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De cambios en la ex Contraloría, nombramientos laborales e incumplimientos salariales

Rodolfo Ruiz en su columna La Corte de los Milagros, publicada en E-consulta, señala que conste que se los anticipé:

Karen Berlanga Valdés se despidió este jueves de la nueva Secretaría de la Función Pública, presentó su renuncia porque no se sentía cómoda en la dependencia, porque carecía de la confianza del gobernador Luis Miguel Barbosa que no le permitió integrar su propio equipo de trabajo, y porque se rehusó, con toda razón, a una cacería de brujas en contra de funcionarios de pasadas administraciones, pero también de la actual.

Para sustituirla se perfila otra fuereña, la contadora pública Laura Olivia Villaseñor González, que hasta dónde se sabe viene recomendada por ex funcionarios y auditores especiales de la Auditoría Superior de la Federación.

Karen Berlanga es la segunda baja en el gabinete del gobernador Miguel Barbosa a escasos dos meses de haber tomado posesión del cargo. El primero que dejó el gobierno barbosista fue Salomón Kuri Contreras, quien había sido designado secretario de Administración. Lo sustituyó en el cargo María Concepción Lugo Alarcón.

La última presión que recibió Karen Berlanga estuvo relacionada con el supuesto complot del director de Puebla Comunicaciones, Pedro Gómez Castillo, en contra de la coordinadora de Comunicación Social y Agenda Digital, Verónica Vélez Macuil, toda vez que no pudo acreditarle elementos para inculparlo de las acusaciones que públicamente se le hicieron.

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La partida de Karen Berlanga al Issstep y los nuevos canales BUAP

Jorge Rodríguez en su columna A Puerta Cerrada, publicada en El Sol de Puebla, indica que Karen Berlanga Valdés dejó por fin la Secretaría de la Función Pública, como se especuló que ocurriría a partir de las diferencias profesionales que sostuvo con algunos de los integrantes del grupo compacto de colaboradores del gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta.

A Berlanga se le pidió que indagara en las últimas tres administraciones estatales, la de Rafael Moreno Valle, la de José Antonio Gali Fayad e incluso la de Guillermo Pacheco Pulido, y así lo hizo, sin importar que en algunos casos pudiese haber tenido lazos afectivos o políticos con servidores públicos de esos tres gobiernos, en los que colaboró.

Con todo y eso, la falta de resultados inmediatos, que le permitieran a Barbosa destapar cualquier escandaloso caso de corrupción en contra de sus archirrivales del PAN, dio a sus críticos material para la intriga y alimentó la desconfianza en torno a su labor.

Berlanga no llegó al ansiado nombramiento, ese que le quitaría el título de “encargada de despacho” que acarreaba desde el interinato de poco más de seis meses de Pacheco Pulido y que la convertiría en secretaria de la Función Pública.

Pero ojo, tampoco dejará la administración estatal.

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Tehuacán y sus apaga fuegos

Enrique Núñez en su columna Contracara, publicada en Intolerancia Diario, señala que la ineptitud y soberbia del presidente municipal de Tehuacán, Felipe Patjane provocó una crisis laboral que desembocó en una huelga de los trabajadores de la comuna, quienes exigían el pago de 14.5 millones de pesos.

Esta fue la primera huelga que estalló en 30 años en un municipio del estado, lo que generó una crisis política en la segunda ciudad más importante de la entidad.

Esa incapacidad ya comprobada del alcalde de Morena, provocó que se pusiera a prueba la capacidad negociadora del gobernador Luis Miguel Barbosa, quien a través de Fernando Manzanilla logró apagar el fuego en menos de 24 horas.

Tuvo que ser el operador político del gobernador quien negociará con los trabajadores sindicalizados, resolviendo un problema que pudo haber crecido de no ser por la reacción inmediata de Barbosa y la experiencia de Manzanilla, quienes ahora tienen una doble chamba, resolver los problemas del Estado y de paso, apagar el fuego que provocan los alcaldes por su soberbia y falta de sensibilidad política para enfrentar y resolver los conflictos de sus municipios.

El problema es que así como Tehuacán, están muchos otros de los ayuntamientos más importantes del estado.

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Ambición de Biestro de ser candidato frena iniciativa a favor del aborto

Fermín Alejandro García en su columna Cuitlatlán, publicada en La Jornada de Oriente, indica que la fracción parlamentaria de Morena ha decidido “congelar” la iniciativa para despenalizar la interrupción del embarazo en Puebla y tal vez, será hasta el próximo año cuando se vuelva a retomar. Esta decisión muestra la pobreza política e ideológica del bloque lopezobradorista, formada por diputados morenistas, petistas y del PES. Por enésima vez, los representantes populares de izquierda reflejan un talente conservador y alejado de la visión de cambio que dominó la campaña electoral de 2018.

