Banner Programa
PrimerPlano-LoQueDicenLasColumnasDe-Mexico

Aquí hay ‘León’ encerrado

Salvador García Soto en su columna Serpientes y Escaleras, publicada en El Universal, señala que hay algo que no cuadra en todo el escándalo de los contratos millonarios que recibe León Manuel Bartlett Álvarez de distintas dependencias del Gobierno federal. A simple vista el tema resulta tan burdo y tan escandaloso por el inocultable conflicto de interés y el tráfico de influencias que significa que el hijo de un integrante del Gabinete presidencial esté recibiendo contratos —algunos por asignación directa— por casi 200 millones de pesos, que podría equipararse incluso al caso de la casa blanca de Peña Nieto, por el tamaño del conflicto de interés que involucra.

Peor aún, cuando una parte de esos contratos se le entrega al hijo de Manuel Bartlett Díaz, director de la CFE, justo en la emergencia sanitaria por el coronavirus y por parte de las dependencias del Sector Salud que son las únicas que tienen en estos momentos recursos para contratar servicios, incluso por asignación directa, con el argumento de la urgencia por la pandemia. El hecho de que esas dependencias, IMSS, ISSSTE, Sedena o Semar, hayan optado por asignarle sus contrataciones urgentes precisamente a León Manuel Bartlett, de entre tantos proveedores posibles, no parece una decisión que hayan tomado por descuido o a la ligera los directores administrativos u oficiales mayores, vaya ni siquiera los directores o secretarios.

Entre los miembros del Gabinete es sabido que en este Gobierno todos los contratos públicos de cualquier dependencia, que rebasen los 20 o 30 millones de pesos, personalmente los ve el presidente López Obrador y él decide si la empresa o el empresario que va a ser contratado por las secretarías, ya sea por licitación o por asignación directa —un método legal del que han abusado en esta Administración— es la correcta.

Bajo esa lógica los contratos al hijo de Manuel Bartlett debieron ser “palomeados” previamente en Palacio Nacional. Pero asignarle contratos a un hijo de un miembro de su Gabinete no es algo que encaje para nada en el discurso anticorrupción del Presidente.

Dice un dicho que utiliza con frecuencia el Presidente, que “en política lo que no suena lógico, suena metálico”, y aquí no suena lógico que tantas dependencias del Gobierno hubieran actuado de manera sincronizada y concertada para “ayudar” a León Bartlett y a su acaudalada familia a aumentar su cuantiosa fortuna. Lo que nos lleva a pensar en lo metálico: una de dos, o con tantos contratos “de emergencia” entregados al hijo de Bartlett están armando un fondo para financiar otras cosas —un “cochinito”, pues— conociendo bien cómo opera Bartlett, o el hijo de don Manuel es prestanombres de alguien más.

Aquí la columna completa

Calderón: ¿inocente o doble cara?

Ricardo Raphael en su columna Política Zoom, publicada en El Universal, indica que el lunes 19 de octubre del año 2009, el embajador de los Estados Unidos en México, Carlos Pascual, redactó un informe para el Departamento de Estado denunciando como un desastre la guerra de Felipe Calderón contra las organizaciones criminales, en particular en la frontera noreste del país.

“El rendimiento de las fuerzas de seguridad es muy bajo -afirmó. No generan información de inteligencia útil; no existe ninguna coordinación entre las diferentes agencias de seguridad; no patrullan en forma conjunta y si lo hacen, no actúan de manera efectiva”.

Escribió también Pascual que “el Gobierno carecía de un plan para proteger a la población, así como para impedir que las personas se unan a las filas del crimen organizado”.

Esta crítica tuvo como objetivo principal al secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna. En aquellos años este funcionario era el hombre de confianza del presidente Calderón para formular los planes y las acciones de la que fue su política más presumida.

No hay necesidad de leer entre las líneas este informe para concluir que la relación entre García Luna y Pascual estaba herida por la desconfianza, por la impericia del secretario y, ahora cabe teorizar, también por los rumores que lo vinculaban a las mismas empresas criminales que García Luna pretendía combatir.

Aquí la columna completa

Con FCH, EU hacía lo que quería

Julio Hernández López en su columna Astillero, publicada en La Jornada de San Luis, señala que Felipe Calderón Hinojosa sigue entrampado en el tema de Genaro García Luna, el virtual vicepresidente policiaco que le acompañó a lo largo de su sexenio funerario y ahora está preso en Estados Unidos, bajo la acusación de haber favorecido al Cártel de Sinaloa de manera sistemática, “institucional”, durante la “guerra contra el narcotráfico” desatada por el michoacano, entonces panista, que se había hecho de la silla presidencial mediante un sonoro fraude electoral.

