Ante la falta de apoyos, un grupo de 22 pintores poblanos, nacionales y extranjeros, agrupados en el Movimiento Covid, ponen en venta cuadros que realizaron durante la cuarentena, para romper las barreras del elitismo y abrir el arte a la sociedad, al retratar situaciones que vive el “pueblo”.
El confinamiento provocado por el Covid-19 ha afectado de manera particular a los artistas, aunque también ha servido para que algunos de ellos pudieran materializar en obras las ideas que durante meses o años han circulado en sus cabezas.
Por la falta de apoyos gubernamentales a este sector, pero principalmente, por abrir la pintura a un ámbito más popular, menos elitista, Claudia Martínez Sánchez y otros artistas poblanos, extranjeros y de otros estados, conformaron el Movimiento Covid.
En entrevista a este medio, la artista resaltó que buscan promocionar las obras de 22 pintores que desataron su creatividad durante la pandemia, algunos de los cuales, comentó, han intercambiado anteriormente sus obras por despensas, canalizándoles a las familias más vulnerables.
Para ella, lo primordial es que el arte esté al alcance del pueblo, fuera de exhibiciones de élite, pues la misión del arte es impactar las conciencias, pues se trata de una corriente que “revoluciona” a través de la denuncia.
“El arte no solo es belleza, sino también tiene que reflejar el horror de lo que actualmente vive nuestro país, de las cosas que nos duelen, que está adoleciendo nuestro pueblo. También tiene que reflejar los temas de actualidad, de vanguardia, lo que tanto nos lastima, que es la violencia”, comentó.
El abuso de las transnacionales visto desde el arte
Los cuadros que creó durante el confinamiento son “El hombre felino” y “El guardabosques”, aquellos en los que ha plasmado uno de sus máximos discursos artísticos: la devastación de la naturaleza por el hombre.
Principalmente esto se nota en “El hombre minero”, obra que refleja el “dolor” de los obreros, explotados por las industrias transnacionales, el cual consideró como uno de sus trabajos más importantes, hecho con un amarillo oro en representa la obsesión del humano por este mineral.
En sus obras, se encuentra una marcada influencia de Rembrant, uno de los máximos exponentes del barroco; también, de los mexicanos José Clemente Orozco y la surrealista María Remedios Varo, además del artista italiano de las vanguardias europeas, Amadeo Modigliani.
Diversidad humana en las chinas poblanas
Por su parte, con “Manita manita” –cuadro representativo de las chinas poblanas–, la artista Marissa Soto Aguilar resalta la importante una muñeca para una niña, ya que muchas consideran a su juguete como su “amiga” más cercana, teniendo dicha pintura la peculiaridad de ser fluorescente al apagar la luz.
Destacó que desde que tiene uso de razón, la pintura ha sido el mayor de sus atractivos, siendo que, de pequeña, se “maravillaba” de los dibujos y maquetas escolares de sus hermanos, preguntándoles por cada detalle, lo que la llevó a estudiar arquitectura.
Precisó que los colores en las muñecas significa la manera en la que concibe el mundo, pues la mezcla de tonalidades representa la diversidad del género humano, que ha tratado a lo largo de su vida con respeto.
Dichas obras forman parte del catálogo de obras surgidas durante la cuarentena, mismas que se pueden consultar en la cuenta de Instagram @claudia.martinezsanchez, @galeria.marissa, o mandando mensaje al número 55-74-78-91-38, junto a las de los otros autores.
