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Los que operan las redes sociales de Barbosa son los mismos que antes tenía Moreno Valle

Rodolfo Ruiz en su columna La Corte de los Milagros, publicada en E-consulta, indica que alguien debería aconsejarle al gobernador Luis Miguel Barbosa revisar quiénes son las empresas y personajes que están detrás de sus redes sociales y los ataques patrocinados que éstos suelen enderezar contra la presidenta municipal de Puebla, Claudia Rivera Vivanco, el que fuera su secretario de Gobernación, Fernando Manzanilla Prieto, el diputado José Juan Espinosa Torres, el rector de la BUAP, Alfonso Esparza Ortiz, quien esto escribe y otros actores que en su momento han criticado o entrado en conflicto la autollamada Cuarta Transformación de Puebla.

Si lo hace el mandatorio se daría cuenta que le han vendido espejitos, ya que las empresas y personajes en cuestión no tienen mayor peso en Facebook y Twitter, ni cuentas con punch mediático ni influencers que marquen tendencia.

Son pura pipitilla, que agrupa a pura pipitilla, agencias con granjas de bots con perfiles falsos y sin seguidores o despachos que presumen una experiencia que en realidad no tienen o que operan con cuentas falsas que no hace mucho se dedicaban a promover las aspiraciones presidenciales del desaparecido Rafael Moreno Valle o hacerle la guerra sucia al hoy gobernador Barbosa.

A reserva de hacer un reporte más detallado de estas agencias, hoy sólo le adelantaré que los operadores de los ataques y las campañas difamatorias de Barbosa contra sus críticos se agrupan en torno a la #Red4TPoblana.

Desde esta red se replican los mensajes de Twitter de las cuentas del gobernador @MBarbosaMX, la Coordinación General de Comunicación y Agenda Digital @CCSGobPue, y el presidente de la Junta de Gobierno del Congreso @Biestro, y se orquestan buena parte de los ataques que la administración barbosista y el diputado Gabriel Biestro Medinilla lanzan contra sus críticos y detractores con granjas de bots de cuentas falsas y, la mayoría, de reciente creación con menos de una centena de seguidores que se auto asumen como chairos de corazón y convicción.

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La elección en Morena definirá al candidato en Puebla

Jorge Rodríguez en su columna A Puerta Cerrada, publicada en El Sol de Puebla, indica que a finales de agosto o principios de septiembre podremos tener casi certeza de la identidad del candidato o candidata del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) a la presidencia municipal de Puebla. Después de que el partido lopezobradorista celebre la encuesta abierta a la militancia para definir al presidente del Comité Ejecutivo Nacional, cargo que ocupa Alfonso Ramírez Cuéllar solo de manera provisional, podrá preverse con precisión quién de los que aspiran podría ser el beneficiado en ese instituto político.

Hasta entonces, y no falta mucho, se sabrá si los astros se inclinan en favor del gobernador Luis Miguel Barbosa y de su “gallo”, el diputado Gabril Biestro Medinilla; de la edil en funciones, Claudia Rivera Vivanco, que claro que desea repetir en ese cargo por un periodo más; del senador Alejandro Armenta Mier, que, aunque en público le dice “no” a la postulación, la realidad es que sí la desea, o de algún cuarto personaje que debido a las circunstancias no ha tenido que moverse todavía o no ha sido requerido para hacer labores de proselitismo, como ya las hacen los otros tres.

A los simpatizantes de Ramírez Cuéllar y Bertha Luján Uranga, donde cohabitan los intereses políticos y se encuentran algunos de los padrinazgos de la edil de Puebla, no les ha quedado más remedio que acatar la resolución del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, que le ha ordenado a la dirigencia provisional realizar una encuesta abierta a la militancia para definir al nuevo presidente del partido, desechando las asambleas que pretendían usar para tomar el control de la designación en favor de la secretaria general.

No obstante, lo que les queda ahora es velar porque esa encuesta aplique en realidad entre puros militantes y no se abra a la ciudadanía en general, donde ciertos gobernadores emanados de la coalición Juntos Haremos Historia (como el de Puebla) podrán meter mano a través de sus operadores políticos para emprender la manipulación de votos y ayudar de esa manera la candidatura de Mario Delgado, quien, para el caso local, jugaría por los intereses de Barbosa y, por tanto, de Biestro.

