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Cerró ayer el año de la muerte en México

Héctor De Mauleón en su columna En Tercera Persona, publicada en El Universal, señala que “Vamos a serenar el país. Vamos a garantizar la paz y la tranquilidad. Tenemos experiencia, ya lo hicimos cuando goberné la Ciudad de México”, repetía el candidato López Obrador en todas plazas, en todos los foros en todos los rincones.

Hoy, su primer año como presidente es el año de la muerte. El año más violento en la historia moderna de México. En solo diez meses se registraron 28,741 homicidios: tres mil más que en el mismo periodo de 2018.

A un mes de su llegada del poder, el 3 de enero de 2019, fresca aún la ebriedad de su triunfo avasallante, el presidente López Obrador mostró una gráfica, durante su conferencia mañanera. Dijo que desde el ocho de diciembre —siete días después de la toma de posesión—, los homicidios en México habían comenzado a mostrar una “tendencia marginal a la baja”.

López Obrador dijo que había recibido el país con 80 homicidios diarios, y que ahora, en solo 33 días de gobierno, los homicidios habían bajado a 73. “Va a haber paz y tranquilidad de nuevo”, repetía.

El triunfo anunciado durante aquella “mañanera” se desvaneció rápidamente, para desgracia de todos, en medio del estruendo de las balas. Ese mes se registraron en el país 30 masacres, cada cual más pavorosa que la otra.

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La columna Frentes Políticos, publicada en Excélsior, indica que 1. Arropado. Con Zócalo lleno, fiel a su costumbre, Andrés Manuel López Obrador conmemoró el primer aniversario de su toma de posesión como Presidente de México. El titular del Ejecutivo rindió un informe pormenorizado ante miles de seguidores, a quienes pidió un año más. “Los cambios planteados por el actual gobierno requieren de un año para poder concretarse en mejores condiciones de vida y de seguridad para la población”, aseguró y previó que en diciembre de 2020 deberá evaluarse de nuevo la situación del país. “Ya estarán establecidas las bases para la construcción de una patria nueva”, afirmó. Hizo el recuento de los logros de su administración en materia de programas sociales y afirmó que el combate a la inseguridad en su país es el principal pendiente de su administración.

2. Desubicados. Al presentarse Yeidckol Polevnsky en el Zócalo, la líder nacional de Morena fue recibida por los simpatizantes al grito de “¡Fuera los traidores!” y “¡Viva Bertha Luján!”, sin embargo, ella se defendió al precisar que “nos falta que muchos compañeros se den cuenta que ya ganamos, que ya no somos oposición a nivel federal”, dijo Polevnsky. Acusó que detrás de quienes piden que se retire de la dirigencia del partido hay un grupo movido por intereses específicos que, por fortuna, no es mayoría. Dijo que no se puede ni se debe permitir que al interior del partido se fortalezcan grupos o tribus y consideró que, sin generalizar, sí hay gente que quiere mantener las mismas prácticas de otros partidos. Por el liderazgo del partido, los morenistas son capaces de todo. Ya lo veremos.

3. En el camino. Durante el primer año de la Cuarta Transformación, el Instituto Mexicano del Seguro Social, a cargo de Zoé Robledo, informó que ingresaron cinco mil 716 médicos residentes para formarse como especialistas y en 2020 se trabaja para que siete mil 814 ingresen a las especialidades y subespecialidades que más se demandan. Además, en equipamiento médico, el Instituto ha realizado una inversión histórica por más de cuatro mil millones de pesos y se tiene proyectada una inversión de siete mil 985 millones de pesos. Se busca alcanzar el objetivo de brindar servicios de consulta en medicina familiar y de especialidades, quirófanos, salas de diagnóstico y tratamiento los siete días de la semana. Si Robledo cumple la mitad de lo que promete, la salud pública en México será de excelencia; si no, sólo más demagogia.

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Un año más, pide el presidente para resultados

Salvador García Soto en su columna Serpientes y Escaleras, publicada en El Universal, señala que un presidente en su elemento. La plaza llena de leales y seguidores “que piensan como nosotros” y un discurso que, entre el informe, la arenga y el mensaje político, se cargó de optimismo para decir que “vamos muy bien y hemos hecho mucho” en este primer año: desde reformas constitucionales que “sientan las bases” del cambio de régimen, reformas contra la corrupción, hasta el reparto del presupuesto a sectores necesitados para equilibrar y mejorar el reparto de la riqueza. Pero aún en la complacencia, sin llegar a la autocrítica, acepta que un año no es suficiente y que no ha habido crecimiento ni paz en el país, y pide esperar otro año más, al 2020, para que el elefante, reumático y mañoso del gobierno de la 4T, tome vuelo.

Fue un mensaje para las bases lopezobradoristas, para las que estaban ahí, venidas en camiones desde distintos puntos de la República y de todas las alcaldías capitalinas, y para las que no pudieron llegar al Zócalo. Durante una hora y 20 minutos, el presidente volvió a repetir y a actualizar sus mismas cifras del primer-tercer Informe de Gobierno del pasado 1 de septiembre. Y en la parte política una elegía “al pueblo, que siempre me levanta”, mientras que para los “adversarios” y los opositores, apenas algunas menciones genéricas y abstractas, salvo para uno, su nuevo “villano favorito” al que sí mencionó por su nombre para hablar de la violenta y “absurda guerra contra el narco”: Felipe Calderón Hinojosa.

