El que “toda comisión al extranjero” de los investigadores deba ser autorizada por el presidente Andrés Manuel López Obrador va en contra de la austeridad que tanto ha enfatizado, ya que representa costos que se contraponen, lo cual reflejaría autoritarismo.
Así lo señaló Eduard de la Cruz Burelo, científico del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), quien recordó que el 3 de junio el mandatario anunció que terminaría el “turismo académico”, que hacía viajes costosos y “por multitudes” a todos los países del mundo “a costa del erario público”.
Por ello, al día siguiente informó que dejaba en manos de la directora del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), María Elena Álvarez-Buylla, la autorización de viajes al extranjero de los investigadores.
El también presidente de la División de Partículas y Campos, de la Sociedad Mexicana de Física (SMF) subrayó que “si cada científico tiene al menos una comisión al extranjero al año, eso representa varios miles de solicitudes que implican papel, tinta, foto copias, mensajería y personal”, recursos que se podrían utilizar en cosas más importantes.
Lamentó que se esté tratando de fiscalizar a una comunidad que ya cuenta con los mecanismos para transparentar cada peso que se invierte en ciencia, ya que para salir se debe contar con la autorización del director y el secretario académico, “no es tan simple decir me voy”.
Aclaró que muchos de los viajes son estancias de trabajo para usar infraestructura científica con la que México no cuenta, como el acelerador de partículas de Suiza, el cual se usa para estudiar el origen del universo.
Tras aseverar que entiende que “hay que cuidar los abusos que han existido a lo largo de la historia de México”, indicó que sería mejor sancionar a los responsables y pidió al presidente que confiara en la comunidad científica, la cual trabaja en atender muchos de los problemas sociales y de salud que hay en el país.
Editado por Diana Lizeth Pérez Morales
