El Gobierno de México puso en marcha, a partir de este 1 de enero, el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), que sustituye al Seguro Popular, y cuyo fin será dar servicios de salud y medicamentos gratuitos a unos 69 millones de mexicanos, sin requerirles afiliación.
Así lo dio a conocer Juan Antonio Ferrer Aguilar, designado como titular de este nuevo instituto, quien señaló que los mexicanos busquen acceder a dichos servicios de salud no deberán pagar cuota alguna y sólo tendrá que presentar credencial del INE, CURP o acta de nacimiento.
Refirió que el Insabi comienza a operar en 81 establecimientos de salud distribuidos en todo el país, con el apoyo de los gobiernos estatales, pero el gobierno federal incorporará gradualmente 230 clínicas, hospitales y centros de salud “que estaban abandonados”.
Sobre el personal, indicó que hay un proyecto para basificar a 87 mil trabajadores del sector salud y planes para aumenta el número de médicos, especialistas, enfermeras, promotores de la salud y equipo.
Respecto a este último punto, recordó que sigue abierta la convocatoria para reclutar a galenos que quieran ser parte del programa Médicos del Bienestar, que se enfocará en dar atención a las zonas más pobres del país.
Extra de 40 mmdp para asegurar servicio
En cuanto al funcionamiento del instituto, el funcionario remarcó que le presidente Andrés Manuel López Obrador instruyó que los servicios no se interrumpan, por lo que aprobó un presupuesto adicional de 40 mil millones de pesos para 2020.
En este sentido, también se tiene previsto que los trabajadores del Régimen Estatal de Protección Social en Salud (REPSS) puedan incorporarse y se impulsarán redes integradas de servicios para sumar recursos de los institutos Mexicano del Seguro Social (IMSS), de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste), Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
Otro punto destacable es que el Insabi dará atención para todos los padecimientos, así como medicamentos gratuitos e insumos a quienes lo necesiten, lo que incluye padecimientos que generan gastos catastróficos, como el cáncer o el VIH.