Por eso es que, una vez conocido el fallo del TEPJF, el debate nacional entre los liderazgos de Morena se ha dado en torno a esa consulta, con interpretaciones a conveniencia.

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Eduardo Rivera y Genoveva Huerta ya amarraron diputaciones pluris, por si pierden la lucha interna del PAN

Fermín Alejandro García en su columna Cuitlatlán, publicada en La Jornada de Oriente, indica que como parte del abierto y cada vez más profundo enfrentamiento entre la presidente del Partido Acción Nacional (PAN), Genoveva Huerta Villegas, y el exedil de la capital Eduardo Rivera Pérez, cada uno de ellos ha venido trabajando un “plan B” en caso de que no logren su propósito de controlar la candidatura a presidente municipal de la ciudad de Puebla, que es la joya de la corona del proceso electoral del próximo año. Cada uno se ha asegurado un cargo estratégico para 2021.

Se dice que Genoveva Huerta ha conseguido un acuerdo con el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PAN para encabezar la lista de candidatos plurinominales a diputados locales, con lo cual estaría garantizando que cuando deje la dirigencia estatal del blanquiazul tenga asegurada una curul en el Congreso del estado de Puebla, y no sólo eso, les estaría apostando a convertirse en la coordinadora de la fracción albiazul y no perder su papel de una férrea crítica de los gobiernos de la 4T.

Por su parte, Eduardo Rivera, ante el posible escenario de que no pudiera ganar la nominación a alcalde de la capital, se dice que en el CEN ha pactado la promesa de asegurar el quinto lugar de la lista de candidatos a diputados federales plurinominales de la circunscripción que corresponde al estado de Puebla.

Ello le permitiría conseguir una curul independientemente del índice general de votación que el PAN obtenga el próximo año.

Aunque estén enfrentados y representen visiones políticas muy distintas, es entendible que ambos hayan alcanzado esos acuerdos, pues Genoveva Huerta y Eduardo Rivera son, por ahora, las figuras más relevantes del PAN en Puebla.

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El Big Brother panista

Alejandro Mondragón en su columna Al Portador, publicada en Status Puebla, indica que era la tarde del 2 de julio del 2012.

El entonces candidato del PAN al Senado, en primera fórmula por Puebla, Javier Lozano Alarcón, reconoció que los resultados no le favorecían.

Igual estaban los abanderados de la capital y zona metropolitana a las diputaciones federales. Habían sido arrasados panistas y priistas por las cartas del PRD-PT que llevaba a la presidencia a Andrés Manuel López Obrador.

El Programa de Resultados Electorales Preliminares y las encuestas de salida establecían a la medianoche de aquel día, que significó el retorno del PRI a Los Pinos, que el morenovallismo había perdido.

Peeeeero algo pasó. En la madrugada se dieron las volteretas de resultados y todos los candidatos del morenovallismo ganaron, incluyendo algunos priistas.

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La prueba de fuego que viene

Valentín Varillas en su columna La Tempestad, publicada en Status Puebla, indica que urgente en lo económico, deseable en lo psicológico, pero sumamente peligroso en lo sanitario, el regreso a la “nueva normalidad” es un hecho para Puebla.

No podía postergarse más el reinicio de las actividades productivas.

Como fuera.

Aquel punto ideal, en donde románticamente convergían el menor daño posible a empresas, negocios, comercios y demás, con una tendencia sostenida a la baja en el número de contagiados y fallecidos, acabó siendo una quimera.

De plano no fue posible controlar ambos aspectos de manera simultánea.

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Morenovallistas tras un nuevo botín

Enrique Núñez en su columna Contracara, publicada en Intolerancia Diario, indica que parte del que fuera un poderoso y temible grupo político, pareciera aferrarse con uñas y dientes al poder, pero sobre todo, a la vida.

Por irónico que pueda sonar, el morenovallismo busca desesperado no morir, busca subsistir y lo peor intentan de todas las maneras y por todos los caminos.

Fieles a la doctrina de su jefe y fundador, los morenovallistas no tienen ideologías y mucho menos arraigo ni lealtad a los colores partidistas.

Cómo lo hizo Rafael, ellos ven a los partidos simplemente como el medio para alcanzar el objetivo del poder.

Para recuperar lo perdido, lo mismo da que sea en el PAN, en el PRD, en el PRI o —si se los permiten— hasta en Morena.

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