Una situación de peso que dominó es que el presidente del Congreso local, Gabriel Biestro Medinilla, ha empezado a promoverse para buscar ser candidato a edil de Puebla y en ese sentido, se considera –entre los diputados de Morena– una medida de alto riesgo político el aprobar alguna iniciativa de ley de corte liberal que después sea objeto de reclamo de la iglesia Católica o las asociaciones religiosas cristianas.

De hecho se sabe que hace un par de meses, el Arzobispado de Puebla mandó un mensaje de enojo, de repruebo, contra el proyecto de permitir la interrupción del embarazo en las primeras 12 semanas de gestación. Se supo que aunque entre los miembros de la cúpula del clero católico tenían claro que la iniciativa en cuestión la elaboró Rocío García Olmedo, diputada local del PRI y una mujer muy valiente, el reclamo de los religiosos se dirigió hacia el grupo parlamentario de Morena.

Y también trascendió que Gabriel Biestro se sintió preocupado, confundido, por el reclamo de los jerarcas religiosos.

Aunque públicamente Gabriel Biestro dijo que el clero católico no va a controlar la agenda legislativa de Puebla, se acabó demostrando que la fracción de Morena comparte los mismos atavismos del PAN que le tienen pavor al juicio retrogrado de las iglesias.

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Melquiades, a escena

Alejandro Mondragón en su columna Al Portador, publicada en Status Puebla, señala que anote el nombre de Melquiades Morales Flores como carta dentro de la baraja de aspirantes del Comité Ejecutivo Nacional del PRI a la presidencia municipal de Puebla.

Aunque todavía falta tiempo, la figura del ex gobernador de Puebla, ex senador, ex diputado local y federal, y embajador de Costa Rica aparece en el primer lugar.

Las razones tienen que ver con la urgencia del PRI por conformar un perfil que sume, no reste. Incluya, no excluya. Abra, no cierre.

También se pretende utilizar la experiencia en la administración pública, donde hoy la Cuarta Transformación ha fracasado rotundamente.

No se olvide que ya un ex gobernador aceptó cerrar su carrera política como alcalde. El caso del doctor Alfredo Toxqui en San Pedro Cholula.

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La orfandad conservadora

Valentín Varillas en su columna La Tempestad, publicada en Status Puebla, indica que el aparente ungimiento de Vicente Fox como flamante abanderado de la oposición a Andrés Manuel López Obrador, ya lo decíamos, obedece a la enorme carencia de liderazgos que existe entre los sectores más conservadores del país.

Están descabezados, se mueven sin estrategia y buscan afanosamente un perfil con potencial para generar contrapesos efectivos al gobierno federal.

Son miembros de grupos influyentes, insertados en diversos sectores de la vida nacional, con capacidad real de operación política y un importante poder económico.

Para quien tenga “proyecto”, resultan en los hechos un apoyo fundamental.

Por eso, en su momento, en el sueño presidencial de Rafael Moreno Valle, ocupaban un lugar de privilegio.

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Morena sigue pudriéndose rumbo al choque de trenes

Arturo Rueda en su columna Tiempos de Nigromante, publicada Diario Cambio, señala que ni aun con la instrucción del dedo divino de Andrés Manuel López Obrador para elegir al próximo dirigente nacional por la vía de la encuesta se apacigua el rebaño de Morena. Una facción del partido, la que apoya a Bertha Luján, ha decidido aplicar la máxima de “aplíquese pero no se cumpla”. Es decir, no quieren la encuesta y prefieren mantener la ruta actual, aunque sea de choque de trenes.

Continúa el peligro de que Morena se pudra porque ni la línea de AMLO calmó las aguas de un grupo empoderado y ensoberbecido desde el Gobierno federal, quienes entraron en rebeldía al método de la encuesta. Esos rebeldes a la línea presidencial están encabezados por el Coordinador de Programas de Bienestar y encargado de los súper delegados, Gabriel García Hernández, quien quiere la dirigencia para Bertha Luján.

Tras las palabras mayores del tabasqueño, Bertha Luján dirigió una consulta a la Comisión de Honor y Justicia para preguntar si la elección de dirigente nacional podía dirimirse por la vía de la encuesta de acuerdo con los estatutos vigentes del partido.

¿Y cuál fue la respuesta de esa Comisión dominada por sectarios y fundadores de Morena? Pues que no. Que los estatutos señalan que las encuestas pueden utilizarse para elegir candidatos pero no para elegir a las dirigencias. Que con mucha pena, Señor López Obrador, pero el plan para imponer a Bertha Luján goza de cabal salud.

Todos ellos saben que si se aplica la encuesta, Luján tiene todas las de perder, pues se encuentra en un muy lejano tercer lugar, y el primer beneficiado es el diputado federal Mario Delgado, puntero en las encuestas, y después Yeidckol, más que posicionada después de ascender de secretaria a líder.

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