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Mitos y realidades en la conformación del gabinete barbosista

Rodolfo Ruiz en su columna La Corte de los Milagros, publicada en E-consulta, indica que las versiones que este fin de semana circularon en el sentido de que Fernando Manzanilla Prieto dejaría la Secretaría General de Gobierno (SGG) y que en su lugar entraría Ignacio Mier Velasco o de que el primero habría sido descartado por Luis Miguel Barbosa Huerta como futuro integrante de su gabinete o para repetir en su actual cargo, carecen de sustento.

Son versiones interesadas de quienes, por un lado, intentan abrirse espacios en el equipo del candidato triunfador o llamar su atención y, por el otro, dejar fuera a quienes les estorban o están al frente de Secretarías en las cuales quisieran figurar como titulares. ¿O no Ignacio Mier Velasco?

La verdad es que Luis Miguel Barbosa, quien el jueves entrante recibirá su constancia de mayoría como gobernador electo, ya que el PAN no impugnará su victoria ni los cómputos en que resultó ganador, aún no decide con quienes gobernará. Está en esa búsqueda.

Su propósito de impulsar la formación de una nueva clase política, comenzando por quienes conformarán su gabinete, es auténtica pero poco realista.

Barbosa hará lo posible reclutar caras nuevas, pero le será imposible hacerlo en todas las áreas y dependencias. De ahí su comentario de que serán contados los secretarios del gabinete que repiten u ocupen las mismas carteras.

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Barbosa anuncia pre-gabinete esta semana

Jorge Rodríguez en su columna A Puerta Cerrada, publicada en El Sol de Puebla, señala que una atropellada entrevista con Luis Miguel Barbosa Huerta dio pie a una interpretación que sacaba a Fernando Manzanilla Prieto del futuro gabinete, de manera errónea.

El sábado, al término de una reunión de trabajo con liderazgos de Morena y el PT, el casi gobernador electo fue cuestionado por los reporteros acerca de la selección de sus próximos colaboradores.

Los comunicadores preguntaron en concreto sobre Gabriel Biestro Medinilla y Manzanilla, a lo que el político de Morena respondió que uno era diputado y el otro secretario de Gobernación, pero sin descartarlos.

“¿Veremos caras nuevas en su gabinete?”, inquirió una periodista.

“Todas, todas, todas, todas”, contestó el candidato ganador de la contienda electoral, lo que parecía dar entrada a esa interpretación que ponía a Manzanilla fuera de la Secretaría General de Gobierno.

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La muerte de los Moreno Valle, ¿atentado o error humano?

Enrique Núñez en su columna Contracara, publicada en Intolerancia Diario, indica que el helicóptero donde viajaban Rafael, Martha Erika y tres personas más el pasado 24 de diciembre no presentaba daños ni en los motores ni en los rotores. En resumen, la aeronave donde murieron Moreno Valle y su esposa, no tenía fallas mecánicas; como en primera instancia presumió el secretario federal de Seguridad, Alfonso Durazo.

Lo anterior no es una afirmación propia, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes presentó el viernes pasado un avance sobre las investigaciones que han realizado especialistas e instituciones de aviación de Canadá, Italia y la Unión Europea tras el accidente.

Convenientemente, la información boletinada surgió cuando los reflectores informativos daban cuenta de las negociaciones entre Estados Unidos y México, unas horas antes de que se lograra el acuerdo comercial.

El tema del helicopterazo volvió a quedar enterrado al día siguiente cuando la prensa nacional e internacional dieron cuenta del mitin de López Obrador en Tijuana; y la prensa local consignó el asesinato de una madre que llevaba a su hija a presentar el examen de ingreso a la BUAP.

Están por cumplirse los primeros seis meses de la muerte de ambos exgobernadores y pese a los llamados que han realizado los panistas desde el Senado y el CEN, hoy no tenemos ni la menor idea de qué fue lo que verdaderamente causó el trágico accidente de la tarde del 24 de diciembre pasado.

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Ocultan balacera y matanza de ocho huachicoleros en el corazón de la Sierra Negra

Fermín Alejandro García en su columna Cuitlatlán, publicada en La Jornada de Oriente, señala que la tranquilidad del remoto municipio de Tlacotepec de Porfirio Díaz se vio gravemente alterada el viernes pasado por una balacera, que a decir de los pobladores, habría dejado entre seis y ocho muertos, así como un número importante de heridos y de vehículos decomisados a un grupo de la delincuencia organizada. Lo que ha inquietado es que nadie ha informado de ese enfrentamiento y pareciera que la Policía Ministerial llegó hasta esa comunidad a borrar todo vestigio de dicha matanza.

Tlacotepec de Porfirio Díaz es un municipio que se ubica a cinco horas de distancia de Tehuacán y para llegar, es necesario entrar a territorio de Veracruz, cruzar el río Tonto y luego atravesar una extensa área de potreros, que son propiedad de los caciques de la región.

Este asunto llama la atención porque siendo una región incomunicada, muy pobre, de población indígena en su mayoría y alejada por cientos de kilómetros de cualquier instalación de Pemex, todo hace suponer que el enfrentamiento del fin de semana fue entre organizaciones criminales dedicadas al robo de combustible.

Dicho episodio retrata una realidad poco presente en los espacios de opinión pública y es que el combustible robado, no el que es producto de la ordeña de ductos de Pemex –el cual está en declive–, sino por el hurto que se hace de las pipas que trasportan el hidrocarburo, está inundando las comunidades indígenas de la Sierra Negra de Puebla.

Como en esa región de Puebla hay una presencia pobre de militares y policías federales, se ha vuelto una zona de mercado fructífera para huachicoleros, ya que el combustible se comercializa con absoluta impunidad, a plena luz del día y en lugares públicos, al parecer con protección de algunos autoridades.

