Valentín desapareció en Arizona; a dos años, su celular sigue activo
Valentín desapareció en Arizona; a dos años, su celular sigue activo. Foto: Especial
Valentín desapareció en Arizona; a dos años, su celular sigue activo
Valentín dejó Puebla en busca del sueño americano; desapareció en Arizona

A los 27 años, Valentín Flores Flores salió rumbo a Estados Unidos por el bienestar de su familia, pero desapareció en el desierto de Arizona, sin que a la fecha se sepa su ubicación, dejando como recuerdo su afición al beisbol.

Valentín abandonó la comunidad de San José Ixtapa, del municipio de Cañada Morelos, para mejorar el nivel de vida de sus hijos y su esposa, Marta Amaro Osorio, quien relató a este medio que fue el 20 de julio de 2018 cuando él partió de Tehuacán rumbo a Sonora.

Ella contó que a los tres días, su esposó arribó a la ciudad de Hermosillo para contactarse con el “pollero” que su cuñado –hermano de Marta– le había conseguido; desde ese lugar, Valentín le llamó por última vez el día 30, prometiéndole “que todo iba a estar bien, que le echaría muchas ganas. Que ya no le marcara, para que su celular le aguantara la pila”, mientras que él se comunicaría en cuanto estuviera “del otro lado”.

Lo siguiente —después de cruzar–, sería caminar junto a otros cuatro migrantes de Zacatecas y Sonora por el desierto de Arizona durante diez días, para llegar a la ciudad de Tucson; no obstante, pasaron las semanas sin recibir información de Valentín.

Para saber lo ocurrido, Marta comentó que su hermano –quien vivía en Arizona— se comunicó con el “pollero”, quien de manera escueta le mencionó: “lo siento, el chavalo se me cansó y lo tuve que dejar”.

“Le pedimos número de teléfono de las otras personas que iban, y dijo: no, ésto es así. Yo llego, los entrego, me pagan, y no vuelvo a tener contacto con ellos. No les puedo dar esa información que quieren. El chavalo se cansó y ya no pudo caminar y ahí se quedó”, expresó Martha.

Sin posibilidad de denunciar en EU

En consecuencia, el hermano acudió al consulado de México en Phoenix, para buscar la manera de denunciar al traficante de personas por la desaparición de Valentín, donde le dijeron que al haberse perdido en el desierto, lo más “viable” era que hubiese fallecido, mientras que para realizar la búsqueda necesitarían muestras de ADN.

Pero Marta comentó que lo que detuvo a su hermano fue la advertencia lanzada por los agentes: si buscaban detener al “coyote”, él iría preso bajo el cargo de complicidad, por haber tenido conocimiento y haberlo “incitado”.

Durante ese periodo, nuevamente se contactaron con el tratante, por parecerles ilógico que Valentín, quien había caminado ya una semana, decidiera quedarse atrás a unas horas de llegar a Tucson, por lo que el “pollero” les mostró en un mapa la zona donde lo dejaron, dándoles –como mejor consejo– que acudieran a un grupo de búsqueda estadounidense.

Valentín desapareció en Arizona; a dos años, su celular sigue activo
Foto: Especial

En su odisea de resultados, Marta y su hermano se contactaron con estos grupos, quienes, a pesar de haberlos atendido, iniciaron la búsqueda en 2019, a un año de la desaparición, sin hallar resultados.

Entre tanto, destacó que en octubre del 2018 acudió a la sede de la Fiscalía General de la República (FGR) en la ciudad de Puebla, donde levantaron la constancia de hechos y trasladaron el caso a la Fiscalía General del Estado (FGE); precisó que el organismo no realizó la sábana de investigación ni activó boletines de búsqueda, hasta que en enero del 2020 otra agente atrajo el caso.

Sin palabras para decir la verdad a sus hijas

“No hallo motivo para que no quisiera regresar. A lo mejor dijera que se fue con otra mujer por problemas familiares, pero no. Él se fue con la mejor disposición de salir adelante por nuestros hijos. Teníamos una vida tranquila”, pensó al buscar respuesta.

A casi dos años de la desaparición, Marta no ha podido decir a sus hijos la verdad, pues desde que dejaron de recibir noticia de Valentín, “inventó” a su hija mayor, quien tenía dos años, que su papá se había ido a Estados Unidos para hacerle una “gran fiesta” y que todos estuvieran bien.

No obstante, a la edad de cuatro, la pequeña encontró en el teléfono de su mamá imágenes y videos sobre las fichas de búsqueda, preguntando el porqué su papá estaba con los desaparecidos, a lo que respondió: “Mira hija, tu papá se fue a trabajar, pero no sabemos qué le pasó. Mantenemos la idea de que algún día va a regresar. Para mis hijos su papá está trabajando. Alguna prenda nueva que yo les compro, preguntan: ¿mi papá te mandó dinero para esto?”.

Cabe resaltar que hasta enero del 2020, Puebla se ubicó en el octavo lugar con más desaparecidos dentro del registro histórico, con 2 mil 998, mientras que a nivel nacional, se han acumulado 61 mil 637.