El tema volvió a impactar al principal promotor de un nuevo partido político (México Libre) al publicarse una entrevista que Jesús Esquivel, corresponsal de la revista Proceso en Estados Unidos, hizo a Roberta Jacobson, quien fue embajadora en México del norteño país vecino durante dos años. “Conocíamos las andanzas de García Luna… pero debíamos trabajar con él”, es el título del trabajo periodístico, en el que se asegura que “El gobierno de Felipe Calderón tenía en su poder la información sobre los nexos de Genaro García Luna con el narcotráfico cuando éste fungía como titular de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP)”.

Casi 24 horas tardó Calderón en dar una respuesta. Dirigió una carta a la revista en mención, pero no directamente a la fuente declarativa, la exembajadora Jacobson y reiteró que él nunca tuvo pruebas firmes de lo que, en todo caso, refirió como rumores y se preguntó por qué hubo tal apoyo del gobierno estadunidense si es que se tenían datos confiables en contra de García Luna. “Como la Emb. Jacobson dice, lo que había eran rumores no corroborados- ni por EUA ni por México- con evidencias o fuentes sin sesgo”, tuiteó.

Sin embargo, en su defensa, Calderón se mostró como un político disipado (disipar, en el diccionario de la Real Academia Española, tiene como primera acepción “hacer que algo se desvanezca por separación de las partes que lo forman”. Abiertamente reitera que las agencias de Estados Unidos y el Departamento de Estado “tenían interlocución abierta con todas las dependencias de mi gobierno. Y era así porque la estrategia del gobierno mexicano no dependía de una sola persona, sino era una labor de equipo interinstitucional”.

En esa pretensión de mostrarse como un “presidente” disipado, no responsable en términos personales de lo que se hacía sino partícipe de decisiones de un equipo múltiple, Calderón ha aceptado que Estados Unidos hacía lo que quería, sin tomarlo en cuenta a él, en una confesión de sometimiento del aparato gubernamental mexicano a las determinaciones de Washington: el procurador general de la república (PGR), el director del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) y los secretarios de la Defensa Nacional, de Marina, de Gobernación, de Relaciones Exteriores y, por supuesto, de Seguridad Pública (García Luna), “estaban autorizadas a interactuar y cooperar con autoridades de Estados Unidos y así lo hacían. De hecho, en muchos operativos en que se requería, las agencias estadunidenses optaban discrecionalmente por la interlocución uno a uno, con algunas de las dependencias mexicanas ya señaladas”.

Aquí la columna completa

La columna Frentes Políticos, publicada en Excélsior, indica que 1. No baja la guardia. Pese a que este domingo se registraron en Jalisco sólo 41 contagios por coronavirus, no se relajarán las medidas, al contrario, se seguirá con medidas estrictas para evitar mayor propagación. Y quién más para salir al frente sino el gobernador de la entidad, Enrique Alfaro, y decir que los podrán criticar de drásticos, pero que no van a relajarse en el combate contra el COVID-19, y reforzarán sus medidas. Lo cual, en estos momentos de crisis, parece un mensaje contundente, pues es el único gobierno estatal que ha salido a adelantarse, a dar la cara y reforzar e insistir a sus ciudadanos que hagan caso de las medidas. Mucha suerte, Enrique, y a no bajar la guardia.

2. Alerta. Gran problemática es la que se presenta en la alcaldía de Cuajimalpa, que gobierna Adrián Rubalcava Suárez, pues se han recibido reportes de agresiones contra familiares de pacientes con COVID-19, así como personal de salud que también recibe insultos y, aunque la autoridad identifica cuatro puntos de contagios por coronavirus, resulta urgente reforzar la seguridad, porque, hasta el momento, no se ven, en los pueblos de San Mateo Tlaltenango, San Lorenzo Acopilco y San Pablo Chimalpa, operativos tendientes a bajar el número de agresiones, pues es donde se da la mayor cantidad de conflictos. Ojalá que la alcaldía de Cuajimalpa se ponga las pilas y ponga manos en el asunto y paren las agresiones. No debe olvidarse que mucha gente del sector salud está dando la batalla por todos nosotros, aun a costa de su seguridad y salud, no sólo de ellos, sino de sus familiares. Seamos empáticos.

3. Enhorabuena. Gran labor es la que realiza el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y su titular, Zoé Robledo, pues este domingo dieron la excelente noticia de expandir los hospitales que atienden los casos de coronavirus. Ahora el centro de reconversión es el Autódromo Hermanos Rodríguez, en donde se llevarán a aquellos pacientes que requieran hospitalización. El trabajo en este espacio es enorme, pero se prevé que esté listo en días, pues las atenciones crecen debido a los picos máximos de contagios que alcanza nuestro país y la zona conurbada de la capital. Un gran aplauso para el titular del IMSS por tan loable labor. Es momento de sumar esfuerzos y proyectos así nos acercan más a la atención justa que merecen todos los mexicanos.

Aquí la columna completa

incendios forestales