De los 217 municipios de Puebla, al menos 131 enfrentan condiciones de desastres, de carácter climatológico o bien, de índole telúrico, por lo que se trata de una zona de alta vulnerabilidad de desastres, señaló Oscar Soto Badillo, investigador de la Ibero.
Lo anterior al presentar la Especialidad en Gestión Integral del Riesgo la cual forma parte de la oferta académica del Departamento de Arte, Diseño y Arquitectura de la universidad y al dar a conocer un informe del trabajo realizado por la Red 19-S en las comunidades afectadas de la mixteca poblana, y aquellas que se localizan en las faldas del Popocatépetl y en Atlixco, tras el sismo de septiembre de 2017.
El director de Ayuda en Acción México, Marco Castillo Ríos, señaló que junto con diversas asociaciones civiles y la Ibero de Puebla formaron la Red Juntos 19-S, iniciativa financiada por la agencia de recuperación vasca, con un fondo que sirvió para generar planes de gestión de riesgos, reforzar y reconstruir 50 casas, así como para apoyar la reactivación económica y la contraloría ciudadana.
Destacó que el presupuesto que la Agencia de Recuperación Vasca asignó alcanzó la inversión de más de 5 millones, con los cuales se apoyó o crearon comités de reducción de desastre. “Hasta el momento tenemos ocho comités constituidos en comunidades en la mixteca poblana, a las faldas del volcán y en Atlixco”.
Añadió que se logró la creación de 11 cooperativas para la reactivación de la economía, con una inversión de 630 mil pesos. Así como la recuperación de 53 viviendas, tres más de la meta propuesta.
En este balance, agregó que se apoyó la reconstrucción de cinco centros comunitarios, con una inversión de más de un millón.
Por su parte, Soto Badillo, director de Investigación y Posgrado de la Ibero de Puebla, subrayó la vulnerabilidad del tejido de infraestructura, la cual demuestra que “no se hace nada” por solucionar esta situación, pues cada vez atenta y afecta a la cohesión social, comunitaria y la capacidad de respuesta.
Lorena Cabrera Montiel, coordinadora de la nueva especialidad será capaz de formar especialistas capaces de diseñar estrategias y programas que contribuyan a la disminución de riesgos ante fenómenos naturales.