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Sobre la siniestra liberación de El Gil

Héctor De Mauleón en su columna En Tercera Persona, publicada en El Universal, señala que cerca de las seis de la mañana del lunes pasado, la Comisión Estatal de Seguridad de Morelos recibió el reporte de que había detonaciones de arma de fuego en la Central de Autobuses Estrella de Oro de Cuernavaca. Policías de investigación, paramédicos y personal de servicios periciales se trasladaron al lugar.

Ahí hicieron el levantamiento legal de cinco cadáveres del sexo masculino. Tres de las víctimas habían sido acribilladas en el área de estacionamiento, una más en la puerta de la terminal; la última, mientras intentaba huir hacia los andenes.

Los agresores llevaban cerca de una hora esperando la llegada de un autobús procedente de Guerrero. Más tarde se supo que a quien aguardaban era a Gabriel León Villa, apodado El Gaby.

El Gaby es uno de los personajes que aparece en el expediente del caso Ayotzinapa. Fue detenido por la Policía Federal, en Iguala, Guerrero, en enero de 2016. Según el parte, iba en una moto con reporte de robo, y llevaba entre las ropas una granada de fragmentación.

Cabe aclarar que su nombre no figura en la lista de presuntos torturados por el caso Iguala que elaboraron la ONU y el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes, GIEI. El Gaby, sin embargo, manifestó ante personal de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, CNDH, que en el estacionamiento de las instalaciones de la Policía Federal, en Iguala, lo hincaron, lo golpearon y trataron de asfixiarlo con una bolsa “como 33 veces”.

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La columna Frentes Políticos, publicada en Excélsior, indica que 1. Inaplazable. Para evitar que el conflicto en Morena siga escalando de nivel, el exgobernador de Chiapas, Manuel Velasco, regresa al Senado con una encomienda. Los roces entre Ricardo Monreal, coordinador de los senadores de Morena, y Martí Batres, quien tuvo que dejar entre pataleos la Mesa Directiva, llevaron al presidente Andrés Manuel López Obrador a tomar una decisión que no podía esperar más. Velasco pondrá orden. Será el intermediario que sacará temas pendientes, como la revocación de mandato, primordial para el primer mandatario. Fungirá como vínculo entre morenistas y el consejero jurídico del Ejecutivo, Julio Scherer. Vuelve a los reflectores. Como pez en el agua.

2. Llegó la hora. Muchos muertos y casos sin resolver después, Jorge Winckler Ortiz, fiscal de Veracruz, fue temporalmente separado del cargo por acuerdo de los diputados de Morena en el Congreso local. El presidente de la Mesa Directiva, José Manuel Pozos Castro, ordenó la lectura de un acuerdo para retirar todos los puntos del orden del día y discutir un único punto de acuerdo por el que separan temporalmente a Winckler. Su lugar será ocupado por la abogada Verónica Hernández. Ayer fue un caos, diputados panistas fueron a la Fiscalía General para presentar una denuncia, pero los accesos al edificio están sitiados por la policía. La parte más negativa de esta historia es que el derrumbe de WinckLer fue exigido por muchos sectores desde hace meses. Y la resolución la toman hasta ahora.

3. No a todos duele igual. Familiares de desaparecidos en Jalisco se manifestaron en el centro de Guadalajara y en la Glorieta de los Niños Héroes exigiendo al gobernador, Enrique Alfaro, que deje de maquillar la situación que padecen. Familiares de desaparecidos se organizaron para hacer visible el dolor por el que atraviesan al no encontrar a sus familiares por carpetas de investigación frenadas. Madres protestan porque no han recibido apoyo por parte de la Fiscalía ni de la Comisión Nacional de Búsqueda, por lo que se ha tenido que organizar con otras mujeres que buscan a sus hijos para investigar ellas mismas. Entre los manifestantes había una niña levantando una pancarta dirigida al señor gobernador: “Regrésenme a mi papá”. Jalisco, de pronto, se volvió una entidad de luto.

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Un gesto de congruencia frenó a los duros de Morena

Salvador García Soto en su columna Serpientes y Escaleras, publicada en El Universal, señala que la decisión tomada ayer por Porfirio Muñoz Ledo de retirarse de la Presidencia de la Mesa Directiva evitó que estallara una crisis política mayor en la Cámara de Diputados y abrió paso a posibles acuerdos y entendimientos entre la mayoría de Morena y sus aliados y la oposición que anoche estaban negociando una posible salida legal y política para la gobernabilidad de la Cámara. Porfirio demostró con esto que, en el ocaso de su muy larga trayectoria, no exenta de episodios polémicos pero también poblada de luchas y faenas en favor de la democracia, le importó más ser recordado como el político inteligente que desoyó el canto de las sirenas y prefirió rechazar seis meses más en una presidencia, a ser calificado de “espurio”, de autoritario o incongruente con lo que él siempre peleó como opositor contra el sistema.

Tuvo que ser un gesto de congruencia como el de Muñoz Ledo, el que de paso evitara, por lo menos hasta hoy, la tentación autoritaria de los grupos más duros y radicales de Morena que, desoyendo incluso la recomendación expresa del presidente López Obrador, pretendían imponer su mayoría, aplastando cualquier derecho de las minorías y modificando la ley “a su gusto y conveniencia” para permanecer más tiempo del que les daban la legalidad y los acuerdos con el control de la Mesa Directiva. La bancada de Morena evitó así, anoche, convertirse en lo que tanto criticaron como oposición, los mayoriteos autoritarios del PRI y en menor grado del PAN, e igualarse a sus antiguos verdugos con prácticas legales pero inmorales que la Cuarta Transformación de Andrés Manuel López Obrador prometió erradicar en el “cambio de régimen” que le ofreció a los mexicanos.

