Según diversas opiniones, la combinación entre Covid-19 y estatus migratorio ilegal en Estados Unidos (EU), puede ser una “fórmula mortal” para nuestro país. Recordemos que en EU viven 34 millones de personas de origen mexicano, de los cuales 23 millones son “ciudadanos americanos de ascendencia mexicana y 11 millones son mexicanos afincados en el vecino país” (Gómez, Nexos 2020).
De este universo, la mitad cuenta con un estatus legal para vivir y trabajar allá, pero aproximadamente 5.5 millones son indocumentados. El problema es que, en esta situación de crisis de salud global, nuestros migrantes indocumentados padecen una doble vulnerabilidad: por un lado, se encuentran desprotegidos frente al gobierno norteamericano que les ha negado el derecho a servicios de salud y los ha amenazado con la deportación inmediata. Y, por otro, la indiferencia del gobierno mexicano, que le ha dado prioridad a la repatriación de connacionales en otras partes del mundo.
Sabemos que Nueva York concentra la mitad de los casos de infección en toda la unión americana. Y que un millón y medio de poblanos ahí viven y trabajan. Pero también sabemos que los distritos de Queens y de Brooklyn son los que presentan mayores índices de población migrante y que son, al mismo tiempo, donde se ha presentado el mayor número de contagios y muertes por Covid-19.
Según Gómez (Nexos, 2020), la Universidad Johns Hopkins ha reportado que esta misma situación se puede observar en los distritos socioeconómicos más pobres de Chicago, San Francisco, Nueva Orleans y Los Ángeles, “donde vive la gran mayoría de la población mexicana indocumentada”. Y que un alto porcentaje de esta población padece alguna enfermedad crónico degenerativa.
¿Qué va a suceder, como de hecho ya está ocurriendo, si nuestros paisanos deciden regresar a sus comunidades de origen? Para nadie es un secreto que estamos a días de superar la capacidad instalada de camas de terapia intensiva y respiradores, y que hemos descuidado al personal de salud. Campos y Balam (Nexos, 2020) han dado a conocer cifras muy preocupantes. Señalo solo algunas:
En México estamos 28% por debajo del promedio de médicos y 68% del de enfermeras que el promedio de los países de la OCDE.
La Ciudad de México es la que cuenta con más médicos y enfermeras por cada 1 000 habitantes. Aún así, tiene 43 % menos de doctores que en China, 71 % menos que en España y 72 % menos que en Italia.
Contamos con la mitad de las camas de otros países con brotes graves de coronavirus (Italia y España)”, pero también estamos por debajo de Chile o Colombia. En todo el país hay solo 5,523 ventiladores mecánicos.
Esto significa que, en caso de requerirse toda la capacidad instalada al mismo tiempo, vamos a ver escenas muy crueles de personal de salud decidiendo quién vive y quién muere. Si a esto sumamos que muchos de los paisanos que están regresando van a requerir atención lejos de los centros urbanos más densamente poblados, el panorama se torna desalantador.
En Puebla ya se tienen cientos de reportes de paisanos que regresaron y que ya están con sus familias. El problema es que en los últimos días han comenzado a tener síntomas y han requerido atención médica en sus comunidades.
Puebla es la cuarta entidad con más casos de Covid-19 después de la CDMX, el estado de México y Baja California. La cifra oficial es de 284 casos confirmados y 34 fallecimientos. Pero según la autoridad federal de salud, el modelo denominado “centinela” de vigilancia epidemiológica adoptado por México, no permite conocer a ciencia cierta el verdadero número de casos.
Hay que entender que nuestros paisanos en Estados Unidos están en el “ojo de la pandemia”. Es urgente que autoridades federales y estatales se coordinen para brindarles todo nuestro apoyo y, en su caso, un retorno seguro.
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