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Un moderno corsario que navega en aguas internacionales de la información sobre economía y negocios para el análisis de la operación empresarial mundial bajo izada bandera británica, llamado Financial Times, ha dirigido sus cañoneras hacia México sin razón alguna. A través de su boca de fuego ha soltado una bala que busca trastornar el ejercicio republicano de su gobierno, incitando -¡desde allá!- a generar una embestida política en su contra. El editorial del 14 de abril titulado “La tragedia presidencial en desarrollo de México” arenga a: “políticos de todos los partidos, gobernadores y líderes empresariales (…) deben unirse para acordar un programa económico y de salud integral para tratar el coronavirus y presionar a su presidente (…) Deben lanzarse desafíos legales contra algunas de sus políticas más cuestionables, pues la terrible catástrofe humanitaria de Venezuela es una clara advertencia de lo que otros cuatro años y medio de López Obrador podrían hacerle a México…a menos que haya un cambio dramático de rumbo”. (https://bit.ly/3b8rwF2).

Como si contara con patente de corso, la empresa presuntamente periodística, lanza la arenga mediante un discurso sin rastro de rigor analítico y panfletariamente ideologizado. Destacan en ella cuatro hechos: a) el pueblo mexicano no está convocado a esa unidad; b) sólo los convocados, deben acordar: programa económico, de salud, y presionar al presidente; c) ve catástrofe humanitaria en Venezuela y no en el Reino Unido; d) la “clara” advertencia no establece si, acusarán a AMLO de dictador; tienen interés en el petróleo mexicano; impulsarán aquí la aparición de un autoproclamado; o si el Financial Times propondrá la invasión militar a México para intentar derrocar al Presidente.

Los actuales vientos de golpismo empezaron a soplar en México al momento que el INE hizo oficial el resultado, y el TEPJF declaró la validez de la elección presidencial que dio el triunfo, legítimo e indiscutible, a López Obrador; desde entonces la élite económica, sus grupos orgánicos, los partidos políticos oficiales venidos a oposición, y todo el aparato mediático, acarician una sola idea: retar a duelo a la voluntad popular de los mexicanos expresada en las urnas para buscar, mediante hechos de fuerza, tirar –como gustan y suelen decirlo- al Presidente de la República. Intencionalmente evitan acudir a los mecanismos legales electorales pues advierten un pequeño obstáculo enfrente: tendrían que reunir por lo menos treinta millones de votos para vencerlo electoralmente. Una tarea que se les antoja difícil de conseguir y por ello buscan darle la vuelta.

Dejarlo gobernar les implica tolerar el desarrollo de su proyecto de transformación constitucional de la vida pública del país. Esta posibilidad les resulta inadmisible y quieren atajarla como sea. Cuando López Obrador ofrece no mentir, no robar, y no traicionar durante su ejercicio de gobierno; deja en claro que el gran capital, nacional y extranjero, no tiene ningún impedimento para poder hacer negocios; lo que no hay, es hacer negocios con el poder. Ésta es su gran molestia. Lo que no están dispuestos a tolerar. Ven en el golpe de Estado que lo arroje del poder, la vía más corta para retomar el control del país.

¿Qué mensaje se manda a la ciudadanía cuando el líder nacional del PAN, Marko Cortés, hace público el reconocimiento partidista al autoproclamado Juan Guaidó, como “presidente encargado” de Venezuela; o, que Vicente Fox se deje ver públicamente acompañando a Jorge “Toto” Quiroga, instigador y representante del golpismo en Bolivia? ¿Mostrar a los mexicanos la inclinación partidista por esos métodos para acceder al poder público? Involuntariamente han exhibido también sus fobias a la democracia y la voluntad electoral del pueblo mexicano que los arrojó de él y quieren, o creen ver, en el editorial del FT una especie de espaldarazo político a sus intenciones…desde el extranjero.

Una vez que los dueños del dinero en México dan sus muestras de insatisfacción por la forma de gobernar asumida por el Presidente, organizaciones empresariales, partidos opositores, senadores, diputados, gobernadores, organizaciones cibernéticas, intelectuales afines, periodistas, opinantes de oficio, artistas, etc., consideran llegado el tiempo para, velada o abiertamente, exigir su renuncia o remoción del cargo; objetivo para el cual no escatiman descalificaciones y satanización de sus acciones y obra de gobierno. Promueven ya una carta dirigida al Presidente titulada “México necesita un plan de emergencia que abarque toda la nación” cuyas premisas rectoras son: a) no hay austeridad que valga ante esta emergencia; b) la política económica de la emergencia consiste en crear las condiciones para que la mayor cantidad de mexicanos nos quedemos en casa; c) salvar el empleo significa salvar la economía que tenemos; d) la sociedad mexicana no esta partida en dos, como lo quieren los partidarios de la polarización y la discordia; e) política masiva, Estado-empresas, para lograr el propósito de cero despidos; f) integración democrática y común de un proyecto en el cual, se reconozca toda la nación (sic).

La carta fue lanzada en charge.org por Salomón Chertorivski. Este personaje -secretario de Salud con Felipe Calderón, de Desarrollo Económico con Miguel Ángel Mancera, y parte del equipo de campaña de Ricardo Anaya- también preside, en la cuenta de tuiter pensandoenMX, un Consejo Consultivo Ciudadano Nacional con apoyo del partido Movimiento Ciudadano. La encomienda de Chertorivski es destacar, entre los firmantes, a ciertas personas: Denise Dresser, Enrique Krauze, Jorge Castañeda, Héctor de Mauleón, Rafael Pérez Gay, Luis Carlos Ugalde, Valeria Moy, Carlos Bravo, Jacobo Dayán, Julio Frenk, José Narro, José Woldenberg, María Marván, Sergio M. Alcocer, Martha Tagle, José Ramón Cossío, y, por supuesto, Chertorivski entre otros; es decir, al flanco mediático empresarial; proponiéndolos partícipes de “un diálogo nacional que defina el futuro del país”, en un terrible lance leonino de cotización política e intelectual que ofende a la democracia, humilla al electorado mexicano, e ignora la legitimidad del gobierno obtenida en las urnas.

En esa línea de intención y objetivo aparecen siete gobernadores que cuestionan el pacto fiscal federal; diversos grupos en redes: Convergencias contra AMLO, No pagar impuestos, Todos por el MISMO, y Frentenacionalantiamlo; en acciones de organización civil de resistencia al gobierno federal convocadas, concurrentemente, por Financial Times y Consejo Coordinador Empresarial. Cabe tener presente que, apenas, López Obrador propuso a sus detractores hacer los cambios jurídicos necesarios para adelantar a 2021 la consulta sobre revocación de su mandato presidencial. Increíble que no aceptaran la oferta.

Heroica Puebla de Zaragoza, a 28 de abril 2020.
José Samuel Porras Rugerio

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