Josefa Gobierno Fuentes, habitante nahua de Huitzilan de Serdán, opinó que, desde que el Movimiento Antorchista llegó al municpio hace 35 años, “trajo paz y tranquilidad, se abrieron las escuelas para los niños”, pues antes prevalecía la violencia.
De acuerdo con la mujer, durante los años 70 y a principios de los 80, Huitzilan estaba sometido por grupos caciquiles y se cometieron asesinatos, violaciones, apropiación de terrenos, así como quema de viviendas, lo cual obligó a familias enteras a abandonar el municipio.
“Lo que más recuerdo es el terror, el sufrimiento que pasamos. Trabajábamos mucho, nos cansábamos y no teníamos nada y cuando se enfermaban nuestros hijos no había medicamentos, no había escuelas, ni luz. Tuvimos que huir de aquí por los problemas, asesinaron a mi hijo, y nos quemaron la casa”, relató la mujer.
Sostuvo que, en 1984, con la llegada de Antorcha a Huitzilan, el pueblo recobró su libertad, se abrieron las escuelas, se empezaron a introducir los servicios que necesitaban los pueblos marginados y la gente se empezó a dar cuenta que una vida mejor es posible si se mantienen unidos y organizados.
Agregó que Huitzilan pasó de ser un pueblo en ruinas a un modelo de desarrollo que goza de tranquilidad y paz social.