*Los de Maquiavelo y los Pretextos Estudiantiles

En esta época de reflexión, por la Semana Santa, vale la pena repasar algunos decálogos, unos serios y otros chuscos.

Con la finalidad de rediseñar el servicio público del Estado de Puebla y que el ejercicio de la función pública se apegue a los principios de legalidad, honradez, lealtad, imparcialidad y eficiencia, el Gobierno a cargo de Miguel Barbosa Huerta, presentó un acuerdo de actuación de servidores públicos en el desempeño de sus funciones.

Dicho acuerdo, que entró en vigor el 8 de enero, busca empoderar al ciudadano haciéndolo el eje de acción de la administración pública y señala los límites de funcionarios y empleados estatales. En otras palabras, son los Decálogos del Gobernador Barbosa.

De entrada, son diez los lineamientos que los servidores públicos deben tomar en cuenta y conducirse con: 1. Legalidad. 2. Honestidad. 3. Austeridad. 4. Imparcialidad. 5. Objetividad. 6. Transparencia. 7. Certeza. 8. Cooperación. 9. Ética. 10. Integridad.

Por lo tanto, los Derechos de los Ciudadanos en el Servicio Público, son también diez:

1. Ser tratados con calidad y calidez, tener respuestas expeditas, claras y satisfactorias y se les debe de garantizar el resguardo y protección de sus datos personales.

2. Los servidores públicos deben abstenerse de recibir, solicitar o aceptar cualquier tipo de compensación, dádiva, obsequio o regalo en la gestión y otorgamiento de trámites y servicios.

3. También se establece que deben conducirse con apego a la austeridad republicana, vivir en la sana medianía, evitar los derroches, la frivolidad y el dispendio; realizar su trabajo con honestidad, rechazar y denunciar cualquier acto de corrupción, sin favorecer a ningún ciudadano por motivos personales ni de ninguna índole.

4. Deben desempeñar sus funciones con respeto a los derechos humanos, con visión de género y erradicando cualquier forma de violencia en contra de las mujeres; servir a toda la ciudadanía por igual, de forma objetiva, empática y cortés, sin discriminación y sin distinciones por razón de raza, religión, identidad sexual, opinión pública, origen, posición económica o cualquier otra condición.

5. Los servidores públicos deben conocer y comunicar a la población los Mecanismos de Atención Ciudadana, para concretar un gobierno incluyente y cercano a la gente.

6. Deben implementar las medidas necesarias para garantizar la accesibilidad universal y que las gestiones se realicen en el menor tiempo posible para los adultos mayores de 60 años, mujeres embarazadas, personas con discapacidad y personas en compañía de niños menores de cinco años.

7. Los servidores públicos deben aprovechar al máximo el uso de las tecnologías de información y de comunicaciones para coadyuvar a transparentar la función pública y, en su caso, detectar con oportunidad prácticas de corrupción al interior de las instituciones públicas.

8. Cuidar el aspecto personal en el trato con la ciudadanía, responder y utilizar lenguaje claro y sencillo y portar durante su horario laboral y de forma visible la credencial que los identifique.

9. Los titulares de las dependencias y entidades deben garantizar que, en caso de que el servidor público solicite algún obsequio o compensación por el servicio ofrecido, los ciudadanos denuncien ante la autoridad competente, ya sea de forma verbal en el número de 800 466 37 86, por escrito o por cualquier medio digital ([email protected]).

10. La Secretaría de la Función Pública y los correspondientes órganos internos de control, son los encargados de vigilar el cumplimiento de estos lineamientos de actuación de servidores públicos en el desempeño de sus funciones.

Hasta aquí los decálogos del Gobernador Miguel Barbosa Huerta. Y como dice el clásico, ¡aún hay más!

Don Catrín de la Fachenda

Para los políticos de ayer, hoy y mañana, vale la pena reproducir el Decálogo de Maquiavelo, publicado en el libro Vida y Hechos del Famoso Caballero don Catrín de la Fachenda, escrito en el año 1819, por José Joaquín Fernández de Lizardi (México,1776-1827).

1. En lo exterior trata a todos con agrado, aunque no ames a ninguno.

2. Se muy liberal en dar honores y títulos a todos y, alaba a cualquiera.

3. Si lograras un buen empleo, sirve en él a todos los poderosos.

4. Aúlla con los lobos, esto es, acomódate a seguir el carácter del que te convenga, aunque sea en lo más criminal.

5. Si oyeres que alguno miente a favor tuyo, confirma la mentira con tu cabeza.

6. Si has hecho algo que no te importe decir, niégalo.

7. Escribe las injurias que te hagan en pedernal y los beneficios en polvo.

8. A quien trates de engañar, engáñale hasta el fin, pues para nada necesitas su amistad.

9. Promete mucho y cumple poco.

10. Sé siempre tu prójimo tú mismo y no tengas cuidado de los demás.

Decálogo de pretextos

A continuación, el Decálogo de los Pretextos del Estudiante.

1. El estudiante siempre tiene la razón, pero el maestro no se la da.

2. El estudiante no llega tarde, los profesores llegan muy pronto.

3. El estudiante no se distrae, examina el ambiente

4. El estudiante no come chicle, desarrolla la mandíbula.

5. El estudiante no copia, compara su cultura.

6. El estudiante no suspende, lo suspenden.

7. El estudiante no pinta venado, lo reclaman en otra parte.

8. El estudiante no destroza el centro, lo decora de otra manera.

9. El estudiante no le hace a la vagancia, ahorra energía.

10. El estudiante no fuma, es estimulado.

Consejos a un hijo único

Vale la pena recordar los diez consejos del millonario estadounidense Nelson Rockefeller a su hijo único.

1. Vive contento, aun cuando tus ingresos sean reducidos.

2. Trata de vestir con elegancia, no con lujo.

3. Busca el refinamiento, no la moda.

4. Sé respetuoso y respetable.

5. Trata de ahorrar, no de ser rico.

6. Estudia denodadamente, pero piensa calladamente.

7. Habla suavemente, pero actúa con franqueza.

8. Aprende a escuchar a las aves, a las estrellas, a las criaturas y a los sabios con el corazón en la mano.

9. Soporta lo negativo con la sonrisa en la boca.

10. Espera a que se presenten las ocasiones propicias, jamás te precipites para recibirlas.

En fin, como escribió Olga Orozco (Argentina, 1920-1999), en su poema El Sello Personal:

Son mis pies para el paso,

paso a paso sobre todos los muertos,

remontando la muerte con punta y con talón,

cautivos en la jaula de esta noche que debo atravesar y corre junto a mí.

Pies sobre brasas, pies sobre cuchillos,

marcados por el hierro de los diez mandamientos:

dos mártires anónimos tenaces en partir,

dispuestos a golpear en las cerradas puertas del planeta

y a dejar su señal de polvo y obediencia como una huella más,

apenas descifrable entre los remolinos que barren el umbral.

[email protected]

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Abogado egresado de la UNAM. Fue reportero de El Heraldo de México, director de La Voz de Puebla, subdirector y director de El Sol de Puebla, director de Comunicación Social de los alcaldes Jorge Murad,...