De las 11 mil 491 personas internamente desplazadas en México por conflictos territoriales, así como por la violencia provocada por la delincuencia organizada en 2018, 5 mil 167 corresponden a población indígena, cifra que representó el 45 por ciento del total.
Lo antes señalado evidencia que la población indígena es afectada de manera desproporcionada por los episodios de desplazamiento interno forzado masivo en el país, así lo señaló el estudio “Episodios de desplazamiento interno forzado masivo en México. Informe 2018”, de la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos (Cmdpdh).
El análisis indicó que en Chiapas hubo cuatro episodios que desplazaron a población indígena, con un total de 5 mil 35 personas, los pueblos afectados fueron los Tzotziles, seguido de Guerrero con un evento, 132 desalojados en su mayoría Nahuas.
De los 25 episodios de desplazamiento interno forzado masivo registrados en 2018, en 24 se pudo identificar de manera específica los destinos de al menos parte de la población desplazada, en 19 de ellos la totalidad de la población desplazada permaneció dentro de la misma entidad federativa, aunque haya huido hacia otros municipios. Sólo en cinco episodios el traslado fue a diferentes estados del país.
Niños y ancianos, los más desplazados
El análisis añadió que en 72 por ciento de episodios se mencionó específicamente la presencia de infantes, en 60 por ciento había mujeres, en 52 por ciento participaron adultos mayores, en 16 por ciento hubo jóvenes y en 12 por ciento participaron embarazadas.
Respecto a las causas que provocaron estos hechos en 17 episodios el temor fundado ante la violencia de las organizaciones criminales fue una de las formas de violencia que originaron el desplazamiento, algunos de estos casos ocurrieron en Chiapas, Guerrero, Sinaloa y Michoacán.
En ocho episodios, los enfrentamientos armados de grupos delincuenciales entre sí o entre grupos delincuenciales y agentes del Estado fueron una de las formas de violencia que dieron lugar al desplazamiento. Estos episodios ocurrieron en Guerrero, Sinaloa y Michoacán.
Finalmente en 8ocho más, el asesinato de miembros de la comunidad fue una de las formas de violencia que motivó el desplazamiento (Chiapas, Guerrero y Sinaloa).
