Algunos poblanos salen a la calle mientras nosotras nos exponemos: enfermeras
Algunos poblanos salen a la calle mientras nosotras nos exponemos: enfermeras. Foto: EsImagen
Algunos poblanos salen a la calle mientras nosotras nos exponemos: enfermeras
Algunos poblanos salen a la calle mientras nosotras nos exponemos: enfermeras. Foto: EsImagen

Enfermeras del hospital IMSS de La Margarita, ubicado en Puebla capital, señalaron existe poca solidaridad entre los trabajadores de salud, al igual que una “inconsciencia” en los poblanos que dejan la cuarentena, mientras ellos se exponen diario.

Una de éstas trabajadoras, que eligió el anonimato, manifestó que es “duro” ver a tantos contagiados de Covid-19, siendo que pudieron haber resguardado sus vidas manteniendo la cuarentena.

“Piensas: nadie te dijo que salieras. Comienzas a juzgar y te da rabia porque piensas en tu hijo o esa persona que tienes en casa”, expresó enredada.

No obstante, justificó su molestia en que, para ellos, “es triste” ver cómo el personal de salud se contagia progresivamente.

Y es que antes de que La Margarita recibiera insumos del gobierno federal, este medio dio a conocer que una doctora resultó contagiada de Covid-19, por lo que al menos diez residentes fueron puestos en aislamiento.

Señaló que hay incomprensión y negligencia por parte de los jefes de área, pues “cuando enfermamos nos toman de locos porque piensan que lo hacemos para no trabajar”.

Mencionó que, aunado a esto, hay casos de compañeros que reciben bono económico, pero se niegan a apoyar en el área donde son colocados los enfermos de Covid-19, dejando el exceso de trabajo en los hombros de otros enfermeros.

Llegas a casa y quieres “quitarte lo sucio”

Otra enfermera del mismo centro comentó con tristeza que lo primero en su mente al llegar a su casa es “quitarte todo lo sucio” para no infectar a su familia, pues la sugestión sobre el contagio es tal que a veces “siente” que le duele la garganta, cuando no padece ningún síntoma.

Para ella, la pandemia se siente en el cuerpo; en sus manos, maltratadas por cada lavada; en su rostro con dermatitis por el cubrebocas; tampoco usa maquillaje por riesgo a que se aloje el virus.

Mencionó que suele llorar por la angustia, el miedo, la discriminación y la presión del trabajo; parto que trata de salir al frente con distracciones, como jugar con sus hijas, pese a que llega cansada del hospital.

Pero destacó que su malestar es el mismo al de otros compañeros del centro de salud, pues todos temen, se sienten mal y se consuelan mutuamente cuando entran en crisis.

Hasta este lunes, la entidad cerró con 799 casos positivos de Covid-19, lo que significó un aumento del 18.2 por ciento con relación al pasado viernes, donde hubieron 676.

Amigo golpeado

Relató que el pasado 24 de abril, uno de sus compañeros fue “golpeado” debido a que su hijo, paciente de Covid-19, falleció por una complicación respiratoria cuando él le realizaba una aspiración.

Comentó que, al comprobarse el deceso, la señora, afligida, sacudió al enfermero, gritándole que él tenía la culpa.

Ante la situación, mencionó que personal de seguridad tuvo que apartar al joven, quien, en otra habitación, rompió en llanto, debido a que había convivido con el paciente en los últimos días.

“Nunca había visto llorar a un hombre así. Él es fuerte y lo vi fatal. Nuestro pecado es atender y tratar de ayudar”, expresó.

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