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Ineptitud o inoperancia en la Secretaría de Salud

Rodolfo Ruiz en su columna La Corte de los Milagros, publicada en E-consulta, señala que una dependencia del Ejecutivo del estado donde andan hechos bolas con tantos cambios y que podría registrar un subejercicio de unos 500 millones de pesos es la Secretaría de Salud, a cargo de Jorge Humberto Uribe Téllez.

De los cambios y grillas al interior de la Secretaría de Salud, el recomendado del presidente Andrés Manuel López Obrador es en buena medida responsable, ya que en más de 130 días no ha podido consolidar y amalgamar un equipo de trabajo.

Desde que rindió protesta a la fecha, Jorge Humberto Uribe ha tenido cuatro subsecretarios de Servicios de Salud: Felipe Ramírez, Antonio Martínez, Roberto Calva y el actual Jorge Ramírez, y dos subsecretarios de Planeación, Evaluación, Desarrollo y Operación: Jorge Sánchez Santana y la actual Rosalva Ramírez Ramírez.

No son los únicos cambios, ya que también han salido de la dependencia Carlos Octavio Rodríguez, que era director de Operación, Obras, Bienes, Servicios Generales y Procesos de Gestión. En su lugar fue designado Álvaro Rosales Márquez, quien llegó a trabajar el 2 de diciembre.

También se fue Rosaura Rosas González, quien se desempeñaba como directora de Atención a la Salud, y los rumores dicen que también podría salir Adriana Linares Toledo, quien es directora de Operación de Personal.

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La 4T y sus fumadas leyes

Enrique Núñez en su columna Contracara, publicada en Intolerancia Diario, indica que sin duda el consumo de tabaco por parte de los fumadores provoca en las finanzas públicas un daño considerable. Dotar a institutos como el IMSS, ISSSTE, SSA, ISSFAM y otros espacios de salud pública de médicos, tratamientos y estudios para atender casos de cáncer, asma y afecciones derivadas del consumo de nicotina es altamente costoso para el Estado.

Es cierto que se deben hacer campañas que realmente busquen inhibir el consumo de cigarrillos, incluso los electrónicos. Los costos en materia de salud e incluso las afectaciones indirectas como las ausencias laborales por causa de afecciones respiratorias o cardiacas son muy considerables.

Sin embargo uno no termina de entender cómo es que a los legisladores de la 4T les preocupe tanto el caso pero al mismo tiempo tengan en su agenda la idea de impulsar la legalización de la mariguana.

Resulta esquizofrénico tratar de entender porque se pretende legalizar el consumo de una hierba, que entre otras formas, también se fuma; al mismo tiempo que a los fumadores se les restringen, cada vez más, los espacios para consumir el tabaco, una droga que ya está legalizada.

La prohibición de fumar en espacios cerrados acarreará algunas complicaciones. De entrada la Ley General para el Control del Tabaco, de observancia federal señala que “El gobierno del Distrito Federal, los gobiernos de las entidades federativas y de los municipios, deberán adecuar sus Leyes, reglamentos, bandos y demás disposiciones jurídicas, de acuerdo con las competencias que a cada uno corresponda, para que sean congruentes con la presente Ley”.

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Facundo Rosas dividía al gabinete de RMV: unos le tenían miedo y otros admiración

Fermín Alejandro García en su columna Cuitlatlán, publicada en La Jornada de Oriente, señala que la presencia de Facundo Rosas Rosas en el gabinete del extinto exgobernador Rafael Moreno Valle Rosas siempre fue enigmática, pues era un personaje que gozaba de mucho poder y autonomía, pero al mismo tiempo dividía y causaba emociones encontradas entre quienes eran parte del equipo morenovallista. En unos generaba animadversión y miedo, y en otros, había una suerte de admiración y respeto.

Para todos, incluido el propio Rafael Moreno Valle Rosas, era claro que Facundo Rosas no era un político morenovallista, sino era una posición de Genaro García Luna –ahora el preso mexicano más famoso en Estados Unidos, junto con Joaquín “el Chapo” Guzmán– en el gobierno de Puebla, para proteger intereses del grupo que controló la guerra contra el crimen organizado durante los 12 años de las administraciones de los panistas Vicente Fox Quesada y Felipe Calderón Hinojosa.

