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Ebrard, otra vez entra al quite


Salvador García Soto en su columna Serpientes y Escaleras, publicada en El Universal, señala que en momentos en que al presidente López Obrador se le ha visto “muy molesto” por el escándalo de la compra de ventiladores a sobreprecio del IMSS al hijo de Manuel Bartlett, sobre el que ya ordenó una investigación a la Función Pública, ayer Marcelo Ebrard prácticamente exhibió las irregularidades que se asoman en esa compra, más allá del posible conflicto de interés o tráfico de influencias, cuando frente al mismo Presidente, el canciller informó, desde la mañanera, que él compró “directamente al fabricante de Estados Unidos y sin intermediarios” 211 ventiladores marca Hamilton a precios de entre 384 mil y 600 mil pesos cada respirador, tres veces más bajo de los 1.5 millones de pesos que pagó el Seguro Social a León Bartlett por ventiladores chinos.

“Estos (ventiladores) son hechos en Suiza, la marca es una de las mejores del mundo, que se llama Hamilton…También han puesto precios habituales, son cuatro modelos los que México está adquiriendo: el T1 Militar, el T1, el C1 y el C3 y valen 21 mil dólares (cada uno) 19 mil dólares, 16 mil dólares y 24 mil dólares. Aquí no hubo ningún intermediario, fue directamente con la empresa que los produce”, dijo Ebrard ayer martes en Palacio Nacional mientras mostraba, con el Presidente atento, las imágenes con la llegada de los cargamentos en una operación presentada con toda la intención como limpia y por la que agradeció incluso el apoyo al presidente Donald Trump, con la frase de que “es en las adversidades donde conoces a los amigos”.

¿Sería casual que Marcelo hiciera este anuncio un día después de que el Presidente ordenó a la Secretaría de la Función Pública que “hiciera su trabajo” y que investigara y sancionara el contrato que el IMSS le dio a León Bartlett Álvarez por 33 millones de pesos por la compra de 22 ventiladores de fabricación china, cada uno cotizado a 1.5 millones de pesos? Todo indica que no.

Una vez más, el Presidente utiliza los oficios políticos de su secretario de Relaciones Exteriores para mandar un mensaje con clara dedicatoria: la emergencia sanitaria y la urgencia de hacer compras de insumos importantes para la pandemia, no justifica ni el pago a sobreprecio, ni el abuso de contratistas, echando por tierra el argumento con el que Zoé Robledo pretendió justificar el pago millonario al hijo de Bartlett, cuando dijo que ante la emergencia “la entrega inmediata eso es lo más importante hoy en el precio de un ventilador, el cual puede entregarse de manera inmediata”.

Parece que, aún en la premura y la urgencia, Ebrard consiguió ventiladores a mucho mejores precios, tres veces más barato y, según lo dijo el mismo canciller, también de mejor marca.

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Retador, Felipe Calderón

Julio Hernández López en su columna Astillero, publicada en La Jornada de San Luis, indica que Andrés Manuel López Obrador sostuvo como candidato, y lo ha reiterado ahora que despacha desde Palacio Nacional, que no le parece conveniente desperdiciar energía política al procurar castigo para exocupantes de la silla presidencial que fueron corruptos y criminales, pues tal fuerza y dedicación se requieren para empujar hacia adelante, más viendo al futuro que al pasado, en un perdón claro a los principales responsables institucionales de la tragedia mexicana, una especie de ley informal de punto final que en lenguaje llano y en aplicación práctica equivale a lo que en lenguaje popular se conoce como “borrón y cuenta nueva”.

El presidente de México ha señalado en varias ocasiones que a él no le mueve la venganza, cuando lo que muchos mexicanos le demandan no es su procesamiento de ánimos personales sino la firme aplicación de la ley contra expresidentes y sus pandillas más cercanas, aún a sabiendas del reducido margen para la acción penal que tramposamente se regalaron los anteriores jefes sexenales del sistema político mexicano. López Obrador ha manoseado y pospuesto por sistema el tema de presuntas consultas populares para decidir si deben intentarse acciones contra tales expresidentes, a pesar de que él mismo llegó a asegurar que las convocaría y realizaría por sí mismo e, incluso, mencionó las presuntas preguntas a realizar.

La condescendencia respecto a su antecesor inmediato, Enrique Peña Nieto, podría tener cierta explicación, aunque no una justificación: el frívolo mexiquense que ocupó Los Pinos de 2012 a 2018 cedió el paso, en términos electorales y luego institucionales, al tabasqueño que se prefiguraba como un ganador imparable. Aún cuando el conductor de las conferencias mañaneras de prensa ha descrito una y otra vez el desastre criminal contra el país que le dejaron los antecesores, marcadamente el priista encopetado, no se ha hecho nada de real impacto contra esa facción altamente corrupta (el caso de Rosario Robles tiene otras connotaciones).

