En lugar de parar su fuente de ingresos, la pandemia de Covid-19 llevó al exluchador José Isaías Huerta Jiménez, “El Gato Gris” a transformar su trabajo, pues pasó de confeccionar trajes para luchadores profesionales en Puebla a elaborar cubrebocas con diseños de los íconos de este popular deporte mexicano.
La idea de tejer estas piezas surgió de haber subido una fotografía en el Facebook con el diseño de una de ellas, pues eso atrajo el interés no solo de poblanos, sino hasta de foráneos por portar en su rostro un cubrebocas distinto a los tradicionales, como parte de la lucha contra el coronavirus.
En entrevista, relató que así es como ha pasado los cuatro meses que van de confinamiento, lo cual lo combina con su pasión por este deporte, el cual practicó y que tras retirarse decidió seguir en la lucha libre, pero desde otra área.
Aunque no pensaba confeccionar estas prendas, tras declararse la emergencia sanitaria por parte de las autoridades, en marzo pasado, se cerraron establecimientos no esenciales como las tiendas donde compraba la tela para los trajes de luchador, por lo que optó por otras modalidades.
“Decir que la pandemia nos haya afectado, creo que no. La gente habla para pedir cubrebocas, estamos enviando al extranjero y a diferentes partes de la república. Entonces, lejos de que nos haya afectado, pues tal vez en los equipos de luchador, pero seguimos trabajando y sacando la producción”, expresó.
De los cuadriláteros a la confección cubrebocas es como él describe su labor, la cual lleva realizando más de 12 años en Puebla capital.
Ahora, su gusto por la lucha libre se ve reflejado en cada uno de los diseños que hace con dedicación.
Costos van de 60 a 120 pesos
El costo por equipo de luchado profesional asciende a alrededor de mil pesos. Consta de las mallas, la máscara, los brazaletes.
En cambio, los cubrebocas varían entre 60 y 120 pesos, dependiendo del material y la forma.
“Empezamos a ver cómo íbamos a subsistir por la pandemia. Surgió la idea de hacer un cubrebocas sencillo, sin nada. Sacamos algunos, como 50; ya después, pues como tengo un nieto, y le gustan las luchas, le hago uno con esta forma. Lo suben al Face y ya de ahí derivó el primer pedido”, relató.
Diseños con los rostros del Santo, Blue Demon, La Parka y Huracán Ramírez son los que más pide la gente, aunque hay otros, como el de El Místico, Psycho Clown, Super Muñeco y hasta del Rey Misterio, un luchador de la empresa WWE de Estados Unidos.
Otros son de Blue Panter y el Dr Wagner. En ocasiones, hasta les llevan o mandan los diseños que luego ven en internet, solicitándole que los haga, por lo que el precio varía dependiendo del material que se use, decoración y detalles.
Huerta Jiménez relató que “echándole ganas” pueden hacer 30 cubrebocas al día, ya que primero debe dibujarlo en la tela, diseñarlo, cortarlo y cocerlo, lo cual hacen en su casa cuatro personas, pues no se trata de “tener un taller” sino hacerlo con gusto.
Rutina diaria se mantiene
Sostuvo que la pandemia no le ha generado cambios en su rutina diaria, ya que, si bien no hacen trajes para los luchadores porque ahorita esta actividad está detenida, hacen los cubrebocas.
Detalló que el principal materia que usa para elaborar sus cubrebocas es charol, el cual impacta en el tiempo de vida útil, que puede extenderse desde tres puestas hasta semanas, dependiendo del uso y la forma de lavado.
Refirió que, como no sabe cuánto tiempo durará la pandemia, él se mantendrá haciendo estas prendas. Contó que llevaron una muestra a una escuela particular y es posible que hagan 300 piezas, en caso de que reanuden clases en agosto.
“Mientras la gente nos los pida, nosotros los seguiremos haciendo. Nosotros no nos enfocamos en el número que hemos hecho, sino en darle a las personas lo que nos solicitan. La verdad, no los contamos, lo vemos como mi trabajo en la lucha libre. Esto nos ayuda a subsistir y mientras haya algo, así continuaremos”, concluyó.