Para el resto de los mexicanos que no piensan como él, y que por decenas de miles protestaban pacíficamente y con consignas contra su gobierno lo mismo a unas cuadras del Zócalo, en el Paseo de la Reforma, que en movilizaciones y marchas en la mitad de los estados de la República, 18 en total, las principales en entidades y municipios gobernados por el PAN, no hubo ninguna palabra de López Obrador ni para bien ni para mal. Si bien también a ellos se les garantizó su derecho a la manifestación y la protesta pacíficas, en el discurso presidencial de ayer todos los mensajes y las arengas fueron para ese sector, entre 68% y 58% por ciento de los mexicanos que, según la mayoría de las encuestas, sigue manteniendo el respaldo y la aprobación a la figura del mandatario y la esperanza de que cumplirá con la transformación prometida.

En términos de números, sobre todo los “oficiales”, la convocatoria del Zócalo fue, con mucho, mayor a la de las marchas anti-AMLO. Pero ninguna de las dos expresiones, con todos sus sesgos de “movilización” a través de camiones, o de la injerencia de partidos opositores, debe desdeñarse. El presidente no tuvo problema para llenar la plaza pública, que sin verse totalmente tapizada, y con la presencia del gabinete en primera fila y de sus hijos junto al simbólico expresidente de Uruguay, José Mujica, el mitin cumplió las expectativas y las formas esperadas. Y en el caso de las protestas contra el gobierno, de los 18 estados donde se registraron las más nutridas se dieron en las entidades y capitales donde gobiernan panistas, ya sea alcaldes o gobernadores, aunque también en los 310 municipios que gobierna Morena se movilizaron grupos a favor del primer año de López Obrador.

Pero más allá de los destinatarios del mensaje, tampoco hubo sorpresas en el discurso del primer año. Se repitieron las mismas frases, arengas, cifras y conceptos. Para Evo Morales, respaldo total y una condena abierta e intervencionista al “golpe de Estado” en Bolivia; pero para Trump “gracias totales” por ofrecernos ayuda, pero no al intervencionismo y sí a la cooperación dentro de la soberanía. Sigue la misma cautela y el cuidado extremo al referirse al presidente de Estados Unidos, el único político al que López Obrador le tiene miedo, precaución o respeto, porque sabe bien que es el único que sí puede destruirlo a él ya su gobierno.

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Justo a tiempo

La columna Pepe Grillo, publicada en La Crónica de Hoy, indica que a nadie sorprendió la captura de tres supuestos implicados en la masacre de la familia LeBarón en la localidad de Bavispe, Sonora.

El presidente tiene agendada una reunión con integrantes de esa familia y el martes llega a nuestro país el fiscal general de EU, William Barr, que viene a decir que Trump quiere clasificar a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas.

Para no recibir a los visitantes con las manos vacías y mostrar que hay capacidad para procurar justicia, el gobierno metió el acelerador. Ya tiene, se dice, a tres detenidos, entre ellos el autor intelectual.

Si resultan culpables o son sospechosos comunes es otro tema, por lo pronto ya hay municiones para rechazar los señalamientos de impunidad en ese caso.

Guerra de cifras

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La columna Trascendió, publicada en Milenio, señala que la mayoría de los familiares que viajaron desde Estados Unidos y hoy estarán con el presidente Andrés Manuel López Obrador para conocer de viva voz lo sucedido en la emboscada de Bavispe, Sonora, no quiso estar en la marcha de ayer y prefirió quedarse en su hotel, a la espera de la cita de hoy.

Argumentan que el único apellido que suena en la tragedia es LeBarón, cuando las víctimas eran Johnson, Langford y Miller, todos de Sonora, no de Chihuahua.

QUE la idea de redefinir el concepto de terrorismo para incluir a los cárteles mexicanos en la lista del Departamento de Estado estadunidense junto a otros como Al Qaeda o Hezbolá es un debate que se viene sosteniendo en algunos sectores académicos de ese país, incluyendo a investigadores de las fuerzas armadas, desde hace más de una década.

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Fox: un rey con nariz de cacahuate

Ricardo Raphael en su columna Política Zoom, publicada en El Universal, indica que la compulsión tuitera de Vicente Fox crece conforme su odio a “López” alcanza niveles cada día más enfermos. La jornada en redes sociales comenzó para el expresidente la tarde del 30 de noviembre cuando convocó: “Nos vemos mañana … La gran marcha por La Paz y la tranquilidad!!! En contra del engaño y la simulación!!!”

En los asuntos humanos el tono lo es prácticamente todo: llamar a la paz y la tranquilidad escupiendo espuma es contradictorio. Minutos después reforzó el plañido: “Los del Ángel somos libres NO acarreados!! … No más dictadura perfecta y simulación Democrática.”

¿Quién se cree este sujeto para distinguir entre libres y acarreados? ¿Cómo se atreve este político en retiro a calificar de dictadura y simulación un régimen que cuenta con una amplia aprobación popular y, a la vez, fue electo mediante las reglas de la Constitución?

Después de la marcha liderada por los argumentos estridentes de Fox, ese señor continuó con su bravata: “Cada vez somos más. En el Ángel, Libres NO Acarreados. En el zócalo, Sumisos, Agachados, Acarreados … Avanzamos al 2021 … poniendo el freno al Caballo Loco!!!”

La arrogancia fue la peor consejera de ese presidente mientras gobernó: un político que le quedó todo a deber al país, por su falta de visión, por su carencia de compromiso con el cambio, por su frivolidad y también porque desde entonces dio la espalda a las personas que hoy desprecia con adjetivos propensos a la discriminación.

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