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Biografia-JesusLemusPerez

Esta vez usaré mi colaboración para platicarles una experiencia personal cercana al Covid-19, cuya enfermedad arrebata momentos de felicidad y alegría entre los integrantes de mi familia.

Una vez que lean esto, seguramente habrá personas que sigan sin creer en la enfermedad que ha costado la vida de 600 personas en Puebla.

Esta experiencia que les platicaré, tampoco es para victimizarme de lo que vivo en mi núcleo familiar, sino tiene la intención de concientizar aquellos que siguen retando a la pandemia sin medir las consecuencias.

¡Aquí voy!

Hace 2 semanas, uno de mis hermanos (primo realmente), se infectó dentro del Hospital de La Margarita en el cumplimiento de su deber.

Él no podía quedarse en casa para no contagiarse, él tenía que salir a trabajar para ayudar a las personas que a diario llegan enfermos al hospital a consecuencia del virus.

Mi hermano no está en la línea de fuego como los doctores, camilleros o enfermeras, él está en los almacenes donde llegan insumos y medicamentos, que deben estar ordenados para ser entregados al momento de ser solicitados por los denominados soldados blancos.

Todos los días llegaba a su casa, se quitaba la ropa y se bañaba para no contagiar a su mamá, quien por su edad, siempre respetó el confinamiento en casa.

Llegó el día en que no podía respirar y tuvo que internarse en el hospital de La Margarita, a consecuencia del Covid-19.

La incertidumbre se apoderó de mi familia porque no sabíamos de su condición de salud, aunque horas después, nos enteramos que fue trasladado sin previo aviso al Hospital de Metepec, donde siguió un tratamiento para estabilizarlo.

Podría decirse que mi familia encontraba una pequeña luz al final del túnel, pero no fue así, esta luz se apagó con mi tía, madre de mi hermano, quien gritaba que tenía dificultades para respirar.

Otra vez el Hospital de La Margarita nos vio llegar, un poco más desanimados porque en el trayecto, mi tía sufrió un paro respiratorio a consecuencia de esta maldita pandemia que sigue sin tener cura.

Ella cumplió este domingo 12 días internada en el hospital, donde no permiten a familiares quedarse por el río de personas que llega enferma a consecuencia de este virus, pues toda información del paciente siempre se emite cada 24 horas y por teléfono.

Hoy mi hermano está estable y recuperándose en su casa.

Hoy mi tía y cito los reportes médicos: “la señora está luchando y nosotros luchamos con ella, sin embargo, su condición es critica y podría fallecer en cualquier momento si ella no se da por vencida, nosotros tampoco”.

No conozco a estos héroes anónimos que la atienden, pero realmente agradezco el esfuerzo que hacen por ella, pero que Dios los bendiga.

No conozco a quienes podrían leer esto, pero mi mensaje final es que no jueguen con su salud, al final la zozobra, tranquilidad e incertidumbre de como se encuentra un paciente infectado por Covid-19, también mata moralmente a una familia que no sabe el final de esta historia.

No salgan de casa y si salen por un cumplimiento laboral, tomen las medidas sanitarias para evitar enfermarse y enfermar a los suyos.

Hasta aquí mi reporte.

Recuerden escribir a [email protected]

La Frase

“El mayor regalo que le puedes dar a tu familia y al mundo es un tú saludable”.

Joyce Meyer

*Las opiniones expresadas en esta sección son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente la línea editorial del portal de noticias Ángulo 7.      

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