Una violenta riña entre bandas rivales ocurrida en la cárcel de Altamira, en el norte de Brasil, dejó al menos 52 presos muertos, 16 de cuales fueron decapitados, y otros fallecieron por asfixia al ser incendiado y cerrado el edificio donde se encontraban.
De acuerdo con reportes de autoridades brasileñas, el enfrentamiento inició a las 7 de la mañana de este lunes, cuando reclusos del bloque A, identificados como miembros de un grupo criminal, irrumpieron la zona donde están encerrados presos antagónicos y comenzaron a agredirlos.
En medio de la gresca, autoridades decidieron bloquear uno de los anexos y cerrarlo con llave, lo que enfureció a los prisioneros, quienes prendieron fuego al edificio y causaron un fuerte incendio, cuyo humo mató a decenas de reos.
De acuerdo con Jarbas Vasconcelos Carmo, funcionario del sistema penitenciario, dos custodios fueron tomados como rehenes, pero ya fueron liberados hacia el mediodía, cuando fuerzas policiales y militares retomaron el control de la cárcel.
Asimismo, confirmó que 16 de los 52 fallecidos fueron hallados sin cabeza, de lo cual quedó registro en fotos y videos que circulan en redes sociales, aunque aseguró que “no teníamos un informe de nuestra inteligencia que proporcionara un posible ataque de esta magnitud”.
