A cuatro días de rendir protesta, Christopher Landau llegó a la Ciudad de México para despachar como nuevo embajador de Estados Unidos, cargo que está vacante desde marzo de 2018, manifestado que viene al país a “escuchar y aprender”.
Este viernes, al arribar al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), dio un mensaje a la prensa, donde el abogado, quien no cuenta con experiencia diplomática alguna, dijo que “quisiera conocer a mexicanos de todas tendencias políticas y todos sectores económicos y sociales”.
“Mi gran ambición es que el día que yo me vaya, que espero que no sea por mucho tiempo, digan ese sí que aprendió a hablar a lo nuestro”, agregó.
Expuso que su visión contempla que “Estados Unidos gana cuando hay un México próspero y estable, y México gana cuando hay un Estados Unidos próspero y estable”.
Asimismo, sostuvo que, pese a las retos “normales” de la relación bilateral, hay “sincretismo” económico, cultura y familiar entre las dos naciones y aseveró que “nuestros países son socios, vecinos y amigos. Así es hoy y así será para siempre”.
El pasado 12 de agosto, el abogado de 55 años rindió protesta, 12 días tras ser ratificado por el Senado, es decir, casi cinco meses luego de ser nominado por Trump y más de un año después de que Roberta Jacobson dejara el cargo, a pesar las múltiples relaciones comerciales y culturales entre ambos países, sometidas a mayor tensión por el discurso antimigrante del premier estadounidense y el retraso en la firma del T-MEC.
Landau se ha desempeñado como litigante tanto en el sector privado como en el público de su país: es socio de la firma multinacional de abogados Quinn Emanuel Urquhart & Sullivan LLP, con sede en Los Ángeles, y en 2017 fue nombrado miembro de la Conferencia Judicial de Asesores sobre Reglas de Apelación del Tribunal Supremo de Estados Unidos por tres años.
Asimismo, fue asistente legal de los jueces del Tribunal Supremo Antonin Scalia, fallecido en marzo de 2018, y Clarence Thomas, ambos conservadores.