Con el inicio de año y de década, los reacomodos políticos y sociales se dejarán venir. Un año donde los partidos deberán aplicar estrategias o para mantener el poder o para arrebatarlo al enemigo. El caso de Puebla es especialmente interesante porque se reavivarán odios, rencores, filias y fobias, muy parecidas a las experiencias del pasado.

El tema del accidente donde murieron Martha Erika y Rafael Moreno Valle no dejará de ser utilizado como bandera política de los panistas que ahora ven sumado a su estrategia al obispo auxiliar Felipe Pozos Lorenzini, quien protagonizó a finales del año un desbarajuste entre sus hermanos.

En su homilía del 24 de diciembre dijo que Martha Erika había consagrado su gobierno a la Virgen de Guadalupe y que a él le constaba que era una buena católica, que iba a misa y le rezaba al Santísimo.

Para la comunidad de sacerdotes poblanos se trató de un asunto de moral religiosa que no puede discutirse, pero como dice el Evangelio que dijo Jesús “por sus frutos los conoceréis”, y en eso hay bastante tela de dónde cortar.

O es que acaso Lorenzini no se enteró del fraude electoral, del robo de urnas, de la manipulación del voto, de la violación de los derechos humanos y de quién sabe cuántas cosas más.

La Iglesia católica en Puebla enfrenta este año un panorama de divisiones, los que están con el PAN y quienes buscarán como ejercicio sacerdotal la orientación y el bien común.

Y los panistas, abiertos ahora a la suma de candidaturas ciudadanas, aprovecharán la estrategia para consolidar una plataforma con miras a las elecciones del año próximo. Se sumará la Coparmex con la bandera de la inseguridad, aprovechando el lamentable asesinato del hijo de uno de sus afiliados.

El PRI, no su presidente Lorenzo Rivera, intentará poner en valor el peso de su voto y quizá con las alianzas por debajo de la mesa con otros grupos de poder, sin importar la camiseta. Se habla ya de una alianza para la capital entre el agua y el aceite.

En la estrategia de todos los partidos figuran las alianzas para quitarle mayoría a Morena en el Congreso del Estado y desde ahí sujetar al gobernador.

Miguel Barbosa tiene que reacomodar a su gente, colocar a quienes puedan destacar como aspirantes naturales a diputados federales, locales y presidentes municipales. Un hueso duro de roer será la capital de Puebla.

Habrá polémica ciudadana por la decisión de mover la rueda de la fortuna, la Estrella le llamó el morenovallismo. Los intelectuales, investigadores y urbanistas que criticaron su instalación frente al Centro Escolar, deberán ahora poner en valor su opinión.

El INAH permanece callado, porque aún no recibe la solicitud para colocar la rueda en la zona de San Francisco.

Dicen que será en la ex fábrica Los Ángeles, donde Melquíades Morales colocó la primera piedra para construir un hotel, asunto frustrado por José Antonio Alonso Espinosa.

La zona de San Francisco no ha terminado de consolidarse como se proyectó. Los inversionistas no han tenido todo el éxito que se pronosticó. Ahí está el caso del centro comercial, o del hotel Rosewood que se ha llevado su franquicia y ahora se llama Azul Talavera.

La familia de Jacobo García, poseedora de muchos de los predios de la zona, ha tenido problemas para terminar sus proyectos, y quizá la Estrella sea la solución para obtener la plusvalía deseada.

El asunto pasará por la confrontación de la opinión pública, pues si bien algunos ya están en contra, como cuando el teleférico en la Plaza del Torno, otros ven en la historia de finales del siglo XIX la existencia del Tívoli de los Pescaditos donde hubo una montaña rusa.

El año inicia con el cierre de un ciclo en los medios periodísticos. Enrique Montero Ponce, decano del periodismo falleció el 4 de enero a los 91 años de edad y muchas décadas de ejercicio profesional.

Hombre polémico, a veces colaboracionista del régimen, otras, crítico, siempre apasionado del futbol y a veces vaso comunicante entre los grupos del poder. Podrán decirse cientos de historias de él, quizá muchas sean ciertas o se queden a medias, lo que nunca podrá negarse es que Montero Ponce fue de oficio periodista.

O por lo menos, así me lo parece.

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Video en: https://youtu.be/inSV0NfxiiQ

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