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Otra reforma en el horno// Pensiones para burócratas

Carlos Fernández Vega en su columna México SA, publicada en La Jornada, indica que el gobierno federal tiene en el horno una suerte de segundo platillo, un segundo capítulo de la llamada reforma al sistema pensionario que se conoció el pasado miércoles, pero en esta ocasión destinado a los trabajadores al servicio del Estado, quienes en tal sentido tienen ahora, en general, mejores prestaciones –no muchas– que los empleados en el sector privado.

Ayer, el presidente López Obrador lo planteó así: quiero hacer un anuncio, aprovechando, no lo hice ayer, pero lo hago ahora. Esto mismo que se hizo con los trabajadores que tienen que ver más con el Seguro Social, con las empresas, lo vamos a hacer para los trabajadores al servicio del Estado. Nada más quiero que nos den un poco de tiempo?

¿Cuánto? El suficiente para salir un poco de la crisis económica, porque nos va a implicar también destinar más recursos para trabajadores al servicio del Estado, y detalló que los cambios que se cocinan serían aplicables sólo a la burocracia federal, no a la de las entidades (los gobernadores tendrían que pronunciarse). Vamos a presentar también una reforma en ese sentido, para beneficio de ellos. Entonces, los trabajadores al servicio del Estado, que también están planteando una reforma, sobre todo en el caso de maestros, lo vamos a hacer, pero más adelante, es un compromiso”.

De pasadita, dejó en claro que no se negoció con el sector privado ni existe la intención de presentar una reforma fiscal que compense a los patrones por el aumento en las aportaciones previsto en la reforma que se conoció el pasado miércoles. Nosotros vimos bien la propuesta del sector empresarial, porque significa que ellos son los que aumentan su participación, es decir, van a destinar más recursos para las pensiones de sus trabajadores. Es el sector privado el que tiene la mayor aportación, pero a cambio el gobierno no dará beneficios fiscales.

Habrá que conocer el alcance de la propuesta que presentará el gobierno federal, el segundo platillo, por llamarle así, sobre las pensiones a los trabajadores al servicio del Estado, pero en vía de mientras es de esperar que reconsidere la abismal diferencia entre las pensiones que obtienen los trabajadores de a pie y las jugosísimas que recibe la burocracia dorada. Cierto es que se cancelaron las jugosas pensiones a los ex presidentes, pero hay muchas más que permanecen intocadas.

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Jiménez Espriú: civil que cae

Julio Hernández López en su columna Astillero, publicada en La Jornada de San Luis, indica que podría decirse que es una víctima civil. Javier Jiménez Espriú, uno de los acompañantes de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) en la larga travesía hacia el poder político nacional, sucumbió ayer en términos administrativos ante el avance de las fuerzas militares, específicamente la Armada, que está en curso de tomar el control de puertos y aduanas marítimas, en el contexto de la amplísima y preocupante cesión presidencial de posiciones a las secretarías de la Defensa Nacional (Sedena) y de la Marina (Semar).

Es cierto que el presidente de la República tiene entre sus facultades la de nombrar y remover libremente a los miembros de su gabinete y que, a fin de cuentas, en él recae la responsabilidad política e histórica de lo que el gobierno federal haga durante un sexenio y no en sus secretarios o directores. Pero también es cierto que esos subordinados del presidente tienen una área delimitada de operación que debe ser preservada para que el titular pueda entregar cuentas específicas a su jefe.

En el caso de Jiménez Espriú ese ámbito de acción fue progresivamente reducido o abiertamente anulado. La gota que derramó el vaso fue el anuncio andresino de instalar a mandos marinos en los puertos y aduanas marítimas del país, en contravención de lo que indica la Constitución respecto a lo que pueden hacer las fuerzas armadas en tiempo de paz y en detrimento del poder electo para resolver los problemas nacionales por vías pacíficas y civiles, no para entregar porciones crecientes de poder a instituciones castrenses que, por lo demás, históricamente solo han dado iniciales muestras efectistas de mejoría en temas candentes de seguridad pública y lucha contra la corrupción y el crimen organizado pero que, a fin de cuentas, han resultado igualmente de ineficaces, a la par que susceptibles de cooptación por parte de cárteles y capos.

El estilo de despachar a un discordante es novedoso en esta ocasión. Se le ha prodigado difusión al punto de vista del renunciante y gráficamente se ha dado una muestra de civilidad dialogante. Ya antes han dejado sus cargos otros personajes por sostener posiciones distintas a las del presidente, tanto de segundo nivel (comisiones, consejos, direcciones, subsecretarías) como del primero, el secretarial.

Entre estos, Carlos Urzúa, de Hacienda, con quien se tuvo y se mantiene una postura de abierto distanciamiento y animadversión. Josefa González Blanco dejó la secretaría del medio ambiente por una pifia que al paso del tiempo se ve menor frente a excesos o enredos de otros miembros del gabinete a los que se ha otorgado una benevolencia que no se concedió a la chiapaneca que hizo mutis sin mayor aspaviento, como si supiera que en realidad se prefería deshacerse de ella con cualquier motivo.

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La columna Frentes Políticos, publicada en Excélsior, indica que 1. Buenas intenciones. La jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, indicó que aun cuando la lucha en contra de la corrupción ha tenido buenos resultados, falta mucho por hacer. Tras ser cuestionada sobre la encuesta del Inegi, en donde 88% de las unidades económicas considera que los actos de corrupción son frecuentes en trámites de gobierno, destacó el apoyo que ha tenido por parte de los alcaldes para erradicar este flagelo. “Hemos terminado con mucha corrupción que había arriba, hay mucha transparencia. Pero hay muchas otras áreas abajo en donde no hemos podido atender, y estamos comprometidos con acabar y erradicar la corrupción en la ciudad”, dijo. Es el cáncer del país; no lo dejen para después.

2. Viraje. Javier Jiménez Espriú dejó de ser el secretario de Comunicaciones y Transportes, la noticia fue confirmada por el presidente Andrés Manuel López Obrador. La carta de renuncia está fechada desde el pasado 17 de julio, pero hasta ayer fue aceptada por el Primer Mandatario. “Agradecí el apoyo, profesionalismo y servicio aportado al país del ingeniero Javier Jiménez Espriú, quien será sustituido por el ingeniero Jorge Arganis Díaz Leal en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes”, confirmó el Presidente. Espriú se va en un momento en el que la investigación sobre negociaciones con la firma Odebrecht le pisan los talones, y después de que López Obrador transfiriera el control de puertos y aduanas a la Marina, lo que generó diferencias. Qué triste para él que lo mejor de su gestión haya sido su renuncia.

3. Frustraciones. Como nunca, desde que inició la pandemia de covid-19, el secretario de Salud en Nuevo León, Manuel de la O Cavazos, manifestó su enojo porque la ciudadanía no atiende las recomendaciones y porque este jueves se registraron 44 decesos. “Estoy enojado. Podemos hacer más la sociedad, los alcaldes, las alcaldesas, el gobierno federal y el estatal”, dijo. Sin embargo, mencionó que si la ciudadanía no cambia seguirán los casos de contagios y los decesos. “Han minimizado las medidas de prevención”, acusó. Nuevo León reportó en las últimas 24 horas, 44 decesos, una cifra récord, con lo cual el número de muertes se elevó a 899 y los contagios suman 26 mil 856 con los 715 reportados en las últimas horas. Si no existe voluntad política y ciudadana la pandemia seguirá causando estragos. ¿Alguien que convenza a los regios?

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