El PRI se convirtió en asilo para personajes que ocupan a esta fuerza política como método de sobrevivencia económica, mientras llegan los tiempos de brincar a un nuevo cargo en las elecciones intermedias de 2021.
Aunque el PRI no es rentable electoralmente como fuerza política, sí conviene liderarlo por la gran cantidad de prerrogativas que el Instituto Electoral del Estado, entrega de forma anual.
Es aquí donde entra el flamante dirigente del PRI, Lorenzo Rivera Sosa, quien se aferra a su hueso y a la caja chica del partido para no dejar la posición, a pesar de que su tiempo feneció hace varios meses.
Lorenzo Rivera Sosa literal no picha, ni cacha, ni deja batear dentro del partido, provocando que este partido político siga viviendo en las sombras, luego de los pésimos resultados para tratar de alcanzar diversos cargos públicos.
El dirigente estatal del PRI debe entender que no es sinónimo de unidad, prueba de ello es la reciente renuncia de Xitlalic Ceja García a la Secretaría General de esta fuerza política.
También debe entender que su periodo feneció hace meses y debe dejar pasar a las nuevas generaciones del priismo poblano, quienes tendrán una tarea difícil, que consiste en tratar de salvar a este muerto viviente llamado PRI de cara al 2021.
Sin embargo y como dije líneas arriba, Lorenzo Rivera Sosa se aferra a la chichi del PRI para sobrevivir económicamente, además de abrirse una posibilidad de lograr un cargo público a través de una posición plurinominal.
Y es que dentro del PRI, ya no son atractivas las candidaturas para aparecer en las boletas electorales, toda vez que sus simpatizantes reconocen abiertamente que se encuentran por la calle de la amargura, a fin de alcanzar alguna posición.
Que por ello, las posiciones plurinominales se convirtieron en la manzana de la discordia y es donde, Lorenzo Rivera Sosa, tratará de amarrar alguna posición como posible diputado local en 2021.
¿O ustedes qué opinan?
Hasta aquí mi reporte.
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La frase
“El hombre puede vivir unos cuarenta días sin comida, unos tres días sin agua, unos ocho minutos sin aire, pero sólo un segundo sin esperanza.”
Charles Darwin
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