Tras casi dos meses de diligencias, el proceso de destitución (impeachment) de Donald Trump como presidente de Estados Unidos colapsó en el Senado del país, donde la mayoría republicana lo declaró no culpable de abuso de poder y obstrucción al Congreso.
Lo anterior, en sesión realizada este miércoles por la tarde en la sede del Legislativo estadounidense, ubicada en Washington, donde 48 senadores votaron a favor de condenarlo, frente a 52 que lo absolvieron del cargo de “abuso de poder”, por presuntamente condicionar la entrega de apoyo militar a Ucrania a que este país iniciara una investigación al demócrata Joe Biden, su rival político, por presunta corrupción.
En esta ronda, destacó el voto de Mitt Romney, senador republicano, a favor de declarar culpable a Trump por este cargo, con lo cual se convirtió en el primer legislador en la historia del país en apoyar la destitución de un presidente postulado por su mismo partido.
En tanto, sobre la segunda de las acusaciones, por supuesta obstrucción a la investigación del Congreso sobre el caso, 53 legisladores -todos los de la bancada republicana- votaron a favor de absolver a Trump, mientras que los 47 demócratas, para declararlo “culpable.
Con estas votaciones, quedó cancelado el proceso de destitución, pues para que este siguiera adelante era necesario el respaldo de dos tercios del Senado a alguno de los dos cargos políticos.
Desde septiembre de 2019, la demócrata Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes, impulsó el impeachment a Trump a raíz de que un informante contó a los servicios de inteligencia sobre una llamada de Trump con su homólogo de Ucrania, Volodímir Zelenski, realizado en julio, para que investigara Biden, quien busca la candidatura demócrata para disputar la presidencia a Trump, y su hijo Hunter, por presunta corrupción en ese país.
Según la acusación demócrata, Trump habría condicionado la entrega de casi 400 millones de dólares en ayuda a Ucrania a que el gobierno de Zelenski anunciara que planeaba investigar a Biden.
El pasado 16 enero, inició formalmente el juicio contra Trump en la Cámara de Representantes, dominada por los demócratas. Sin embargo, cuando el caso llegó al Senado, los republicanos desecharon llamar a testigos a declarar y apresuraron el proceso.