De auditores y empresas favoritas de la 4T poblana
Rodolfo Ruiz en su columna La Corte de los Milagros, publicada en E-consulta, indica que el favorito de la 4T de Puebla para quedarse con la titularidad de la Auditoría Superior del Estado, Francisco Romero Serrano, compareció este jueves antes los diputados de la Junta de Gobierno y Coordinación Política de la LX Legislatura, junto con Juan Carlos Moreno Valle Abdala y Gilberto Tomás Ricardo Hidalgo Moreno.
Al salir de su entrevista el presidente del Sindicato Nacional de Empresarios (Sidermex) delegación Puebla, admitió su cercanía con el gobernador Luis Miguel Barbosa pero afirmó que no lo apadrina, y que tampoco es el favorito del diputado Gabriel Biestro Medinilla, coordinador del grupo parlamentario de Morena.
Se definió como un técnico apartidista y afirmó que no fue expulsado del Colegio de Contadores de Puebla, sino que él renunció en septiembre de 2011 por motivos estrictamente personales.
Sin embargo, Romero Serrano está tan confiado de que el Congreso del Estado lo nombrará Auditor General que ya hasta tiene directora de Comunicación Social.
Se trata de Constanza Pérez Haro, periodista que actualmente labora en la Universidad de las Américas Puebla (Udlap) como jefa de Contenido de Marketing, pero que antes trabajó para el periódico Cambio e Imagen Televisión.
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Barbosa pone quietos a los regidores del G5 contra Claudia Rivera
La columna De boca e boca, publicada en Ángulo 7, señala que : Todo parece que los cinco regidores morenistas del autodenominado “G5” ya “se calmaron” y le bajaron a sus críticas hacia la administración municipal de Claudia Rivera Vivanco, o al menos eso es lo que se da a entender a un año de la gestión morenista.
Pareciera que la visita del gobernador Miguel Barbosa Huerta a la sesión solemne en donde dio un pronunciamiento con motivo del primer informe de labores de Rivera Vivanco pudo hacer que cambiaran de postura y opten por fumar la pipa de la paz.
No se podría saber si Barbosa Huerta les dijo algo en la escasa hora que estuvo en el Palacio Municipal, pero trascendió que es mejor tener una relación sana entre los regidores de la coalición Juntos Haremos Historia, que son mayoría, para mostrar unidad interna en el ayuntamiento y en Morena.
Esto, claro está, para no dar muestras de fragilidad en Puebla ante la renovación de la dirigencia nacional, así como para no perjudicar a Barbosa Huerta que es o será quiso lleve mano en la designación de candidatos para las elecciones intermedias de 2021.
Hablando de regidores, déjeme les cuento que el próximo lunes por la mañana los concejales que llegaron abanderados por la coalición Por Puebla al Frente darán un informe de su primer año como integrantes del Cabildo capitolino.
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AMLO acéptalo: no funcionó el fuchi, guácala, a la chingada
Arturo Rueda en su columna Tiempos de Nigromante, publicada Diario Cambio, indica que pues no, Presidente: no funcionó el ¡fuchi, guácala! con los criminales. Tampoco acusarlos con la mamá ni con la abuelita. El crimen organizado nuevamente está fuera de control y el criminalillo de la calle también. Ya midieron a su gobierno y saben que tienen manga ancha. No hay defensa después de lo de Culiacán.
Hace una semana escribí que el Joker era el evangelio definitivo de la adoración del mal. Las escenas vistas ayer en Culiacán, todo el guion incluida la liberación del hijo del Chapo, parecen sacados de la película protagonizada por Joaquin Phoenix.
En la película, luego de que Arthur Fleck confiesa sus crímenes y mata al aire al presentador personificado por Robert de Niro, los demonios se sueltan en Ciudad Gótica y los marginales que ven a Fleck como su héroe desatan su maldad sobre la ciudad. Esos mismos marginales rescatan al Joker de la patrulla en la que era trasladado y lo entronizan como el genio del mal que los encarna.
Según la narración del pusilánime Alfonso Durazo, titular de SSP, un comando de treinta integrantes de la milicia y la Guardia Nacional se encontraron de casualidad en un residencial al hijo del Chapo Guzmán conocido como Ovidio.
No se sabe si llegaron a asegurarlo, pero para rescatar al hijo del Chapo los criminales convirtieron a Culiacán en un infierno de balaceras por toda la ciudad, aterrorizando a la gente inocente lo mismo que caminaba por las calles, comía en restaurantes o circulaba por las avenidas.
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