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Una de las mesas, la de siempre, del restaurante Moncayo en el hotel Marriot a la entrada de la ciudad de Puebla en la avenida Hermanos Serdán, fue el escenario de las negociaciones.

Faltaban pocos días para la elección extraordinaria de gobernador de Puebla del 1 de julio de 2019.

Sólo tres personas se sentaban ahí.

Rosario, Charito, Orozco Caballero, su esposa.

Luis Miguel Barbosa Huerta, el candidato a gobernador.

El operador político, morenovallista, en turno.

Ni Méndez, ni Meza, ni Cotoñeto, ni demás colaboradores de la campaña del ex senador.

Las negociaciones fueron directas con los operadores morenovallistas, que no necesariamente, panistas.

Sí, claro que sí, con los operadores morenovallistas.

Se trataba de ganar la elección que cada día se “apretaba” más frente a Enrique Cárdenas Sánchez, candidato del PAN, Movimiento Ciudadano y creo que PRD.

Cárdenas levantaba y de seguir así, hoy sería inquilino de Casa Puebla.

Al ver los resultados de su encuestador de cabecera (Más Data), Barbosa aceptó los consejos y se puso a trabajar para pactar con un ala del morenovallismo.

Algo le ayudó o mejor dicho, mucho le ayudó.

El triunfo electoral de Luis Miguel Barbosa no fue gracias al Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).

Fue gracias a la operación política y electoral que trabó con un sector del morenovallismo, al que Cárdenas y el PAN abandonó.

A final de cuentas, ganaron Barbosa y Acción Nacional.

Barbosa ganó, pero es un gobernador endeudado con un sector del morenovallismo, que está en espera de que los acuerdos se cumplan.

El PAN ganó con la derrota de Enrique Cárdenas, porque el ex rector de la UDLA a estas alturas ya hubiera, prácticamente, aniquilado al partido azul para inclinarse por el naranja.

Punto.

He escrito y he informado.

Ahora resulta que el JJ, ya es corrupto

La denuncia por presunto enriquecimiento inexplicable (no puede ser ilícito hasta que un juez lo sentecie), del ahora diputado local José Juan Espinosa, data de los tiempos de la campaña electoral de 2018.

La acusación fue presentada por Mario Riestra Piña, entonces candidato a Senador por el Partido Acción Nacional y los partidos que formaron el Frente Frío Moreovallista.

En aquel tiempo, según las escrituras, José Juan no era corrupto como ahora lo acusa la corriente política del gobernador Luis Miguel Barbosa.

Cuando José Juan prestó los documentos de su casa en la 15 y 15 de San Pedro Cholula, para hacer legal la vecindad de Gabriel Biestro Medinilla, ahora presidente de la Yunta, perdón, Junta de Gobierno y Coordinación Política de lo poco que le queda de Honorable al Congreso del Estado, no era corrupto.

Cuando aportó recursos del gobierno de Cholula, para la campaña de Morena, no era corrupto.

Cuando fue al hotel MM a hacer el escándalo contra el presunto fraude electoral y atrapó ahí a Martha Erika Alonso, no era corrupto.

Cuando lo necesitaron como aliado y patrocinador, no era corrupto.

Pero hoy, es ejemplo de corrupción porque se peleó, fiel a su estilo, con el gobernador Barbosa y el diputado Biestro.

Estas líneas no se tratan de una defensa del señor Espinosa Torres.

Ni le hace falta y ni a mí me importa un carajillo (Leáse bebida combinada de café express y licor 43).

Tampoco se trata de demostrar la incongruencia de los políticos en su discurso y actuación.

Se trata de corroborar que la congruencia, en la política, es discurso y letra muerta.

Por mí, José Juan puede quedarse en la playa, el Congreso, en Cholula, en su casa, en Las Vegas, en España, en Atlixco, en Cuernavaca, en CdMx, en Morena, en el PT, en prisión o sin pensión.

Me vale absolutamente m…

Lo único que la historia dice es que, es como cucaracha, me refiero a su resistencia y sólida sobrevivencia, no es ofensiva la comparación:

Se peleó con Marín, con Moreno Valle y ahora con Barbosa… El primero es prófugo de la justicia, el segundo está muerto y el tercero es gobernador.

Como en la 4T poblana no saben, que le quede de lección que si al JJ no lo aniquilas, puedes quedar a su merced.

Punto.

He dicho y he escrito.

Ni Obama

El año 2020 es fundamental para meter en cintura a los presidentes municipales, en especial a los de la Coalición Juntos Destrozaremos la Historia. Empieza la revisión de las cuentas públicas y como la mayoría de los alcaldes son novatos, los que las revisan y aprueban ya hacen cuentas de los moches (para su aprobarlas), que superan lo que no pediría, ni Obama.

El Verdugo

Ojalá el Instituto Electoral del Estado, leáse el C. Gobernador, apruebe la formación del partido político del Movimiento Antorchista. Así, deberán ajustarse a la ley. El Verdugo dice: Tendrán posiciones políticas, pero perderán margen de extorsión.

Es todo por hoy.

Recuerden: De Buena Fuente no es la mejor columna política, pero tiene a los mejores lectores.

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