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¿El Gobierno quiere inmunidad de rebaño?

Salvador García Soto en su columna Serpientes y Escaleras, publicada en El Universal, indica que la decisión del Gobierno mexicano de anunciar una reapertura de actividades cuando aún estamos en un pico constante y creciente de contagios de Covid-19, con una curva nada aplanada y más bien ascendente, parece obedecer a dos hechos: primero, a la urgencia de reabrir sectores de la economía que están a punto del colapso ante la falta de apoyos fiscales que no quiso otorgarles el mismo Gobierno y en algunos de los cuales hay presión directa de Estados Unidos para no afectar sus cadenas productivas; y segundo, a que ante la falta de control real de la pandemia y de un modelo epidemiológico que ya fue rebasado y en la confusión total de las cifras, ya no puede saber cuánto durará el pico de contagios y de qué tamaño realmente es la afectación de la pandemia, y opta por un regreso a la actividad y que se contagien los que tengan que contagiarse.

Es como si de facto y sin decírnoslo a los mexicanos, el Gobierno del presidente López Obrador haya apostado, presionado por una economía que se le derrumba por no haberle inyectado recursos y apoyos al empleo, a seguir exactamente el mismo modelo de Estados Unidos, en donde, a pesar del enorme riesgo de que haya nuevas olas de contagios, Donald Trump ordenó reabrir varios sectores económicos y algunos estados republicanos lo siguieron cuando aún no tienen totalmente controlada la pandemia. Lo dijo muy claro el doctor Anthony Fauci ante el Senado de su país: decidir la reapertura por criterios políticos y económicos, antes que por criterios de salud, traerá consecuencias graves.

Y si en Estados Unidos, que con todo su poderío e infraestructura no pudo evitar ser hoy el país con más muertes y contagios convirtiéndose en el nuevo epicentro de la pandemia, la reapertura ocurre cuando nos llevan varias semanas y muchos más recursos en los programas de contención, el panorama es grave en México, y con las consecuencias de una reapertura que además de prematura será desordenada, como la que se empieza a producir ya en varios estados, ante las diferencias y desconfianza entre la Federación y las entidades, podemos esperar seguramente escenarios más complicados y nuevos brotes de contagios.

Porque al final, a diferencia de otros países, como los europeos o los orientales, que están reabriendo su economía y su sociedad no solo cuando efectivamente su curva de contagios no solo estaba aplanada sino era descendente, en México nunca se hicieron pruebas masivas o significativas para ubicar dónde estaban los contagiados y aislarlos. Corea, por ejemplo o incluso España, han tenido brotes controlados en sus reinicios, porque sabían dónde estaban las zonas de riesgo, mientras que los mexicanos saldríamos prácticamente a ciegas, tanto el Gobierno como la población, sin saber cuántos contagiados asintomáticos están en la calle o los centros de trabajo o incluso, cuántos de los que ya tuvieron el virus son realmente inmunes y no pueden contagiarnos.

Al no tener en las primeras dos fases de la emergencia pruebas de contagio o haberlas tenido prácticamente limitadas a un número ínfimo de 0.4 pruebas por cada mil habitantes, hoy ignoramos cuál es el número real de contagiados, sintomáticos o asintomáticos, que hay en el territorio nacional, incluidos aquellos 263 municipios que a partir de hoy podrían reabrir sus actividades y en los que no se reportaron contagios porque tampoco se hicieron pruebas. Y como es muy difícil que en esta fase, a 12 días de reanudar actividades, haya pruebas de contagio, lo que tendría que haber son pruebas de inmunidad, para saber quiénes de los que ya tuvieron el virus no contagian ya o quiénes siguen contagiando; pero tampoco esas pruebas se están realizando y la Cofepris y Salud se han negado no solo a autorizarlas, sino que han prohibido que laboratorios privados las realicen.

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Calderón: autocomplacencias difíciles

Julio Hernández López en su columna Astillero, publicada en La Jornada de San Luis, señala que el más reciente libro de Felipe Calderón Hinojosa (FC) es una especie de recuento anecdótico de una carrera política desde una derecha fallida en sus ansiosas pretensiones de modernidad, o un voluntarioso informe de autosuperación personal durante un sexenio de fraudulento inquilinato en Los Pinos, o un nada disfrazado ajuste de cuentas con quienes fueron sus compañeros de partido (Vicente Fox, Diego Fernández de Cevallos (DFC), Gustavo Madero, Marco Cortés y el Partido Acción Nacional en general), o un rebuscado relato en busca de cierta legitimidad política para sus proyectos políticos en curso (el partido México Libre y un supuesto liderazgo de su esposa Margarita Zavala), o un intento de justificar la “guerra contra el narcotráfico” que desató y ahora niega hasta en términos denominacionales, o un taimado esfuerzo epistolar de colocar en la discusión pública una proclama disfrazada de “carta” al presidente de la República para darse a sí mismo un banderazo de salida rumbo a los comicios de 2021.

