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Militarización, llamemos a las cosas por su nombre

Salvador García Soto en su columna Serpientes y Escaleras, publicada en El Universal, indica que el Presidente que habla diario y de todo, no quiere hablar de la militarización de la seguridad pública. Incluso ayer martes evadió el tema en su monólogo diario de la mañanera, mientras su secretario de Seguridad Pública, Alfonso Durazo, trató de justificar el decretazo para militarizar la seguridad pública y la persecución de los delitos en el país con un argumento tan falso como rebatible: que el “apoyo de las fuerzas armadas” a la seguridad civil “siempre estará subordinado a la Guardia Nacional”.

Y es que ahí está precisamente el problema: la Guardia Nacional siempre ha estado supeditada, en los hechos, al mando militar de la Secretaría de la Defensa. Su comandante Luis Rodríguez Bucio es militar y obedece y le responde al secretario de la Defensa, Luis Cresencio Sandoval, y no a Durazo, al igual que lo hacen los generales que dirigen a los guardias nacionales en los estados del país, quienes reportan y obedecen órdenes solo de la Zona o Región Militar de donde se encuentren y no necesariamente del Gobernador ni de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana a nivel federal.

El mismo Alfonso Durazo comentó en una plática reciente con periodistas y directivos de un diario, en la que tuve la oportunidad de escucharlo, que él y su Secretaría de Seguridad no son los rectores ni los que mandan en la labor de dar seguridad a los mexicanos. “Yo solo tengo un papel normativo (en la estrategia de seguridad federal) el mando operativo lo tienen las Fuerzas Armadas”.

¿Entonces, lo saben bien y siempre lo supieron, si el mismo Presidente se lo pidió al Congreso de la Unión en su iniciativa original donde quería una Guardia Nacional completamente militarizada y bajo las órdenes del Ejército, aunque el rechazo de la oposición lo obligó a negociar una “transición de 5 años” para el regreso de los militares a los cuarteles, que es lo que ahora pone en marcha por decreto, por qué no reconocer que, al igual que Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, decidieron echar mano de la fuerza militar para controlar la inseguridad y la violencia porque no tenían otra opción ante la gravedad del problema y la capacidad armada de los cárteles del narco?

Ayer me explicaba el Consejero Jurídico de la Presidencia, que en realidad el decreto no es algo nuevo y que “siempre estuvo contemplado en el Artículo 5 transitorio de la ley que creó a la Guardia Nacional”. “No hay tal militarización, solo se está aplicando lo que preveía la reforma constitucional”, comentó el abogado Julio Scherer Ibarra.

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Fox: mentiras y enriquecimiento

Julio Hernández López en su columna Astillero, publicada en La Jornada de San Luis, señala que agazapado en las semanas recientes, como si no deseara más confrontaciones directas con el actual presidente de la República, Vicente Fox Quesada reapareció en CNN en español gracias a una entrevista realizada por Camilo Egaña en la que, entre otras declaraciones aventureras, se aventó la puntada de asumirse como un hombre pobre (no en términos intelectuales sino también materiales): “Ahorita difícilmente tengo para comer, yo no le he robado un centavo a nadie. Yo he hecho mi patrimonio con trabajo, sí con una herencia que nos dejó mi padre a nueve hermanos. He trabajado desde los seis, siete años. Aquí no hay riqueza ni dinero escondido (…) Vivo al día. Todo el dinero lo he metido a las fundaciones como Vamos México, Centro Fox”.

El hombre que en 2000 llegó a la presidencia de México gracias al voto esperanzado de millones de ciudadanos deseosos de cambios profundos respecto al ya disfuncional régimen priista de décadas, se ha especializado en la producción y difusión de mentiras y en el incremento y el disfrute escandalosos de una riqueza propiciada por su estancia en Los Pinos, junto a la virtual copresidenta de la República en ese sexenio de opereta, Martha Sahagún, cuyos hijos siguen siendo ejemplo de “exito” empresarial fundado en el aprovechamiento corrupto de las relaciones de poder político (caso que todos los usuarios de la banda presidencial deben tener en cuenta).

A manera de ejemplo: El 22 de agosto de 2005 se publicaba lo siguiente en este espacio, bajo el título “Familia de avestruces” y el subtítulo “Enriquecimientos sin justificación”: “Nadie debería permanecer impasible ante los datos que Anabel Hernández y Arelí Quintero han dado a conocer en La familia presidencial, el libro de reciente aparición que da cuenta del enriquecimiento apresurado, y presuntamente delictivo, de distintos miembros de las poderosas parentelas Fox y Sahagún (…) las dos reporteras demuestran, entre otras cosas, que Vicente Fox Quesada ha omitido informar oficialmente de un lujoso rancho que hasta ahora ha reportado como simple terreno agreste, sin dar cuenta de la magna inversión que se ha hecho para convertirlo en una caprichosa residencia campestre. El rancho secreto, lo llaman las periodistas para contrastarlo con el predio familiar que normalmente asume como único el propio Presidente cuando lo visita en algunos descansos de fin de semana (La estancia, se llama el oculto; San Cristóbal, el «oficial», propiedad ésta que también ha sido altamente beneficiada con dinero público a cuenta de remozamientos abusivos) (https://bit.ly/3dGjsfr ).

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La columna Frentes Políticos, publicada en Excélsior, indica que 1. La unión hace la fuerza. El presidente Andrés Manuel López Obrador y el senador Ricardo Monreal Ávila, presidente de la Junta de Coordinación Política, se encontraron para actualizarse sobre la estrategia para enfrentar el COVID-19 y analizar sus repercusiones. El senador precisó que se tiene claridad y optimismo para vencer la adversidad y pidió a los mexicanos confiar en las decisiones ante la emergencia sanitaria. También hablaron de los asuntos pendientes en el Senado, que recientemente acordó una tregua política y ha mediado entre el sector empresarial y el gobierno federal en pro de establecer acuerdos. Dos cabezas piensan más que una. En esta lucha hay muchos aliados, salvo los opositores, quienes no creen en las estrategias que están sacando adelante a México.

2. Venganza o cambio real. La iniciativa de reforma electoral propuesta por el gobernador Cuitláhuac García fue aprobada con 34 votos a favor, haciendo historia al reducir el 50% de recursos a los partidos políticos, lo que se traducirá en un ahorro de más de 2,000 mdp en cinco años. Tan sólo el primer año, el próximo y hasta el 2024 habrá una reducción superior a los 1,200 mdp, dinero que será redirigido para diversos sectores, como salud, educación, infraestructura y obra pública, además del campo veracruzano; un uso efectivo, mejor que el electoral. Tanto el Congreso local como el gobierno estatal quieren lavarse la cara con esta medida de ajuste de cinturón. Una de cal por la buena cantidad que llevan de las de arena. ¿Algo en contra de las instituciones políticas o austeridad republicana de corazón?

3. Insistencia pertinente. Desde el inicio de la pandemia por coronavirus en México, casi medio centenar de personas que trabajan en el área de la salud han sido agredidas, lo que pone en riesgo el acceso al derecho a la salud y a la vida de toda la población. ¿Qué imaginan los agresores, a quiénes acudirán cuando ellos necesiten hospitalizarse? La mayoría de los ataques han sido contra enfermeras. Por esta razón, el Comité Internacional de la Cruz Roja, la Cruz Roja Mexicana y el Instituto Mexicano del Seguro Social ratifican su solicitud de protección para el personal de salud y unen esfuerzos en el lanzamiento de una campaña de sensibilización pública sobre la importancia del respeto al personal de salud en medio de la emergencia sanitaria. La discriminación y los ataques no llevan a ningún lado.

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