Hasta anoche, tras el retiro de la propuesta de Porfirio Muñoz Ledo, la iniciativa de Morena, que estuvo a punto de votarse, se mantenía en suspenso, y los coordinadores parlamentarios dialogaban en San Lázaro para encontrar una salida que hoy podría conocerse. Tras el rechazo de Morena a la postulación de Xavier Azuara para presidente, que fue incluso desechada en votación, y de que él mismo decidiera hacerse a un lado, es muy probable que, si no vuelven a imponerse los grupos más radicales de la bancada morenista y del PT, hoy se anuncie y se vote la nueva Mesa Directiva que podría encabezar la diputada panista Laura Rojas.

Si eso ocurre, la operación de los grupos más moderados del oficialismo, en particular del coordinador de la bancada de Morena, Mario Delgado, y también del senador y coordinador morenista Ricardo Monreal, se habría impuesto para desactivar una rebelión de los “duros” en San Lázaro y atender la “recomendación” desde Palacio Nacional. Porque según varios testimonios de diputados y senadores de Morena que estuvieron en la reunión privada del pasado jueves con el presidente López Obrador, éste les pidió expresamente: “Hay que respetar los acuerdos y cumplir con la ley”, recomendación que repitió “un par de ocasiones”.

Porfirio Muñoz Ledo había dicho en la víspera que él no era ningún “ambicioso reeleccionista” y que si aceptó quedarse en la Presidencia terminado el periodo para el que lo eligieron, fue “sólo por cinco días y porque así lo votó la mayoría que me eligió no sólo a mí sino a toda la Mesa Directiva”. Y parece que ésta vez don Porfirio sí cumplió su palabra, porque en Palacio Nacional hay quien asegura que cuando López Obrador iba a tomar protesta el 1 de diciembre de 2018, Muñoz Ledo le pidió “un favor especial” para que le permitiera presidir la Sesión General de Congreso de aquel día en el que tomaría protesta el presidente: “Yo ya estoy cansado, me voy a morir pronto y quiero tener el honor de ser yo quien te imponga la banda presidencial. Yo estaré un mes en la Presidencia y me voy”, le dijo el diputado al presidente electo y Andrés Manuel, que como casi todos en Morena tiene en un nicho especial al histórico promotor de la Corriente Crítica y del Frente Democrático Nacional, aceptó sin pensarlo.

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Acto de contrición en San Lázaro

Francisco Garfias en su columna Arsenal, publicada en Excélsior, indica que “¡Terminó su tiempo, diputado!”, cortó, categórico, Porfirio Muñoz Ledo, desde el micrófono de la presidencia de la Mesa Directiva en San Lázaro.

La respuesta que recibió del diputado José Elías Lixa lo dejó mudo y reflexionando. “El suyo también…, pero allí sigue”, respondió el panista, entre risas de legisladores de su bancada.

Durante la atropellada sesión de ayer, Muñoz Ledo fue blanco de rudos comentarios e injurias por parte, sobre todo, de los panistas. “¡Espurio!”, fue lo menos que le gritaron.

Los más serenos le recordaron los tiempos en que luchaba por la inclusión de las minorías en la vida parlamentaria o el papel que jugó en la formación del Bloque Opositor, cuando desapareció la Gran Comisión, allá por 1997.

El intento de prolongarse en la presidencia de la Mesa lo desacreditó. Ha sido blanco de duras críticas. Pero, afortunadamente, recapacitó. No quiso ser instrumento para violar la ley. Volvió a ser Porfirio.

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Las Manos Vacías

La columna Pepe Grillo, publicada en La Crónica de Hoy, señala que dolida porque se considera víctima de un abuso, la dirigencia del PAN resolvió llevar a la OEA el caso de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados.

El atropello es verificable. Le corresponde asumir la presidencia de la Mesa Directiva porque está en la Ley Orgánica del Congreso y además es parte de un acuerdo político tomado al inicio de la actual legislatura.

Llevar el caso a la OEA es una pérdida de tiempo. Acaso genere algunas notas periodísticas pero ese organismo internacional no ata ni desata.

Que alguien les recuerde a los panistas que la oposición venezolana al chavismo ha recorrido ese camino varias veces. ¿Saben qué logró? Nada.

Acudir a la OEA suele traducirse en regresar con las manos vacías y dar armas políticas a los autoritarios.

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La columna Trascendió, publicada en Milenio, indica que ante la división en la bancada de Morena en el Senado por la disputa de la Mesa Directiva, el presidente Andrés Manuel López Obrador envió de regreso a Manuel Velasco con la encomienda de operar la aprobación de la iniciativa de revocación de mandato y calmar las aguas.

Se sabe que el ex gobernador de Chiapas solo estará en su escaño tres meses, pues se perfila para integrarse al gabinete presidencial en diciembre.

QUE hablando del Senado, mucho se comenta el trato a Mónica Fernández en el pasado Informe presidencial, pues no fue sentada en primera fila junto a Porfirio Muñoz Ledo, entonces todavía presidente de la Cámara de Diputados, y tampoco fue presentada, como sí ocurrió con los representantes de los otros Poderes de la República.

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