Un poco más de quinientas páginas publicadas por Penguin Random House Grupo Editorial, en su sello Debate, bajo el título Decisiones difíciles (par de palabras ya utilizadas, en inglés, por Hillary Clinton y Cyrus Vance, quienes fueron secretarios de Estado de Estados Unidos, como ya se había apuntado en anterior entrega de esta columna).

En todo caso, el título podría haber sido “(Auto) Complacencias difíciles”, pues en términos generales hay una relatoría de explicaciones y de intento de justificaciones, siempre en un tono cercano a las historietas de aventuras, con héroes que a pesar de todo logran salir adelante, y algunas formas menores de autocrítica que terminan como decoración accesoria para subrayar la épica de sí mismo buscada por el peculiar autor a quien las circunstancias políticas y judiciales (Genaro García Luna, como el principal punto de contraste criminal de lo que Calderón plantea como positivo de su sexenio funerario) no le dan para alcanzar las indulgencias políticas que habría supuesto al entregar su original a los editores.

Diego Fernández de Cevallos aparece como alguien repudiado por los propios panistas, por su docilidad ante Carlos Salinas de Gortari. En particular, relata algo con tufo a negociación oscura con Zedillo en la elección presidencial de 1994, cuando el llamado “jefe” parecía tener a la mano el triunfo y, luego de hablar con directivos de la campaña del candidato priista (FC desliza si la plática no habría sido con el propio Zedillo), aceptó como si nada que no hubiera un segundo debate que los panistas suponían que elevaría los bonos de Diego.

Escribe FC sobre este episodio. “Suponía yo que (DFC) convocaría a una rebelión, denunciaría a sus interlocutores. Simplemente alzó los hombros y se despidió de nosotros. No hubo casus belli sobre el tema. Me asombró que lo tomara con tal resignación, y que no derivara eso en un señalamiento público encendido. No hubo denuncia del hecho, ni movilizaciones exigiendo segundo debate, ni convocatoria a ello, nada. Ahí se perdió toda esperanza”.

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Israel Vallarta afectado por el coronavirus

Ricardo Raphael en su columna Política Zoom, publicada en El Universal, indica que Israel Vallarta Cisneros fue contagiado de coronavirus en el penal de alta seguridad de Puente Grande, Jalisco.

El martes 12 de mayo llamó a su esposa, Mary Sanz, para comunicarle que se encontraba delicado de salud, pero no fue capaz de hablar por sí mismo; otras personas tuvieron que ayudarlo a transmitir el mensaje.

La noticia produjo gran preocupación, ya que desde enero Vallarta venía demandando atención médica por padecer una enfermedad respiratoria crónica.

Las autoridades del centro penitenciario fueron omisas por lo que Vallarta tuvo que acudir al amparo con el objeto de que se reconociera y atendiera su condición médica.

Desde el mismo martes 12 de mayo, la esposa de Israel y su amigo Ricardo Sayavedra exigieron información puntual sobre el estado de salud de Vallarta, pero las autoridades del reclusorio se empeñaron en guardar silencio.

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Covideas

Fabrizio Mejía Madrid en su columna Tiempo Fuera, publicada en Proceso, señala que 1. Un hombre mira en la televisión que su obesidad y sus 30 años de fumador son factores de riesgo. Por pánico, comienza a comer compulsivamente y a dejar encendidos hasta tres cigarros en cada cenicero de su casa. Está atrapado: entre más angustia, más riesgo adquiere. Desesperado, le pide consejos a un amigo, quien le recomienda hacer ejercicio. Empieza por correr en el pasillo de su casa, cada vez más rápido, pero, desacostumbrado, se tuerce un tobillo y cae, sin poderse levantar, justo en la puerta de la entrada. Ahí, tirado, piensa que ya no volverá a ver la calle, el jardín de enfrente ni a nadie más. Cierra los ojos y pide un último deseo.

2. Una gerente de Muebles Chantal despierta en su cama y el reloj le dice que son las 10 de la mañana. Se da cuenta que desde hace 30 años no ha estado acostada a esa hora, ni un solo día. Se estira, bosteza, se siente culpable de no estar trabajando. Entonces escucha el sonido de los trastes en su cocina y se paraliza. Mira a su alrededor en busca de algo con qué defenderse. Está claro que quien está en ese instante moviéndose desde la cocina es un ladrón. Sin encontrar nada más que un zapato, sale de la recámara a enfrentarlo. Ahora escucha a alguien silbando en la cocina. Al abrir la puerta, encuentra a otra -mujer, quien se paraliza en el instante de empuñar un cuchillo para embarrar de cajeta una rebanada de pan.

–¿Quién es usted y qué hace en mi casa? –aúlla la gerente alzando el zapato.

–Yo vivo aquí de ocho y media al cuarto para las seis.

Así, la gerente descubre que la otra mujer ha vivido en su casa durante los últimos 30 años. Es, por supuesto, ella misma en una vida doméstica que nunca vivió.

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El nuevo camino de López Obrador

John M. Ackerman en su columna publicada en La Jornada, señala que la crisis actual nos permite visualizar nuevos horizontes. Hay que aprovechar de este crítico interludio para avanzar con un renovado planteamiento de justicia social.

