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Llegan auditores del Cecyte, amargándole a Nacho Mier junior su comida de fin de año

Rodolfo Ruiz en su columna La Corte de los Milagros, publicada en E-consulta, indica que quién ya no pudo llegar a su comida de fin de año fue el director general del Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado de Puebla (Cecyte), Carlos Ignacio Mier Bañuelos, ya que este día le cayeron auditores de la Secretaría de la Función Pública.

Otro que tampoco pudo llegar al festejo y banquete prenavideño fue el encargado de la Dirección Administrativa del organismo, Carlos Santibáñez Rivera.

Ambos funcionarios se quedaron en las oficinas del Cecyte para atender la auditoría enviada por la titular de la Secretaría de la Función Pública, Laura Olivia Villaseñor Rosales, y a los auditores que llegaron con dos claros propósitos: indagar la existencia de “aviadores” y los oficios de comisión que vienen haciéndose con fecha retroactiva para justificar la ausencia de éstos en las áreas donde fueron asignados desde su contratación.

Ojalá y la auditoría vaya a fondo y ésta abarque al ex sub director administrativo, César Aguilar González, y al ex jefe de Recursos Humanos, Alejandro Hernández Lezama, que durante casi dos años se enriquecieron con unos sesenta aviadores que devengaron un salario en el Cecyte, sin presentarse a laborar.

Aquí la lista de aviadores que hasta marzo de este año dejó millonarios dividendos al ex subdirector administrativo del organismo y su parentela.

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2019: el trono volvió a ocuparse

Arturo Rueda en su columna Tiempos de Nigromante, publicada Diario Cambio, señala que un resumen simple del 2019, quizá simplista, es afirmar que entramos sacudidos al nuevo año y lo terminamos en estabilidad. Del status quo que había en Puebla al mediodía del 24 de diciembre de 2018 no queda nada, pues el giro de ciento ochenta grados que dio el mundo desplomó a la clase dirigente empresarial y política del morenovallismo, mientras que encumbró a quienes eran los perdedores, Luis Miguel Barbosa y su grupo.

Por supuesto, nada se dio en automático ni por un determinismo histórico. Aunque en medio de las subidas y las bajadas se encuentra el drama humano de los tripulantes del Agusta, también la tensa partida de ajedrez que comenzó a jugarse a partir de ese momento.

Digo tragedia, como puedo decir magnicidio, accidente, negligencia o falla humana que haya tirado ese helicóptero en el que viajaba el hasta ese momento el hombre más poderoso de Puebla, Rafael Moreno Valle, y la gobernadora del estado, Martha Erika Alonso. El destino hubiera sido diferente si hubiera muerto uno u otro, pero la sacudida fue la muerte de ambos al mismo tiempo.

Si el helicóptero se hubiera desplomado sólo con Moreno Valle, no se hubieran convocado a nuevas elecciones. Martha Erika hoy sería viuda, pero gobernadora. Del otro lado, si se hubiera muerto sólo Martha Erika, Rafael Moreno Valle habría planteado una nueva batalla con otro candidato.

Lo trágico, pues, fue la muerte de ambos al mismo tiempo, lo que dejó al grupo en orfandad, pues aunque muchos se sentían con tamaños, fueron ubicados en su realidad como liliputienses de la política, en especial quien debió ejercer de heredero, Antonio Gali Fayad.

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