El presidente Andrés Manuel López Obrador reveló el hallazgo de una pequeña cámara de video infiltrada en una sala de Palacio Nacional, donde tiene reuniones, pero declinó pedir una investigación del presunto espionaje, que calificó como práctica del “viejo régimen”.
Lo anterior, durante su conferencia de prensa matutina de este jueves, donde descartó que el aparato se haya encontrado en su despacho, aunque no dio detalles de la sala donde estaba puesta.
“Hace unos días, en una de las salas de la oficina se encontró una cámara sofisticada, de esas pequeñitas. Nos estaban grabando en la sala”, relató.
Cuestionó las intenciones de quienes instalaron el dispositivo, pues aseveró que lo que habla en las reuniones que se organizan allí es “completamente legal, transparente y no hay nada que puedan utilizar en contra nuestra”.
En este sentido, minimizó el hecho y negó que vaya a solicitar una investigación, pues consideró que fue suficiente con retirarla y señaló que no tiene tiempo de ocuparse del asunto.
“Imagínense investigar de dónde viene eso; o sea, estoy haciendo ahora mi informe, no tengo tiempo como para ocuparme de eso. No, quítenla y para adelante”, sentenció.
La revelación de López Obrador vino a cuento ante la pregunta de la prensa sobre la continuidad en su gobierno de funcionarios que trabajaron en la administración de Enrique Peña Nieto, como Arturo Fernández y Salvador Musalem, en Nacional Financiera, quienes supuestamente filtran información a Eduardo del Río, exsecretario particular de José Antonio Meade Kuribreña, su adversario del PRI en la elección de 2018, así como a la senadora priista Vanessa Rubio Márquez.