Existe gran contaminación en el Pacífico mexicano, ya que se detectaron fragmentos de microplásticos, pues tan solo en la Bahía de Navidad, ubicada en la costa Sur de Jalisco, se calcula la presencia de una a dos piezas de estos contaminantes por metro.
Eva Rose Kozak, doctora en Biosistemática, Ecología y Manejo de Recursos Naturales y Agrícola, e investigadora del Centro Universitario de la Costa Sur de la Universidad de Guadalajara, es quien comenzó el análisis, debido a que en un estudio publicado por Plos One, se estimó que los mares del planeta están contaminados con aproximadamente 5.25 billones de micropartículas de basura plástica flotante, pero, en los mares mexicanos, la investigación es prácticamente nula.
Dicha investigación de Rose Kozak es apoyado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt). Cabe resaltar que este es el primer esfuerzo de investigación para cuantificar microplásticos en las aguas costeras del Pacífico mexicano y su efecto en la cadena alimenticia marina.
La doctora indicó que mediante la acción bacteriana, el oxígeno atmosférico y el movimiento mecánico de las olas, que estos microplásticos llegan a los océanos y contaminan.
Asimismo, comentó que en el caso de la Bahía de Navidad y Cuastecomate, en Jalisco, así como en Manzanillo y Santiago, en Colima, una de las principales fuentes de microplásticos son las fibras sintéticas.
“Al lavar la ropa, el agua se va directamente al mar porque las plantas de tratamiento no existen o no funcionan. Las microfibras de polietileno que se desprenden se convierten en la mayor concentración de microplásticos detectada”, señaló.
En consecuencia a lo anterior, el zooplancton se conforma por microorganismos capaces de ingerir microplásticos y pueden afectar su reproducción, ya que confunde con alimento.
De esa manera, no les permite vivir ni crecer, y esto podría disminuir la transferencia de biomasa a organismos que son importantes en la vida marina.
Por otro lado, para Kozak, el cambio de nuestros patrones de consumo es importante, puesto que “una parte de este proyecto es la educación, nos enfocamos a visitar las escuelas para resaltar la necesidad, no solamente de reciclar, sino de reducir nuestro uso de plástico”.
Además de sensibilizar, a las poblaciones locales, que se está iniciando mediante el Programa Interdisciplinario de Educación Nacional para la Salvaguarda Ambiental-Piensa. Es necesario “hacer ese vínculo con la comunidad y dar a conocer información sobre cómo impactar lo menos posible”.
Esta iniciativa contará con la participación de alumnos de biología marina, quienes realizarán talleres y actividades con los habitantes de la comunidad de San Patricio–Melaque, ya que, 80 por ciento de la basura que flota en los océanos es plástico, según un estudio publicado en la Revista de Polímeros y medio ambiente (Journal of Polymers and the Environment).