Iniciemos con cuatro premisas: 1) el problema de fondo no es el Covid-19, sino el sistema de organización social hegemónico basado en la explotación y la dominación de unos seres humanos sobre otros, y de todos los humanos sobre la naturaleza; 2) el neoliberalismo no es solamente una teoría económica, sino un esquema completo de valores y una constelación específica de poder político y social; 3) el mundo posneoliberal no debe implicar un simple retorno nostálgico a las viejas teorías del estado de bienestar y las políticas keynesianas contracíclicas, sino el lanzamiento de nuevas ideas y prácticas, y 4) el nuevo planteamiento posneoliberal se debe construir a partir de las especificidades y las idiosincrasias de cada país.

El nuevo ensayo del presidente Andrés Manuel López Obrador, La nueva política económica en los tiempos del coronavirus, cumple cabalmente con estas cuatro premisas. Aborda la problemática actual de manera estructural e integral y nos invita a dejar el camino trillado de las últimas cuatro décadas y buscar uno del todo nuevo a partir de una reinterpretación de nuestra historia y tradiciones.

Ahora nosotros destinamos los apoyos para el bienestar empezando por la base de la pirámide social y de allí hacia su cúspide, escribe López Obrador; queremos construir la modernidad desde abajo, entre todos y sin excluir a nadie.

El Presidente busca remplazar la teoría del goteo, según el cual si llueve fuerte arriba gotea abajo, como si la riqueza fuera permeable y contagiosa, con una visión profundamente democrática en que todos los ciudadanos contribuyen con su pieza correspondiente en el gran rompecabezas de la economía nacional.

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La columna Frentes Políticos, publicada en Excélsior, indica que 1. Barril sin fondo. Tras la emergencia sanitaria y sus consecuencias económicas debido a la pandemia por covid-19, las prioridades presupuestales del gobierno federal no deben seguir centradas en el rescate de Petróleos Mexicanos (Pemex), afirman diversos especialistas. No les ha sido difícil advertir que las tendencias muestran un preocupante recorte del gasto en salud, por la vía del subejercicio. “De persistir las actuales prioridades, las asignaciones al sector energético continuarán al alza, al igual que sus pérdidas”, previó Manuel Molano, director del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco). Ante el desplome de los precios del petróleo y la crisis mundial que se avecina, Rocío Nahle, secretaría de Energía, ¿ya tiene un plan B?

2. Genio y figura… Los maestros disidentes han dejado siempre muy en claro que lo que menos les gusta es meterse a los salones de clases para educar a la niñez del país y optan, siempre, por quedarse en las calles, ya sea para chantajear a los gobiernos o para exigir más y más privilegios. El Comité Ejecutivo de la Sección 22 de la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación (CNTE) descartó el regreso a las aulas por no existir las condiciones sanitarias en las más de 14 mil escuelas de Oaxaca, aunque, para el gobierno federal, 203 municipios oaxaqueños están libres de contagios de covid-19. La última palabra la tiene el gobernador Alejandro Murat. Que no le metan ruido, la especialidad de estos profesores es estar acostumbrados a, siempre, torcer el brazo a los mandatarios.

3. La necedad también mata. Al admitir su mano frágil, el gobernador de Baja California, Jaime Bonilla, aseguró que no pudo evitar la fiesta de boda de un funcionario del gobierno de Ensenada, luego de que circularan imágenes, en redes sociales, de la celebración, a la que asistieron decenas de invitados en plena contingencia sanitaria por la pandemia de covid-19. El mandatario estatal dijo que estuvo “mal hecho, pero tampoco le podemos decir a la persona que no se case, creo que tuvo muy pocos invitados”, expresó el góber. Reconoció que se ve mal ese tipo de acciones, pero “no podemos hacer nada allí”, manifestó. ¿Y así pretendía quedarse cinco años a “gobernar”?

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La columna Trascendió, publicada en Milenio, señala que el gobierno mexicano solicitó a EU asistencia técnica para determinar si el cuerpo que apareció en Sinaloa este fin de semana es de José Rodrigo Aréchiga, El Chino Ántrax, famoso jefe de sicarios de Ismael El Mayo Zambada, cuyo paso por el mundo del hampa hizo de su historia todo un relato de intriga internacional. La clave está en la información genética que tiene el Departamento de Justicia, pues por ley EU toma muestras de ADN de los reos que ingresan a su sistema penal, de ahí que sea cosa de horas para que esos datos lleguen desde Washington.

Que esta semana el ministro José Fernando Franco González Salas someterá a discusión un proyecto que recuerda la omisión del Congreso de la Unión de no haber regulado todavía el derecho de consulta de los pueblos y comunidades indígenas y afromexicanas. Hace 19 años hubo una reforma a la Constitución para incluir los derechos de los pueblos originarios, pero hasta ahora no existe una reglamentación sobre el derecho a consultarlos. Por ello propondrá otorgar un amparo, lo que derivará en una orden para que el Poder Legislativo arregle esa falla.

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