SHCP sólo pagó 49 mil 857.4 millones de pesos, por lo que se aprecia un rezago de 15 mil 282.3 millones de pesos. ¿En dónde cree usted?, en los montos para becas de la tercera edad, su programa de oro. No hace falta mucha inteligencia para descubrir el engaño y la mentira, si además se considera que el monto total para las personas mayores, hombres y mujeres forma parte del Anexo 13; ese, donde se etiquetan desde hace ocho años los programas para la igualdad.

Los dichos oficiales se vuelven de papel. La reducción de 152 millones al Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) –organismo público descentralizado, con personalidad jurídica, patrimonio propio y autonomía técnica, como lo indica su ley– es una violación a nuestras leyes y acuerdos internacionales, firmados por México.

Vivir con un pensamiento retrógrado, como el de AMLO, respecto de la igualdad y la libertad de las mujeres, no es retórica; es, francamente, una forma de gobernar. No tiene idea del valor de la mitad de la población, las mujeres que, con su trabajo sin paga, cuidado de niños, niñas, personas mayores y personas enfermas, aportan al Producto Interno Bruto (PIB) cerca del 25 por ciento. Se me olvida que él tiene otros datos y el PIB no vale.

Se llama supina estupidez e insensibilidad a situaciones tan graves como el de la violencia dentro de casa. Y, otra vez, es una mentira que su gobierno atienda a las más pobres. Un dato revelador, también del CEFP, señala que las reducciones afectan tres Ramos: 20 “Bienestar”, 12 “Salud” y 08 “Agricultura y Desarrollo Rural”. O sea, ¿dónde están las mujeres históricamente olvidadas: campesinas e indígenas?

¿Cómo quitarle la careta? Veremos si la población mexicana, esa que se siente engañada, reacciona en 2021. Hace meses que muchas personas no reciben la famosa beca ni la ayuda alimentaria, son rechazadas en las casas de la tercera edad, por ahora cerradas, y no pueden contar con medicamentos, además de su precaria situación económica que no resuelven mil 250 pesos al mes –para quien los recibe–, puesto que no alcanza ni para la canasta básica.

Sin embargo, me dirán: “Mira las encuestas, su popularidad se mantiene”, lo que me hace preguntar es ¿quién hace y cómo y por qué esos sondeos que le hacen pensar al nuevo rey o emperador que el pueblo lo quiere? Veremos.

[email protected]; twitter: @saraloveralpez

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Periodista mexicana de gran prestigio, Consultora de medios, Docente en género y militante feminista, fundó en México las redes de periodistas comprometidas con los temas de la condición social de...