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Columnistas-AlvaroConrado

Nuestro mundo contemporáneo se rige de forma abundante por las profesiones, pues ante la subdivisión del trabajo es necesario contar con una profesión, especializarse y desarrollarla con ética, amén de su dinamismo, tendremos en cuenta a la deontología, conjunto de reglas morales y jurídicas que todo profesional debe tener como formación. Y es que la deontología, cuyos orígenes se remontan a Jeremías Bentham y a Rosmini, precisamente porque con ellos se desarrolla todo el contenido de la ética y deontología jurídica, para estudiar a las diferentes profesiones en ejercicio, pero sobre todo con las profesiones liberales ya que es en el desarrollo de éstas, es donde más se afectan no solo a los individuos para bien o para mal, sino a toda la profesión.

Por eso juzgo muy conveniente que todo estudiante de una carrera profesional, tenga incluido en su plan de estudios, las materias de deontología y ética, las que han de cursar en forma intensiva y no como una materia opcional, que es la causa por la cual los egresados son fáciles presa de personas inmorales, propiciando con ello la proliferación de la corrupción, algo que en México nos ha afectado seriamente las instituciones, a las que ha corrompido desde sus cimientos, lastre que nos mal identifica en el mundo.

Al respecto Jimmy Pisfil Chafloque, expresa “que conocer los principios éticos que definen cada profesión, supone analizar con detenimiento los caracteres esenciales de la misma, para a continuación deducir, de acuerdo con los principios éticos universales cuales con los que más convienen para lograr que esos caracteres esenciales se cumplan siempre”. Desde luego que para ello no se opone el que existan Órganos coercitivos, encargados del análisis de conductas deshonestas y desequilibrantes de la paz y armonía sociales, que a priori desearíamos fueran los menos y que en legalidad, queden una inmensidad de individuos y la mayoría de las profesiones, ya que el individuo siempre será lo que quiera ser, elegir su mejor conducta y no responder ante los tribunales por la ilicitud de su conducta profesional.

Ahora bien, porque la importancia de la ética y la deontología en las profesiones?- Presupongo que ante la solvencia profesional revestida de ética, se brinda seguridad jurídica y soporte imprescindible de la justicia y del orden social, ante lo dinámico de la vida contractual, de donde debe producir una armonización, nunca una contraposición, entre la justicia y la paz, dado que en el dinamismo actual, no podemos pensar que algunas profesiones tengan menos responsabilidad de cumplir ante los individuos por su demanda de ejercicio, porque si pensamos que un sacerdote religioso tiene más obligación de dar ejemplo de honradez y ética; nos equivocamos puesto que lo mismo resultaría con un abogado, con un médico o con un científico.

No olvidemos de que nuestra actual sociedad, por muy masificada que esté, si tiene vida, es porque no es puramente masa, y porque tampoco es movida por mera mecánica y manejada por el Estado, sino porque lo más importante, es movida por la vida propia, la cual le da dinamismo, pero le exige una forma determinada de actuación.

Es por ello que no soslayo ninguna profesión, ni la exceptuó, las incluyo a todas y en la medida que todas se involucren en el mejoramiento de su calidad moral y hasta espiritual, amén de lo profesional, tendremos pronto una sociedad superior, con instituciones de justicia que sean menos visitadas, menos exigidas a actual contra los infractores.

*Las opiniones expresadas en esta sección son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente la línea editorial del portal de noticias Ángulo 7.

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