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En la ruta del huachicol

Alejandro Mondragón en su columna Al Portador, publicada en Status Puebla, indica que un helicóptero descendía invariablemente en el hangar de Casa Puebla para que su tripulante visitara al entonces gobernador, Rafael Moreno Valle.

Se trataba del general Eduardo León Trauwitz, quien como subdirector de Salvaguardia de Petróleos Mexicanos, se reunía con el mandatario poblano, al menos una vez por mes.

A ambos los unían dos personajes: el jefe político, Enrique Peña Nieto; y el sobrino del militar y amigo del finado, Ángel Trauwitz.

Todo fue alegría y felicidad hasta que en una ocasión, el general León Trauwitz fue detenido antes de despegar hacia Puebla.

De la XXV zona militar se difundieron reportes de que Eduardo León viajaba al estado en aeronave oficial a la sede de gobierno sin autorización. No tenía permiso y jamás reportó sus viajes.

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Dos impresentables rondan Puebla

Valentín Varillas en su columna La Tempestad, publicada en Status Puebla, señala que hace unos días, Genaro García Luna y Facundo Rosas Rosas, intentaron labrar camino para que, en Puebla, se consideraran los perfiles de un par de sus “hombres de confianza” para el cargo de próximo Secretario de Seguridad Pública estatal.

Así como lo lee.

Uno, fue el que llevó a cabo la fallida estrategia de guerra contra el narcotráfico en el sexenio de Felipe Calderón, la que en los hechos realmente consistió en generar una perversa sociedad entre autoridades y delincuentes.

El otro, se encargó de entregarle el estado a las bandas dedicadas al robo de combustible de Pemex, brindándoles a su vez una muy eficaz red de protección que les permitió crecer de manera exponencial en pocos años.

Con esas cartas credenciales, con ese monumental cinismo, esta nefasta pareja busca influir en la definición y operación del programa de seguridad pública que se va a implementar en la siguiente administración estatal.

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El estilo personal de gobernar de Barbosa

Arturo Rueda en su columna Tiempos de Nigromante, publicada Diario Cambio, indica que de los ediles de Morena señalados por la derrota del 2 de junio, Claudia Rivera Vivanco es la única que parece que escuchó el mensaje de los votos e intentó, un día después, un ejercicio de relanzamiento de su administración. Relanzar es una noble intención que, sin embargo, no garantiza éxito: otra poblana murió el sábado pasado en un robo violento de vehículo afuera de Farmacias Guadalajara de Las Torres cuando llevaba a su hija a realizar el examen de admisión de la BUAP. La mataron por la espalda.

Los otros dos grandes perdedores de la jornada, Karina Pérez Popoca y Luis Alberto Arriaga, los ediles de las Cholulas, permanecen en su postura soberbia, perdonavidas. Siguen sin entender ni el mensaje de los votos ni la postura colaborativa de Luis Miguel Barbosa: a los votos los desdeñan y del virtual gobernador creen que respalda su pésima gestión gubernamental. Ambos se están equivocando.

Las urnas ya no pueden darles un mensaje más fuerte: Karina perdió San Andrés Cholula tres a uno y Arriaga perdió San Pedro dos a uno. El que sí puede darles un mensaje más fuerte es Barbosa, a reserva de entender su estilo personal de gobernar, diametralmente opuesto al de Rafael Moreno Valle, caracterizado por los gritos, los ‘sombrerazos’ y la amenaza de persecución desde instituciones como la Auditoría Superior del Estado (ASE) y la Fiscalía General del Estado (FGE).

Quien desee entender el estilo personal de gobernador de Luis Miguel Barbosa tendría que estudiar con detalle el caso de José Juan Espinosa, quien pasó de “campeón” durante los días de la resistencia contra el resultado electoral del 2018, a diputado defenestrado al final de la campaña 2019. En sólo un año, el ex edil de San Pedro pasó del cielo al infierno ‘barbosista’.

En ese largo año, cuando José Juan fue campeón del ‘barbosismo’, hubo elogios en público de todo tipo y muestras de cariño varias. Esos elogios se correspondieron con pago de facturas: le fue entregada la presidencia de la Mesa Directiva en el Congreso y la presidencia de la poderosa Comisión Inspectora. Por momentos, parecía que el tal ‘JJ’ tenía un rol más poderoso que el de Gabriel Biestro, presidente del Congreso. El ‘JJ’ soñaba con sustituir a Claudia Rivera en la alcaldía. Eran sus días de gloria.

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Las Influencias Poblanas de la Esposa de César Yáñez

Mario Alberto Mejía en su columna La Quinta Columna, publicada en 24 Horas Puebla, señala que la trama es siniestra: la “influyente” esposa de un “influyente” amigo del presidente López Obrador usó sus influencias en aras de que la Fiscalía poblana le diera un salvoconducto para salir de prisión pese a que fue cómplice de su marido en un delito grave.

Vayamos a los nombres:

Érika Sayuri García Chávez es amiga de Dulce María Silva Hernández, quien hace unos meses protagonizó en Puebla una boda de lo más fifí —que incluyó portada en la revista “Hola”, luna de miel en París y un regaño presidencial que metió en la congeladora a quien fue el hombre más cercano a AMLO en los últimos trece años.

Éstas son las líneas generales de un desplegado —dirigido al presidente Andrés Manuel López Obrador, al gobernador electo de Puebla, Luis Miguel Barbosa Huerta, y a la opinión pública—que este lunes será publicado en diarios nacionales y locales bajo la firma del abogado Pedro López Palacios.

Cito textualmente las primeras líneas del desplegado para ubicar al hipócrita lector en los vericuetos jurídicos de la trama:

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