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Encuestas echan por tierra la especie de que #PueblaEstaConBarbosa

Rodolfo Ruiz en su columna La Corte de los Milagros, publicada en E-consulta, indica que este lunes se difundieron dos encuestas que ubican al gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta, de Puebla, como el peor del país en diferentes rubros.

La primera encuesta realizada por México Elige evaluó al mandatario de Puebla con una confianza de 27.7%, colocándolo en el antepenúltimo lugar, sólo por encima de los gobernadores de Morelos, Cuauhtémoc Blanco, y de Michoacán, Silvano Aureoles.

La misma firma preguntó a los encuestados de cada entidad sobre qué tan de acuerdo o desacuerdo estaban con las acciones que habían emprendido sus gobernadores frente a la crisis del coronavirus. Barbosa tuvo un porcentaje de aprobación de 43.4%, que lo situó como el gobernador peor evaluado del país.

El porcentaje del presidente Andrés López Obrador fue del 50.4%, y el del gobernador de Baja California Sur, Carlos Mendoza Davis, quien fue el mejor calificado del país, de 85.6%.

Esta encuesta se levantó del 31 de marzo al 5 de abril, a una muestra de 25 mil 863 mexicanos mayores de 18 años con acceso a Facebook.

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En el Covid–19 Puebla ya es tercero en todo y falta mucha prevención

Fermín Alejandro García en su columna Cuitlatlán, publicada en La Jornada de Oriente, señala que pese a las variables y atraso en la actualización de los indicadores oficiales, Puebla se ha ubicado en el tercer lugar nacional con más casos de infectados con el Covid19 y con más defunciones. Es un proceso, que como era previsible por el comportamiento global de la pandemia, registra cifras que ya empezaron a crecer a un ritmo acelerado. Tal situación preocupa porque frente al loable esfuerzo gubernamental de frenar el avance del coronavirus, los sectores sociales y empresariales se resisten a la cuarentena, que es el único freno efectivo en contra de los contagios masivos.

Con el salto de Puebla a 156 personas positivas y sobre todo 9 defunciones –la cual es una cifra que se cuadruplicó en cuatro o cinco días– es necesario que se observe la experiencia de Estados Unidos, en donde en 29 días dejó de ser un país con un leve problema de expansión del Covid19 y ahora es el epicentro de la pandemia. En particular, en el estado Nueva York en donde hay 130 mil contagiados y 4 mil 700 defunciones, a la vez que es la zona de la unión americana con más migrantes poblanos.

Puebla concentra el 6.39 por ciento de las personas contagiadas con el virus en el país y el 7.2 por ciento de las defunciones, pero supera con esos números a 29 entidades del país.

El problema es que muchos ciudadanos, pero sobre todo empresarios y comerciantes, junto con algunas autoridades municipales y líderes religiosos, están mal interpretando esas cifras y el sentir es que el problema de contagios es menor al que se preveía. Es común escuchar el dicho de que a diario muere más gente por accidentes o actos delictivos, y nadie se espanta por esos números.

Mucho de ese comportamiento tiene que ver el ínfimo grado de credibilidad hacia las autoridades, como consecuencia de que los últimos 38 años los gobiernos de PRI y el PAN generaron un estado de crisis socioeconómica permanente. Y por eso amplios sectores de la población siempre ponen en tela de duda los llamados de prevención o de sumarse a algún esfuerzo colectivo.

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Un alcalde criminal por el que nadie responde

Arturo Rueda en su columna Tiempos de Nigromante, publicada Diario Cambio, señala indica que agobiados por la contingencia del coronavirus, para casi todos pasó desapercibido que hace un par de semanas hubo una balacera de época en Ajalpan, municipio clave de la Sierra Negra.

Trascendió que las autoridades municipales permitieron la fuga del comando armado que mató a un policía municipal e hirió a otros.

Ahora sabemos que Ignacio Salvador era jefe ambos. Como alcalde, de los policías municipales, y como criminal, de una banda ligada a un tipo apodado El Momo -que no El Mamer- y que traía jodido a los empresarios de la región.

La historia de la balacera es enredada, pero parece que un grupo de policías municipales se cansó de seguirle el doble juego al presidente. Todo quedó evidenciado en las investigaciones de la Fiscalía.

Y como ya se sabe todo, Ignacio Salvador se dio a la fuga previa solicitud de licencia para entregarle la alcaldía a… ¡su hijo!

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