Ahora, Felipe Calderón Hinojosa responde retador a lo dicho el martes por el presidente de la República: “la Justicia no es un asunto de consultas, sino de pruebas y de leyes. Si la Fiscalía tiene pruebas de que he cometido algún delito, adelante, que proceda. Pero si no es así, no hay consulta que valga. Respete mis derechos”, tuiteó. ¿Responderá López Obrador con una señal de “amor y paz” u ondeará un pañuelo blanco ante periodistas? ¿Seguirá aferrado a la mala coartada de las “consultas”? ¿Derivará el caso a la instancia formal de la Fiscalía General de la República?

Ayer se advirtió en esta columna cuán “terrible sería que el dinero de García Luna estuviese al servicio de otro proyecto político de su siamés Calderón Hinojosa” y se planteó que, ante las acusaciones de recaudación de recursos del narcotráfico hechas a García Luna en Estados Unidos, y “las recurrentes pruebas de proclividad falsificadora de los promotores principales de México Libre”, es necesario que el Instituto Nacional Electoral “revise a fondo los procesos de las asambleas distritales que darían paso al otorgamiento del registro” de tal organización calderonista-zavalista, incluyendo los “señalamientos reiterados del pago en efectivo a asistentes (entre otros temas económicos)”.


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La columna Frentes Políticos, publicada en Excélsior, señala que 1. Por fin entienden. Los que por fin dieron una muestra de cordura en el Congreso General fueron los integrantes de la Comisión Permanente, pues pospusieron la sesión de este miércoles hasta una fecha próxima todavía por definir. ¿Motivo? Esta vez no es ningún puente, como es la costumbre, sino la emergencia sanitaria por COVID-19 y el pico de contagios esperado para esta semana. La pandemia los obligó a posponer la reunión. A ver si eso sirve para que nuestros legisladores lleguen más documentados y con ganas de negociar en vez de imponer. Reformas y acuerdos urgentes necesita el país para reactivar la economía y eso sólo se logrará con servidores públicos dispuestos y capacitados. Tampoco le haría mal a nadie que, de pasadita, le dieran una buena revisada al sistema de salud.

2. Buena gestión. Quien sigue siendo el operador número uno del presidente Andrés Manuel López Obrador, en cualquiera de los temas, es el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard Casaubon. El día de ayer el canciller, en medio de la semana con los picos más altos de contagios por coronavirus COVID-19, recibió equipo médico, ahora proveniente de los Estados Unidos. Ebrard agradeció al presidente Trump por apoyar al gobierno mexicano para facilitar el arribo de los 211 ventiladores. Por la mañana y durante el día fue el canciller quien recibió los reflectores, pues sus gestiones con Estados Unidos ahora, y antes con China, han sido una bocanada de aire fresco, no sólo para el gobierno federal, sino para todos los mexicanos afectados por el coronavirus.

3. Se le viene la noche. Quien seguro ya no duerme bien en Baja California, y no sólo por el aumento en el número de casos de COVID-19, es el gobernador de dicho estado, Jaime Bonilla, y es que cada vez ve más de cerca el revés a la ampliación de su mandato. En la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) ya se analiza el dictamen de la denominada Ley Bonilla, aprobada apenas a mediados del año pasado, y todo parece indicar que el periodo que va a gobernar don Jaime sólo será de dos años y no cinco, como pretendían que durara su mandato. Bien por Baja California. Ahora sí que ni modo, a acatar el fallo del máximo tribunal judicial. Lástima, Margarito.


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La columna Trascendió, publicada en Milenio, indica que la Mesa Directiva de la Comisión Permanente dio marcha atrás a su intención de celebrar por vez primera este miércoles una sesión a distancia, no solo por dificultades técnicas, sino por los vacíos en el contexto legal. Como lo recomendó el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, el órgano parlamentario encabezado por la senadora Mónica Fernández descartó igualmente una sesión presencial, “en virtud de que esta fecha se encuentra en el lapso de mayor riesgo de contagio por la pandemia de covid-19”.

QUE por cierto, entre los múltiples talentos de Hugo López-Gatell ahora se aparece su lado lírico, pues como parte del programa #DesdeElFondo, organizado por el FCE que dirige Paco Ignacio Taibo II, esta noche el doctor estará como lector de poesía, en una transmisión que incluye entrevistas con Juan Sasturain y James Grady.

QUE debido a que la mayoría de decesos por covid-19 son ya en zonas de bajos recursos, en el Senado se busca que los familiares no tengan una doble pena, por lo que los mexiquenses Juan Zepeda, de Movimiento Ciudadano, y Eruviel Ávila, del PRI, presentaron propuestas para que autoridades de los tres niveles asuman el costo de servicios funerarios y actas de defunción.

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