Como parte de esas expresiones polarizadas –narra una fuente altamente confiable– que causaba Facundo Rosas, en su calidad de secretario de Seguridad Pública, es el ejemplo siguiente:

Quien siempre mostró lealtad, admiración y cercanía hacia Facundo Rosas fue Víctor Carrancá, en su calidad de titular de la Procuraduría General de Justicia.

Entre ambos funcionarios siempre hubo entendimiento, colaboración, empatía y una constante comunicación.

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La pesadilla automotriz poblana

Alejandro Mondragón en su columna Al Portador, publicada en Status Puebla, indica que el paraíso poblano que ofreció el morenovallismo a la inversión alemana no llegará.

El sueño acabó en pesadilla, tras la instalación de AUDI en San José Chiapa. El proyecto de la firma se parece más a La Célula que a Volkswagen.

La crisis es evidente con los paros técnicos, retiros voluntarios, cero contrataciones, bajas ventas, ínfimo nivel de producción.

Lo peor es que el sector automotriz poblano resultó ser el principal damnificado con el renovado acuerdo comercial entre México, Estados Unidos y Canadá.

Las reglas de origen que endurecen la compra de acero y aluminio, el grado de integración del 75 por ciento y la supervisión salarial y laboral impactará en el sector alemán, particularmente a VW y Audi, principales exportadoras, productoras y empleadoras de Puebla.

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Los miedos de Facundo

Valentín Varillas en su columna La Tempestad, publicada en Status Puebla, señala que de acuerdo con las investigaciones que ha llevado a cabo la periodista Anabel Hernández, tanto en México como en Estados Unidos existen expedientes judiciales por medio de los cuales se demuestra que el gobierno de Felipe Calderón apoyó al Cártel de Sinaloa.

Buena parte de esos apoyos se canalizaron a través de la Policía Federal, cuyo jefe directo era Facundo Rosas Rosas.

Con ese antecedente, el de la realización de pactos inconfesables con la organización delictiva más influyente y poderosa del país, llegó a ocupar la Secretaría de Seguridad Pública Estatal en el gobierno de Rafael Moreno Valle.

Lo primero que llamó la atención del discípulo más avezado de Genaro García Luna, en su estreno en el servicio público poblano, era el profundo miedo con el que actuaba y el enorme despliegue de seguridad que tenía a su disposición para protegerlo.

Lo cuidaban más de 40 elementos del llamado grupo de “operaciones especiales”, de los cuales 15 tenían presencia permanente en el piso en donde se encontraba su oficina, afuera, adentro y en un despacho aledaño a su privado.

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Justos pagan por pecadores en el TSJ: fin a magistraturas vitalicias

Arturo Rueda en su columna Tiempos de Nigromante, publicada Diario Cambio, indica que ni la llegada de una nueva generación de magistrados, ni el retiro de la vieja guardia que dominó dos décadas, ni la creación del Consejo de la Judicatura, ni los nuevos mecanismos para rotar a los jueces, pudieron terminar con la corrupción endémica del Poder Judicial en Puebla.

En esa lógica, el punto de inflexión es la publicación del chat de los magistrados identificados con el morenovallismo, quienes continúan con su guerra sin imponerse una lógica institucional como la de Héctor Sánchez Sánchez, quien fue síndico de Gali y de su mano llegó a la presidencia del TSJ, pero que se cortó el cordón umbilical por el bien de todos.

Como el que avisa no traiciona, el gobernador Barbosa llegó a Ciudad Judicial para advertir a todos que se avecina una gran reforma al Poder Judicial del Estado, tal como lo prometió en campaña y se planteó en los foros por la legalidad coordinados por el gran abogado Ernesto Ramírez. Esa reforma será de gran calado y va a pegar en todo el proceso de administración del Poder Judicial.

Para los magistrados, sin embargo, pega en uno de los núcleos de la corrupción: la duración cuasi vitalicia de su periodo. Desde la fecha de su designación por el Congreso, conforme a la ley actual, su periodo límite es la edad de 75 años, momento en que se vuelve obligatoria la jubilación.

Es decir, un personaje electo a los 40 años de edad, en plenitud de su vida profesional, por lo menos puede pasar 35 años de magistrado. ¡Más que Porfirio Díaz en el poder!

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