Por Jesús Manuel Hernández

El Presidente López Obrador tiene varios frentes en su gestión administrativa, él personalmente los ha identificado como sus “rivales” y los llama por sus nombres, entre otros culpa a Claudio X. González de ser el promotor de los amparos que le impiden seguir con la Cuarta Transformación y con el combate a la corrupción.

Le siguen en el orden de enemigos los factureros, los laboratorios de medicinas, importadores y comercializadores de medicamentos, los huachioleros, los periodistas que no siguen su pensamiento e incluso algunos sectores de las iglesias que tampoco están entre sus seguidores.

Más abajo aparecen los partidos políticos, o lo que queda de ellos, en el caso del PRI hay ausencia de representación y nula autoridad moral para oponerse a la gestión de AMLO.

Colateralmente el fuego interno, el de los que lo llevaron al poder, también figura en esta lista de rivales que busca el control de Morena.

Pero he aquí que los 80 años de su fundación y la asamblea del Partido Acción Nacional, lo hacen presentarse coyunturalmente como la agrupación que pretende encabezar la oposición a la 4T, más concretamente al Presidente, y la primera muestra fue el fin de semana con la puesta en escena de una obra ya conocida, donde el primer actor del 2000 volvió al reparto, Vicente Fox, sin botas, con 19 años más a cuestas y con compromisos adquiridos en los últimos años que a muchos panistas no les cayó nada bien.

El escenario del 2021 hace que la desesperación busque la reconciliación y la suma de grupos políticos cuyo común denominador es impedir que López Obradora aparezca, en principio, en las boletas del proceso de elección de diputados federales.

La auténtica batalla que se dará en el campo nacional es impedir que se acepte la “revocación del mandato”, asunto que no significa reelección, sino volver a aparecer en las urnas y con ello tender una amplia capa protectora sobre todos los candidatos afines de Morena, ese es el verdadero interés, y así lo ha manifestado ya la oposición panista.

Pero por qué hacer volver a la escena a Vicente Fox, cuyo mandato polémico restó votos a los panistas y en su última aparición luego de renunciar al blanquiazul se pronunció a favor de José Antonio Meade, es decir, traicionó a los panistas y apoyó al PRI.

La respuesta radica en esa tendencia que viene dándose entre los líderes de los grupos que han sido acotados por la 4T, muchos liderazgos están atados, y la escena del 2021 puede ser el parteaguas para mandar un mensaje de unidad, donde el agua y el aceite convivan, se mezclen, y cuyo único objetivo será impedir que López Obrador aparezca en las boletas y pierda la mayoría en el Congreso.

Y para eso quizá pueda servir Vicente Fox, un personaje que puede ser el puente de atracción para unir al PAN y al PRI, y a todos aquellos grupos que han sido criticados por el Presidente.

O por lo menos, así me lo parece.

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Video en: https://youtu.be/POhb3yEgGjY

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