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Es difícil reconocerlo pero así es, estamos en un México, como nunca, polarizado socialmente, ahora veo dos grandes grupos, los que tienen y los que medianamente tienen. Porque no es cierto que los grandes empresarios en México sean muchos y con grandes capitales, pues los muy ricos son pocos y son los que están viendo, desde su torre de marfil, la forma en que se despedaza la sociedad mexicana.

Aquí, hablo de los medianos y pequeños empresarios que son la mayoría en este país, y son quienes están sufriendo los estragos, de una economía, desde hace algún tiempo “en picada” y, de no rescatarlos, serán los que no pueda sostener a un gran número de empleos.

Una reprogramación mental

Miren ustedes, vivimos en una sociedad, en donde el pensamiento vale mucho porque, precisamente por la forma de pensar, en esta dividida sociedad, algunos defienden las ideas del gobierno en turno, del cual conocemos su filosofía “primero los pobres”.

Pero ellos quienes la defienden y dicen vamos bien solo falta tiempo para ver resultados, muy respetable su pensamiento, pero la defienden cuando, semanal o quincenalmente llevan a su casa lo necesario para surtir una despensa y pagar sus abono a tarjetas o en general cumplir con sus compromisos económicos.

Qué pasará cuando, a las personas a las que me refiero en el párrafo anterior, les digan en su trabajo, “sabe que ya no puedo mantener la plantilla de trabajadores y entre el recorte estas tú, y tengo que darte las gracias”. Después de eso el desempleado tiene que buscar y, desafortunadamente, no tan fácil encontrará otro empleo, ahí es en donde comenzarán sus reproches, pero lejos de reprochar a un sistema político, dirige las “mentadas” al empresario, al que creó su mediana empresa con mucha lucha, con mucho esfuerzo de toda índole, y que ahora por una mala situación que no es culpa ni de él ni de un gobierno, pero por falta de apoyos, tiene que recudir su tamaña o cerrar sus puertas.

El desempleado, momentáneamente, podrá conformarse con la miseria que le dará el gobierno bimestralmente, entonces se acostumbrará a vivir con menos recursos, sí, pero si vemos las ambiciones y los deseos que día a día se van fincando en la mente de cada ciudadano, y en la de sus hijos. Muchos de ellos optarán por la realización de otras actividades, de dudosa índole, para lograr tener lo que, con un apoyo gubernamental, no puede lograr.

Aprender una nueva convivencia Gobierno y sociedad

Hoy por hoy debemos aprender una nueva técnica de análisis, de reflexión, con base en hechos ya consumados, es necesario tener mayor y mejor información posible y analizarla con sentido común, tomar decisiones con el pensamiento positivo, no de venganza ni de egoísmo.

Es hora de unirse, Trabajadores, Gobierno e Iniciativa privada, aunque no se quiera, así debe ser si pretendemos un nuevo México, una nueva sociedad, por ello hay que aprender a manejar nuestro pensamiento.

Alto a la polarización social

Ese debería ser el grito de la sociedad en su conjunto, pues debería ser también corresponsable de las acciones que se están diseñando, dentro del sector público, para el rescate de la economía.

Así como siempre se ha pedido un cambio verdadero, deberían darse cuenta que sin empresas, en México no habrá cambio, no habrá dinero que alcance para sostener las necesidades de muchos pobres y desempleados, no lo habrá, y entonces ¿qué pasará?

Por lo anterior apunto lo siguiente:

1.- Una cosa es con lo que uno simpatiza, bien sea un líder, un luchador social, una figura pública o el pensamiento liberal o conservador de otros, muy respetable por cierto, y otra es aceptar a “ciegas” lo que dice una figura pública, sea de la ideología que sea.

2.- El “efecto boomerang”. Tal vez sería bueno dejar el dicho de muchos que simpatizan con el actual gobierno “ahora si ya no les gusta” pero cuando estaban en el poder no decían nada”. Tal vez es una expresión que señala rotundamente “Ahora nos toca a nosotros”, pero si vemos que esa forma de pensar, para muchos solo es eso, una forma de pensar, porque ahí se queda en el pensamiento, dado que no reciben ningún beneficio. Lo que tampoco beneficiará y sí dañará económicamente a mucha gente, es el cierre de numerosas micro y pequeñas empresas, dado que se corre el riesgo en la sociedad de producirse un efecto boomerang, por lo que, desafortunadamente, mucha gente que, ahora, no acepta el apoyo del sector público al sector privado, tendrá “damnificados” en su familia.

3.- La división del sector empresarial. Lamentablemente la polarización, se ve también en el sector empresarial, porque hay acuerdos con empresarios, dicen las declaraciones del gobierno federal, pero ¿con que empresarios? ya sabemos que esto siempre ha existido, empresarios consentidos y empresarios que, por rebeldes, no se les toma en cuenta.

Creo que un buen líder nacional sería el de no etiquetar y ver al empresario como tal, como empresario, independiente de su ideología, pues lo mismo arriesga un empresario color “verde”, “Amarillo, “Azul” o “Rojo Marrón”.

Considerando que no se había presentado una contingencia de la magnitud que estamos viviendo, creo que se debería, en la sociedad, reprogramar la forma de ver a los empresarios en México, no es posible seguir con las mezquinas políticas de siempre, cuando se viven nuevos tiempos difíciles.

Esperemos que cada cual haga la mejor tarea y que todo sea para bien de la economía del país, les aseguro que nos conviene a todos.

Como dijo Laureanito Díaz Andrade, al tiempo… al tiempo.

Yo digo, veremos y apuntaremos.
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